Claves para cambiar de trabajo: ¿cómo hacerlo, cuándo y en qué sectores buscar?
Según un estudio de EY, el 34% de los empleados se plantea buscar otro puesto distinto en el próximo año
Abandonar un puesto de trabajo para incorporarse a uno nuevo es una decisión importante y a menudo difícil de tomar, pero en ocasiones, hay factores que espolean la mecha del cambio. A juzgar por los resultados del estudio Work Reimagined 2023 elaborado por la consultora Ernst & Young, el duro castigo que ha supuesto la inflación para los bolsillos de los trabajadores ha sido una mecha perfecta, ya que el 35% de los asalariados a nivel global están decididos a dejar sus empleos por uno nuevo en los próximos 12 meses con el objetivo principal de mejorar sus sueldos. Estar decidido es una cosa, pero llevarlo a cabo es otra. Para que el cambio salga bien, conviene no perder de vista una serie de elementos que pueden marcar la diferencia entre una transición exitosa o, en el peor de los casos, perder el trabajo y quedar sin el uno ni el otro.
¿Cómo cambiar?
Los expertos en recursos humanos consultados para la elaboración de este artículo coinciden en señalar que el cambio necesita estar bien planificado. Lo primero, y más en el caso de España, es preguntarse si realmente se está dispuesto a buscar un nuevo empleo con todo lo que implica.
Valentín Bote, director de Randstad Research, explica que la estructura del mercado laboral español penaliza el que una persona que lleve mucho tiempo en un puesto de trabajo quiera cambiar de empleo. El motivo es que si se deja voluntariamente el puesto, se pierde el derecho a cobrar la indemnización por despido. Bote ejemplifica cómo impacta esto refiriéndose a la gran renuncia. Este fenómeno consistente en que la gente se replanteara su vida laboral tras el covid, llegando incluso a renunciar sin tener ningún otro empleo en el radar, fue eminentemente anglosajón. Apenas tuvo réplica en España. “Cuando una persona acumula varios años de experiencia, dejar el trabajo implicaría renunciar a muchos miles de euros. Eso hace que las personas tiendan a quedarse ancladas, incluso, perdiendo oportunidades interesantes para su desarrollo simplemente por esto”, asevera el experto. Bote añade que como en España es más difícil encontrar trabajo que en otros países, lo más normal es que la búsqueda se haga teniendo ya empleo.
Si se pone en una balanza todo y finalmente se está decidido a dar el paso, entonces debería empezar la fase de investigación. Esto no es otra cosa que empezar a sondear ofertas que puedan ser interesantes. “Lo primero es informarte de cuáles son los requisitos que están pidiendo las empresas en el puesto de trabajo al que se quiere optar”, comienza respondiendo Ana Mariani, client solutions director de LHH, a la pregunta de cómo preparase. “Conviene estar muy al día de que piden las empresas a nivel de formación o experiencia para, en el caso de que no se esté actualmente en posición de satisfacer esos requisitos, poder solventarlo en el medio plazo”.
En el corto plazo, la experta recomienda actualizar el perfil en redes sociales como LinkedIn, pero no hacerlo de cualquier forma, sino alineándolo con el puesto objetivo que se tiene en mente. “Lo siguiente es actualizar el currículum y hacer un listado de los logros y aportes hechos en el actual puesto de trabajo para estar preparado de cara a una posible entrevista. Este va a ser el argumentario que haga al candidato diferenciarse. Finalmente, hay que trabajar muy bien la red de contactos para identificar quiénes son los que te pueden acercar a lo que nosotros llamamos tu mercado diana, es decir, aquellas empresas que potencialmente puedan requerir tus servicios”.
Este punto, el de la gestión de la red de contactos, es particularmente delicado. El errar a la hora de elegir a quién decirle que se está dispuesto a cambiar de empleo puede salir muy caro. Mariani aconseja primero comunicarlo al círculo de mayor confianza, preparando un discurso en positivo, sin criticar a la anterior empresa, explicando el porqué se quiere cambiar. Una vez escuchado el círculo más cercano, ya es cuando, según Mariani, habría que ampliar la audiencia del mensaje a aquellos que podrían llevar a nuevas oportunidades laborales. Preguntado sobre si conviene o no decir que se quiere buscar un nuevo empleo en tu actual trabajo, Bote hace un llamamiento a la cautela. “Es delicado. En ciertos contextos puede ser algo neutral y entendible, en otros, puede ser interpretado como una traición. Lo recomendable es no contarlo hasta tener atado el nuevo puesto”.
Cuándo cambiar
Jaime Sol, socio responsable de people advisory services de EY, comenta que pese a que el estudio de la consultora detecta que una tercera parte de los trabajadores quieren cambiar de puesto, el contexto actual de incertidumbre económica puede estar conteniendo estos movimientos. “El entorno desafiante lo que provoca es que la gente se lo piense un poco más. No sé decirte cuánto es el porcentaje de trabajadores que quieren cambiar de puesto en España, pero seguro que es menor al 35% global”, estima.
