Pablo Crespo: “Las patentes de tecnología sanitaria subieron un 48% en España en 2024”
El sector factura 12.000 millones de euros y exporta 5.000 millones. Las compañías del área demandan una regulación distinta a la farmacéutica
Para Pablo Crespo (Madrid, 19 de mayo de 1981), la tecnología sanitaria se ha consolidado como un pilar clave para la sostenibilidad del sistema de salud. Aunque en los últimos años se han producido avances, sostiene que aún es necesaria una mayor inversión para modernizar el parque tecnológico sanitario del país.
“La innovación forma parte del ADN del sector, que el año pasado registró en España un crecimiento del 48% en patentes”, afirma Crespo, secretario general de la Federación Española de Empresas de Tecnología Sanitaria (Fenin) desde 2024. En conversación con CincoDías, analiza el estado de la industria y los desafíos a los que se enfrenta.
Pregunta. ¿Cuál es el estado del parque tecnológico sanitario español?
Respuesta. Existe cierta percepción de que, a nivel de obsolescencia, hemos mejorado. Y es cierto que se ha avanzado en los últimos años con el plan Inveat y los AMAT-iC que desarrolla el Ministerio de Sanidad a través del Instituto Nacional de Gestión Sanitaria (Ingesa). Pero aún hay mucha tecnología desfasada. Estas iniciativas han permitido renovar equipamiento de algunas familias tecnológicas, pero no de todas.
P. ¿Qué más propone al respecto?
R. Trabajamos con Ingesa para que se sigan sacando acuerdos marco de alta tecnología que permitan a las comunidades autónomas continuar renovando equipamiento que aún presenta niveles de obsolescencia que no se corresponden con las recomendaciones y guías europeas.
P. ¿Cuánto ingresa el sector?
R. Factura 12.000 millones de euros y exporta 5.000 millones. Además, no solo generamos salud y calidad de vida mediante mejores diagnósticos y tratamientos, sino que también contribuimos a la economía del país: por cada euro invertido se generan 1,27 euros para la economía española. El valor añadido bruto asciende a 5.100 millones. Por tanto, merece la pena invertir porque genera una población más sana y productiva y, al mismo tiempo, empleo de calidad y riqueza.
Lo más razonable es pensar que estemos en torno al 3% o 4% anual de crecimiento de inversión en los próximos años
P. ¿A cuáles fondos europeos tienen acceso las empresas?
R. A menos de los que consideramos que deberían tener. Tras la covid, la Unión Europea puso en marcha una serie de fondos para contar con un sistema sanitario más resiliente y mejor preparado para futuras pandemias. Sin embargo, posteriormente comprobamos que una parte significativa de esos fondos se destinó a otras industrias y sectores distintos al sanitario. A nivel nacional, el plan Inveat ya ha finalizado con una inversión de 796 millones que permitió renovar parte del equipamiento. Trabajamos ahora con otros fondos, como el Plan de Mejora de Infraestructuras de Atención Primaria (Minap), orientado a dicha área y digitalización. En este último caso, estamos a la espera de que los recursos lleguen, de conocer cuántos y de qué manera.
P. ¿Qué necesidades concretas siguen pendientes?
R. La innovación forma parte de nuestro ADN: somos el segundo sector en actividad de patentes. Cada 30 minutos se registra una en la Unión Europea, y el año pasado el crecimiento en España en el área fue del 48%. El gran reto del sistema sanitario es incorporar toda esta innovación. Un ejemplo claro es la inteligencia artificial aplicada a la salud. Estamos invirtiendo en el desarrollo de algoritmos que mejoren la productividad del sistema, anticipen diagnósticos, refuercen la prevención y permitan una mayor precisión terapéutica. Ello debe hacerse con todas las garantías sanitarias y cumpliendo con el marcado CE de productos sanitarios.
P. ¿Fenin elaboró una guía de compras hace tres años. ¿Qué impacto ha tenido hasta la fecha?
R. Ya lo estamos viendo. Se está produciendo una evolución y una mejora, y las recomendaciones que contiene la guía están empezando a ser aplicadas por los distintos órganos de contratación de los hospitales de toda España. Cada vez hay menos impugnaciones de concursos públicos, porque vienen con menos problemas, y también cómo se utilizan fórmulas más innovadoras al adquirir tecnología...
P. ¿Puede hacer una radiografía de la composición de la patronal?
R. En la federación están representadas desde start-ups hasta grandes compañías, pasando por pequeñas y medianas empresas. Muchas soluciones digitales nacen en start-ups, y desde la asociación las apoyamos para que conozcan la regulación y puedan establecer alianzas con grandes compañías. Más del 80% de nuestras empresas son pymes, y nuestro trabajo se centra en ayudar a estos empresarios a desarrollar su actividad.
P. ¿Cuál es la previsión de crecimiento para los próximos años?
R. La sanidad está infrafinanciada: si comparamos la inversión vinculada al PIB con la de países como Alemania, Italia o Estados Unidos, España aún se encuentra por debajo. Para acabar con la situación de obsolescencia que tenemos ahora, necesitaríamos una mayor inversión por parte del sistema sanitario. Lo más razonable es pensar que estemos en torno al 3% o 4% de crecimiento de inversión en los próximos años con carácter anual.
Es necesario reforzar nuestra capacidad productiva y atraer capital para fortalecer la fabricación nacional
P. ¿Qué otros desafíos afronta?
R. La viabilidad y la competitividad. Desde 2015 sufrimos la desindexación de los contratos públicos, lo que impide actualizar los precios en un contexto claramente inflacionista. En los últimos 10 años, el IPC acumulado de la economía española se sitúa en torno al 24%, y esta situación afecta a las compañías que tienen contratos públicos plurianuales, ya que no pueden repercutir ese incremento de costes. Esto compromete la llegada de tecnología de mayor calidad al sistema sanitario, por lo que la indexación de los contratos es una prioridad absoluta si queremos garantizar que los pacientes accedan a la mejor tecnología posible. Otro reto clave es la industrialización. La pandemia puso de manifiesto que un sector estratégico y esencial como el nuestro no contaba con suficientes capacidades productivas en España. Es necesario reforzar esas capacidades y atraer inversión para fortalecer la producción nacional.
P. ¿Y en cuanto a la regulación?
R. Necesitamos una regulación propia y diferenciada de la farmacéutica. La actual tiene un cierto sesgo hacia la industria del medicamento, pero el nuestro es muy diferente y requiere un marco normativo específico que permita desarrollar todo el potencial de nuestras compañías. Estamos en pleno proceso de cambio legislativo, con distintas iniciativas en marcha, como el anteproyecto de ley de medicamentos y productos sanitarios. Quiero reconocer que el Ministerio de Sanidad ha mostrado sensibilidad para entender la necesaria diferenciación. Ahora el anteproyecto está en fase parlamentaria, tras haber pasado por el Consejo de Estado. Confiamos en que exista el consenso político suficiente para que pueda aprobarse en esta legislatura.