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Ciencia y Salud

La tecnología sanitaria apuesta por la información

Las soluciones enfocadas en el diagnóstico transforman el sector

Radiografía de la tecnología médica
Belén Trincado
Manuel G. Pascual

Los profundos cambios que está experimentando la manera de entender la medicina en los últimos tiempos se dejan notar en la industria de la tecnología sanitaria. La gestión de datos, la inteligencia artificial y el llamado machine learning desempeñan un papel cada vez más importante en los aparatos de los que se rodean los hospitales. Se trata de tecnologías tan específicas y novedosas que, a menudo, las compañías más expertas en ellas cuentan con pocos años de vida. De ahí que se estén forjando alianzas y fusiones y adquisiciones entre las grandes operadoras tradicionales y empresas más modestas.

Desde el punto de vista de los ingresos, la fotografía global del sector dice que el montante total ha decrecido levemente (-1%), alcanzando los 337.300 millones de dólares (unos 317.600 millones de euros al cambio). Es la primera vez que se contrae esta cifra desde 2011. Eso se desprende del informe Pulse of the Industry. Medical Technology Report 2016, un exhaustivo análisis del sector en Estados Unidos y Europa realizado por la consultora EY. “Las razones de este pequeño retroceso en la facturación son más financieras que operacionales”, matiza Jaime del Barrio Seoane, asesor sénior del área de sanidad y ciencias vivas de EY. Efectivamente, el informe achaca el retroceso a las fluctuaciones de las divisas y a los malos resultados de algunos conglomerados. Si solo se tiene en cuenta a las empresas medtech puras (las que están centradas en este negocio), entonces, los ingresos medios crecieron un 2,5% en 2015.

En España, la secretaria general de la Federación Española de Empresas de Tecnología Sanitaria (Fenin), Margarita Alfonsel, sostiene que “los indicadores económicos generales apuntan a una tímida recuperación que, esperamos, se traslade también a nuestro sector”. Las últimas cifras que maneja la patronal sitúan en 7.000 millones de euros la facturación de 2015, un 1,5% más que el año anterior. Las exportaciones, que entre 2010 y 2015 han crecido un 36%, han sido una de las tablas de salvación de la industria ante el retroceso del sector, que ha visto cómo durante ese mismo periodo se producían desinversiones en equipamientos de entre el 60% y el 75%. De ahí que Fenin esté trabajando con Hacienda para buscar un acuerdo que ponga fin a la obsolescencia tecnológica dentro del consabido marco de austeridad en el que se desenvuelve el país desde hace años. “Necesitamos que se activen medidas estructurales que permitan una financiación suficiente de la sanidad y una gestión más eficiente de los recursos”, incide Alfonsel.

Estas fueron las mayores operaciones del año

Estados Unidos acaparó las mayores fusiones y adquisiciones de la tecnología sanitaria entre julio de 2015 y junio de 2016, periodo que examina el último informe sectorial de EY. Abbot ha anunciado, aunque no completado, la adquisición de la fabricante de prótesis cardiacas St. Jude Medical y Alere, especializada en diagnósticos, dos firmas estadounidenses valoradas en 30.700 y 8.400 millones de dólares, respectivamente.

La mayor compra realizada por una firma europea la realizó la fabricante irlandesa de dispositivos médicos Medtronic, que se hizo con la estadounidense HeartWare International, valorada en 1.100 millones de dólares y conocida por sus soluciones para problemas cardíacos.

En cuanto a las salidas a Bolsa más exitosas, la más abultada fue la de la israelí Novocure, especializada en aparatos terapéuticos para oncología, que obtuvo 165 millones de dólares. Le siguieron, con 138 millones, la estadounidense Penumbra, que opera en el mismo sector; y la francesa AAAP, enfocada en la imagen, que consiguió 75 millones.

Pese a los recortes, los desafíos son abundantes. Garantizar la sostenibilidad del Sistema Nacional de Salud, tratar la cronicidad o abordar el coste creciente de los nuevos tratamientos son algunos de ellos. “Para poder gestionar estos retos adecuadamente, el sector debe afrontar una transformación de su modelo de servicio que, desde nuestro punto de vista, debe apoyarse especialmente en la tecnología”, opina José María Moyano, director de sanidad de Fujitsu.