En referencia a la edad, los tres expertos consultados coinciden en que la gente que está empezando su carrera laboral es más propensa a cambios de trabajo. Además de la anteriormente mencionada indemnización que decía Bote, el experto de Randstad profundiza en el motivo. “No es por lo típico que se suele decir de que las generaciones jóvenes adoran los cambios, sino por pura ley de vida. El joven está empezando en el mundo laboral. Está acumulando experiencia y conocimiento y está en la búsqueda de su empleo óptimo. Hasta que una persona lo encuentra, pasa por periodos de transición que le llevan a cambiar de empleo”, opina.
Sobre cada cuánto es recomendable cambiar, también hay consenso. Muchos cambios de trabajo son una bandera roja a ojos de los reclutadores. “No se recomienda hacer saltos cuando se tiene una antigüedad menor a dos años. Entre dos y cinco años es lo ideal. Un currículum con muchos movimientos de empresas en las que se ha estado menos de dos años hace dudar a los técnicos de selección sobre si la persona se quedará en el puesto o si bien optará por irse también en poco tiempo”, sostiene Mariani.
¿En qué sectores buscar?
Resumiendo las distintas alternativas, fundamentalmente, hay cuatro caminos cuando se quiere cambiar de puesto de trabajo. El primero, cambiar de empresa pero mantenerse en el sector. El segundo, cambiar directamente de sector en el que se trabaja. El tercero, dejando el puesto para emprender un negocio propio y por último, para opositar y pasar a ser funcionario.
Preguntados por cuáles son los sectores más dinámicos y que mejor pueden recibir a alguien que esté pensando más en un cambio de actividad que simplemente de empresa, cada experto aporta su propia visión. Haciendo una recopilación, destacan el de la energía renovable, la industria farmacéutica, el tecnológico y los oficios tradicionales como pueden ser fontanería o el de instalaciones eléctricas. Sobre el sector tecnológico, uno que ha acumulado una gran fama de ofrecer muchas oportunidades, Mariani puntualiza que los despidos que efectuaron a comienzos de año las grandes tecnológicas son una muestra de que no hay sector infalible y que ninguna está exento de tiempos más convulsos.
En referencia a la posibilidad de cambiarse de sector gracias a aprender un oficio más tradicional, Bote opina que, aunque pueda parecer algo exótico a primera vista que un graduado universitario renuncie a trabajar en su campo para intentar desarrollarse en estos oficios, es más común de lo que se piensa. “Recuerdo ver datos de una comunidad autónoma grande en los que se mostraba que uno de cada cinco alumnos de formación profesional dual tenían estudios universitarios”. Preguntado sobre por qué creía que pasaba esto, Bote respondió lo siguiente: “Hay algo que se debe decir de manera descarnada y sin paños calientes. Tenemos miles de egresados universitarios que han estudiado titulaciones con inserción laboral muy problemática. Si no se encuentra empleo de lo que se estudió hay varias alternativas y una de ellas es la de estudiar un FP. Hay muchas formaciones profesionales que dan acceso a sectores que ofrecen la posibilidad de tener trayectorias laborales muy buenas”, afirma.
Sobre la posibilidad de dejar el trabajo para emprender, Jaime Sol da un perfil de cómo son estas personas que dan el paso al frente en este sentido. “Hemos detectado esto sobre todo en los primeros años de carrera profesional. Gente muy valiente que está trabajando y que a los tres o cuatro años se le ocurre una idea e intente llevarla a cabo. También hemos observado personas que emprenden, fracasan y lo vuelven a intentar teniendo éxito. Otro perfil es el de aquel trabajador que ha llegado a un puesto de responsabilidad y que ya lleva tiempo en él. Jefes que con un cierto nivel de capital dejan el puesto y montan su propio negocio”, desgrana.
Independientemente de que se esté pensando en dejar el trabajo para cambiar de empresa o de sector, para emprender u opositar, lo que los expertos destacan es que siempre hace falta lo mismo: planificación. “Todo cambio tiene un riesgo asociado. Puedes cambiar de trabajo, pero a lo mejor donde aterrizas termina por no gustarte. El riesgo se minimiza a base de información y de trabajar tus debilidades”, concluye Bote.
Síntomas de que puede ser la hora de un cambio
Salario bajo
Hay varias señales que apuntan a que es el momento de dejar el actual trabajo. Los expertos consultados para el artículo identificaron cuáles son las razones más frecuentes entre los candidatos que habían dado el paso de hacerlo. Cada caso es único, pero si alguien se siente identificado en varios puntos, quizás debería planteárselo. El pensar que se tiene un salario bajo y que se puede optar a algo mejor fue el principal impulsor últimamente.
Trayectoria
Otro motivo señalado por varios de los expertos fue el de que los trabajadores se sentían estancados en su trayectoria laboral.
Flexibilidad
La falta de flexibilidad horaria, de posibilidad de teletrabajo o de conciliación espoleó la salida en otros casos.
Ambiente
Todo un clásico entre los motivos para dejar un puesto de trabajo, sentir que se tiene un mal ambiente laboral, también fue mencionado.
Superiores
Una mala relación con los superiores directos dispara la tasa de salidas de los trabajadores.
Sigue toda la información de Cinco Días en Facebook, X y Linkedin, o en nuestra newsletter Agenda de Cinco Días