Navarra: una invitación a la exploración ecoturística sosegada
Hasta septiembre, la comunidad recibió un 4,2% más de visitantes P La variedad de paisajes que brinda se puede disfrutar a pie o en bicicleta
Navarra se presenta con una mirada amplia y transversal del sector, que busca ir más allá del turismo convencional”, saludaba su consejera de Cultura, Deporte y Turismo, Rebeca Esnaola, en Fitur 2024. Su discurso, trufado de referencias a la internacionalización, la desestacionalización, la reducción de las emisiones contaminantes o la recuperación de hábitos de vida saludable, se ve reflejado luego en la oferta turística.
La comunidad foral promociona la bicicleta, las rutas a pie o la puesta en valor de territorios poco conocidos, y nada masificados. Las estadísticas validan la apuesta. “Venimos de un 2023 histórico, en el que se han superado los indicadores respecto a 2022, y las cifras de 2019, que son las de referencia en la prepandemia”, anunciaba Esnaola en enero de 2024. Nueve meses después, y según su observatorio turístico, los alojamientos navarros acumulaban casi 1.650.000 viajeros, un 4,2% más que en el mismo periodo del año anterior; el 60% eran nacionales y el 40%, internacionales.
A golpe de pedal
Desde 2024, la oferta cicloturística se presenta englobada en el club de producto Navarra en bici. Son, en total, miles de kilómetros de rutas señalizadas: dos EuroVelos (red de rutas ciclistas de larga distancia que atraviesan Europa), el Camino de Santiago, cinco vías verdes, siete espacios BTT (para bicicleta de montaña), más de 150 recorridos que salen de los cámpings y 23 centros de acogida para ciclistas. Desde Turismo destacan cómo el paisaje puede cambiar tanto en tan solo 150 kilómetros: desde los bosques y prados pirenaicos hasta un desierto de aspecto lunar como las Bardenas Reales, pasando por el impresionante macizo kárstico salpicado de roquedos, cuevas, simas y dólmenes que es la sierra de Aralar.
Rutas férreas
Cinco vías verdes –antiguos trazados de tren acondicionados para recorrer a pie o en bicicleta– atraviesan el territorio invitando a sumergirse en su naturaleza: Vía Verde del Bidasoa, Camino Natural-Vía Verde del Plazaola, Camino Natural-Vía Verde del Tarazonica, Vía Verde del Irati y Camino Natural-Vía Verde del Ferrocarril Vasco Navarro. A ellas se suman cinco caminos del Camino de Santiago: dos ramales del Francés –su recorrido estrella–, el del Baztan, el del Ebro y el de Sakana.
En Tierras de Iranzu
La asociación Tierras de Iranzu –formada por 40 pueblos, cinco municipios y más de 90 empresas de agroturismo– ha diseñado un programa de ecoexperiencias para vivir (más que limitarse a ver) este territorio situado en el centro de Navarra. Visitas, catas y actividades varias organizadas por queserías, mielerías, bodegas, salineras ecológicas y, en general, establecimientos artesanos que llevan décadas elaborando sus productos en los valles de Yerri y Guesálaz.
Las verduras de Tudela
Las verduras que producen las huertas de Tudela, a orillas del Ebro, en La Ribera, protagonizan sus propias fiestas, en primavera. La alcachofa de Tudela (con denominación de origen), los cogollos, espárragos, borrajas, achicorias, cardos y los tomates feos, que saben a gloria, nutren la riquísima cocina de proximidad de la localidad navarra; la visita a su mercado de abastos es casi obligatoria.
El Pirineo escondido
Junto a tesoros muy conocidos, como la Selva de Irati, el Pirineo navarro ofrece joyas más escondidas, como el valle de Arce. El viajero puede recorrerlo a través de sus caminos y senderos, conocer el embalse de Nagore y alojarse en las cabañas en los árboles de Agroturismo Mari Cruz.
Un paseo junto al río Arga
Un agradable paseo junto al río Arga se adentra en Pamplona por las huertas de la Magdalena –donde se puede comprar directamente a los agricultores acelgas, lechugas o escarolas–. La ruta continúa hacia el barrio de la Rochapea –que congrega a pescadores, piragüistas y embarcaciones de remo–, llega a las puertas del centro histórico de la ciudad para alejarse, a continuación, por el barrio de San Jorge. Son 11 kilómetros de recorrido que forman parte del Parque Fluvial de Pamplona.