Del Barrio destaca entre las tendencias de la industria la entrada de nuevas pequeñas compañías, especialmente en los campos del ehealth (salud digital) y biotecnología. “El sector se está atomizando cada vez más. Están surgiendo operadores anteriormente relacionados con las telecomunicaciones y otras actividades”, añade este experto. La actitud de las grandes es variada. “Nuestra orientación es o bien aprender de las startups que entran al mercado e incluirlas a nuestro core business, como hemos hecho con la compra de Neo New Oncology, o bien responder haciendo uso de nuestro potencial para ofrecer soluciones integrales al cliente”, desgrana Luis Cortina, director general de Siemens Healthineers. Con otras firmas, como IBM Watson Health o Conwork, la alemana ha establecido alianzas para desarrollar soluciones informáticas.

Los datos hablan por sí mismos. Durante los últimos tres años, la partida a la que más recursos han dedicado los grandes operadores del sector ha sido a fusiones y adquisiciones, muy por delante de I+D y de la retribución a los accionistas. Otra tendencia: los inversores asiáticos están apostando fuerte por el sector, aumentando año tras año su desembolso en compañías sanitarias.

El motivo de estos esfuerzos por ampliar el tamaño de los grupos parece claro. “La tecnología sanitaria ahora está muy ligada al diagnóstico, mientras que antes no era así. La secuenciación masiva del genoma y la medicina de precisión están obligando a desarrollar grandes centros de generación de datos. Ni siquiera las grandes operadoras del sector trabajan para lograr eso: creen mejor buscar alianzas”, opina Del Barrio.

Desde el punto de vista financiero, la capitalización bursátil de las compañías dedicadas a la tecnología sanitaria aumentó un 12,7% en 2015. Hasta 23 firmas, reseña el informe de EY, obtuvieron una revalorización superior a los 1.000 millones de dólares. Estos registros superan, por ejemplo, a los de las empresas biotecnológicas, que mejoraron un 5% en Bolsa pese a ser uno de los sectores de mayor protección del ámbito sanitario.

¿Qué segmentos de negocio de cuantos tocan las compañías especializadas en tecnología sanitaria tienen mejor proyección de futuro? El común denominador de las respuestas a esta pregunta es la alta tecnología. “Las mejoras ahora van encaminadas a mejorar la experiencia del paciente, orientar los servicios a sus expectativas y prestarlos en el lugar y momento en el que lo precise”, sostiene Enrique Palau, director de estrategia y portfolio en salud de Atos Iberia. “El mundo sanitario es muy rico en información, y hasta hace poco no se había hecho un esfuerzo en analizarla”, destaca Palau. Eso implicará, entre otras cosas, un mayor esfuerzo en ciberseguridad para garantizar la protección de los datos clínicos de los ciudadanos.

Otra de las tecnologías que más darán que hablar en los próximos años son las soluciones en la nube. “Dentro de nuestro plan estratégico, apostamos decididamente por las infraestructuras en cloud con nuestra Plataforma K5, que tendremos disponible en España el próximo mes de marzo”, adelanta Moyano, de Fujitsu.

Siemens Healthineers, por su parte, está centrando gran parte de sus esfuerzos en desarrollar aplicaciones relacionadas con la tecnología de la imagen aplicada a la terapia, otra de las mayores tendencias. “Solo así conseguiremos tratamientos más precisos y mucho menos invasivos”, explica Cortina. Otro de los focos en los que se centrará es el diagnóstico molecular, un negocio en el que se está posicionando actualmente. Adquirida en mayo de este año, Neo New Oncology desarrolla métodos de detección de cáncer de pulmón basado en biopsias líquidas.

Un ejemplo más de cómo asimilan las grandes a las compañías pequeñas. “La información que genera el paciente irá cobrando cada vez más importancia en el sistema de salud”, sentencia Del Barrio, de EY. De ahí que las grandes compañías estén tomando posiciones en el ámbito de las tecnologías de la información y la comunicación. Pronto veremos en qué se traducen estos cambios.

Sobre la firma

Manuel G. Pascual
Es redactor de la sección de Tecnología. Sigue la actualidad de las grandes tecnológicas y las repercusiones de la era digital en la privacidad de los ciudadanos. Antes de incorporarse a EL PAÍS trabajó en Cinco Días y Retina.

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