Ir al contenido
_
_
_
_
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

‘Small caps’, táctica o estrategia

Parecen una buena oportunidad si el escenario es el de mayores bajadas de tipos, aunque estas sean modestas

Las llamadas small caps o pequeñas compañías que cotizan en Bolsa llevan ya bastantes años acumulados donde en promedio han tenido un peor desempeño que el de las grandes compañías. Curiosamente es además un fenómeno global, ya que lo encontramos en todas las principales geografías bursátiles como la estadounidense, la europea o la japonesa. Las diferencias de rentabilidad para el periodo de los últimos cinco años van del 15% al 30% dependiendo de la geografía o índices seleccionados. Ello puede traducirse en dos, tres o más puntos de rentabilidad anualizada.

Bajando a las valoraciones, la gran mayoría viene a coincidir en que cotizan con un descuento apreciable, del 25% o más. Estos datos objetivos y estimados chocan contra lo que ha venido siendo un factor considerado favorable desde un punto de vista de asignación de activos, que es el de sobreponderar las pequeñas compañías en las carteras, porque aunque algo más volátiles en sus cotizaciones que las grandes, históricamente proporcionaban mayores rendimientos. Solían aducirse diferentes razones para dicho comportamiento histórico o prima de rentabilidad, siendo su mayor potencial de crecimiento al venir de posiciones menos dominantes o por operar en sectores emergentes de la economía.

Este hueco de rentabilidad que se ha venido abriendo se ha visto como una oportunidad desde hace tiempo, pero de momento ha decepcionado. Sin embargo, muy recientemente y en especial en EE UU, han vuelto al foco de los inversores, ya que las bajadas de tipos suelen beneficiar más en promedio a las pequeñas compañías. Índices de Bolsa estadounidense de pequeñas compañías, como el Russell 2000 han venido batiendo al S&P 500 en las últimas semanas. Así, tácticamente, parecen una buena oportunidad si el escenario que se plantea es el de mayores bajadas de tipos, aunque estas sean modestas, acompañadas de crecimiento económico, algo que vemos plausible para los próximos trimestres.

La otra gran cuestión es si desde un punto de vista estratégico, a medio y largo plazo, puede ser una buena decisión aumentar la exposición a las small caps en general y mantener dicho posicionamiento durante años, esperando que el hueco de rentabilidad se cierre o que la prima de rentabilidad asociada a estas compañías vuelva a materializarse. En juego pueden estar varios puntos de rentabilidad anualizada, lo que en el largo plazo es mucho.

Ante este dilema, se puede aplicar un hecho empírico y es que, cuando se presentan valoraciones deprimidas de un activo frente a otros, en el largo plazo se registran probabilidades bastante elevadas de obtener mayores rentabilidades. Resaltamos lo de largo plazo y apuntamos que deben ser más de cinco años y mejor diez el tiempo necesario para que dichas mayores rentabilidades se materialicen. Un problema para los que adolezcan de paciencia o plazo o ambos.

Juan Manuel Vicente Casadevall es consejero de Smart Bolsa

Rellena tu nombre y apellido para comentarcompletar datos

Más información

Archivado En

_
_