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Tribuna
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Gestión indexada plus

Una mezcla de fondos y ETF indexados y de gestión activa vía determinados fondos y decisiones de asignación de activos puede ser lo más idóneo

La gestión de inversiones indexada entendida como la inversión en diferentes índices, compuestos por una representación amplia de acciones o de bonos de un determinado mercado, como puedan ser en bolsa el MSCI World global, el S&P 500 estadounidense o el Eurostoxx 50 europeo o en bonos por ejemplo el Bloomberg Global Aggregate Bond de deuda global o los índices Markit iBoxx EUR de deuda en euros lleva varios años de plena moda y en fuerte crecimiento tanto entre los inversores profesionales como (más recientemente) entre los minoristas.

Las dos razones principales son la diversificación, ya que los índices suelen estar compuestos de muchas acciones o bonos diferentes, y el coste, ya que los productos indexados como fondos de inversión y ETF disfrutan de comisiones de gestión más reducidas.

Otras buenas razones para invertir en fondos indexados y ETF es que son seguros y líquidos, gracias a su regulación europea y su precio y liquidez diaria, y que por término medio los fondos llamados de gestión activa, donde un gestor o equipo gestor toman decisiones de invertir en un reducido número de acciones o bonos seleccionados en base a una estrategia, obtienen rentabilidades netas inferiores. Además, no solo en promedio obtienen menores rentabilidades, sino que los diferentes estudios que se siguen haciendo sobre este tema continúan mostrando que no existe persistencia.

Esto significa que elegir fondos de gestión activa con excelentes rentabilidades pasadas y superiores a las de los fondos indexados de sus mismas categorías de inversión no funciona porque dichos fondos en promedio no siguen disfrutando de mejores rentabilidades en el futuro. Por el contrario, una mayoría de esos fondos “estrella” pasan a tener peor desempeño que los índices, así como su promedio de rentabilidad pasa a ser inferior a la de los fondos indexados o ETF.

No obstante, no todo es blanco y negro y sí se podría matizar, por ejemplo, que existen determinadas categorías de inversión, posiblemente menos eficientes, donde la gestión activa muestra números más atractivos. También es matizable y se puede aducir que el empleo de criterios cualitativos (no las puras rentabilidades pasadas) como la independencia a varios niveles, la especialización, los recursos y su calidad, el compromiso y alineación del equipo gestor y otros a la hora de seleccionar gestoras y fondos de gestión activa aumenta la probabilidad de seleccionar fondos con mejores rentabilidades también a futuro, que es lo que realmente importa al ahorrador cuando toma una decisión de invertir hoy.

Por último, también se constata cierta evidencia empírica que cuando se observan determinados mercados con un nivel de sobrevaloración o infravaloración históricas extremas, a largo plazo (más de cinco años mínimo) suele ser una buena señal y criterio a la hora de infra ponderarlos o sobre ponderarlos en las carteras.E s decir, que los mercados muy sobrevalorados (por ejemplo, el S&P 500 actualmente) suelen tener rentabilidades algo decepcionantes en los siguientes 5, 10 o 15 años y viceversa.

Con toda esta información en la mano puede defenderse que una mezcla de fondos & ETF indexados y de gestión activa vía determinados fondos y decisiones de asignación de activos puede ser lo más idóneo.

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