Lars Fruergaard: “Ozempic es un fármaco para la diabetes, no para adelgazar; no aprobamos esos mensajes en las redes”
El presidente y CEO de la danesa Novo Nordisk anuncia que invertirá 3.000 millones a escala global para ampliar la capacidad de producción tras un alza en las ventas por encima de lo esperado
Ozempic, su fármaco estrella para la diabetes tipo 2 que reduce también la obesidad, está popularizando al discreto gigante farmacéutico danés Novo Nordisk. En una entrevista con CincoDías por videoconferencia, la primera que concede este año a un medio español, Lars Fruergaard Jørgensen (Skals, Dinamarca, 1966), presidente y CEO del mayor fabricante de insulina, advierte sobre el gran problema que supone la diabetes por el aumento de la obesidad. Incluso cree que llegará el momento en que algunos alimentos serán etiquetados como perjudiciales para la salud, como sucede con el cigarrillo.
La compañía, que cumple hoy 100 años, facturó el ejercicio pasado 176.954 millones de coronas suecas (23.755 millones de euros), un 26% más que en 2021.
P. La diabetes tipo 2 se dispara y preocupa la mayor incidencia en jóvenes, ¿qué sucede?
R. Antes, la diabetes tipo 1 era la única enfermedad que conocíamos. Con el paso de los años, la diabetes tipo 2 se ha vuelto más prevalente. Aunque produzcas mucha insulina, si tu estilo de vida no es el adecuado, si no haces suficiente ejercicio o no comes bien, tu cuerpo es menos eficaz en su metabolización en el páncreas, es decir, la habilidad de absorberla se ralentiza gradualmente. Al principio quizá puedes, con cambios en la dieta y más ejercicio, revertir la situación. Pero si no, necesitarás un tratamiento médico, y si no resulta, terminarás administrándote insulina. Cuando era joven, a la tipo 2 se la llamaba diabetes de viejos: era algo que padecías cuando eras mayor, vivías y morías con eso. Ahora se padece a edades más jóvenes e incluso la sufren los niños por la obesidad; es un gran problema.
P. ¿En qué trabaja la empresa para contrarrestar esta tendencia?
R. Estamos invirtiendo en fármacos para ambas enfermedades, pero también intentamos invertir en prevención, en estimular cambios en el estilo de vida. Contamos con el programa Cities changing diabetes, lanzado en 2014 y en el que participan 45 ciudades, incluida Madrid desde 2018, para concienciar sobre lo que comemos y cómo nos movemos. También colaboramos con Unicef para la prevención del sobrepeso y la obesidad en la infancia. Por supuesto, nuestra mayor contribución es la innovación que ponemos en los nuevos productos, pero queremos cambios respecto a cómo vivimos y cómo prevenir las enfermedades.
P. ¿Veremos en las etiquetas de algunos alimentos una advertencia sobre el daño que causan a la salud, como ocurre con los cigarrillos?
R. Creo que sí. Comenzamos a verlo en el caso del azúcar. Y en algunos países se debate si se permite vender comida alrededor de las escuelas. Tenemos que discutir cómo podemos usar también la regulación para impulsar comportamientos saludables. Cuando era niño llevaba mi propia comida al colegio. Hoy se le da dinero a los niños para que la compren, algo impensable antes. Hoy no tenemos tiempo para preparar una comida saludable a nuestros hijos. Los Gobiernos y las ciudades deben debatir al respecto: qué permitimos que suceda, imponemos un mejor estilo de vida para las futuras generaciones o preferimos una sociedad enferma y menos productiva. Lo que es un reto para el sistema sanitario por el aumento de costes. Es una decisión difícil porque interfiere en la libertad del individuo. Pero a la sociedad hay que decirle qué es perjudicial, decirle no, como hacemos con nuestros hijos, y eso significa que los quieres y que te preocupas por ellos . Necesitamos impulsar un debate público para que los políticos pongan esta cuestión en sus agendas.
P. Su fármaco Ozempic (semaglutida inyectable) escasea en las farmacias, ¿es por la mayor demanda o hay problemas de suministro?
R. Ozempic ha demostrado ser un fármaco eficaz para el tratamiento de la diabetes: mantiene el nivel de glucosa en sangre bajo, pero adecuado, reduce un 26% el riesgo de padecer una enfermedad cardiovascular y también reduce peso. Crece mucho cada año, a doble dígito [un 77% en 2022], y mucho más de lo que esperábamos. Por tanto, cada año producimos más. Es más un problema de crecimiento significativo que de suministro. Para asegurar esa demanda futura, vamos a invertir 3.000 millones de euros a escala global (en EE UU, Europa, China y Latinoamérica) para ampliar la capacidad de fabricación. De hecho, acabamos de invertir 2.500 millones de dólares (2.324 millones de euros) en una nueva fábrica en EE UU [en Carolina del Norte].
P. ¿Y su fármaco para la obesidad Wegovy crece al mismo ritmo?
R. Crece de forma similar [un 346% en 2022]. Este medicamento fue lanzado [en 2021] solo en Estados Unidos, Dinamarca y Noruega. Hemos tenido algunos problemas de fabricación, tuvimos que parar la producción en 2022, pero ya lo hemos solucionado. Esperamos lanzarlo en más países. La recepción en el mercado ha sido muy, muy fuerte. Hay una fuerte demanda, incluso mucho más elevada que la que percibimos con Ozempic.
P. Ozempic se ha popularizado en redes sociales como un medicamento para adelgazar, y en Estados Unidos, Wegovy se conoce como la droga de Hollywood, ¿qué opina?
R. Es importante subrayar que Ozempic es para tratar la diabetes tipo 2, pese a su beneficio en la reducción de peso, y Wegovy, para la obesidad. Es el médico el que prescribe el tratamiento de los pacientes, pero es muy importante recalcar para qué ha sido aprobado y asegurarnos de que se utilice de forma correcta. No aprobamos esas publicaciones en redes sociales porque no es el negocio, nos interesa el tratamiento médico. Hemos invertido más de 20 años en el desarrollo de esta terapia.
P. En España, ¿cuándo llegará Wegovy?
R. España es uno de los grandes mercados en los que operamos y aspiramos a establecernos en el de la obesidad porque está asociada a patologías como la diabetes tipo 2, las enfermedades cardiovasculares y varios cánceres. Es mejor tratar la causa que la enfermedad; mientras, tenemos Saxenda [liraglutida, para la diabetes y la obesidad]. También es un mercado clave para nuestros ensayos clínicos, reclutamos pacientes españoles [entre 2012 y 2016 pusieron en marcha 27, con la participación de 770 pacientes y una inversión de 23 millones de euros, según datos de la empresa]. La negociación y la financiación de los medicamentos innovadores, que aporta más valor para el paciente y al sistema sanitario a largo plazo, sigue siendo un reto.
P. Se ha criticado el alto precio de ambos medicamentos.
R. No sé si es caro, si lo comparamos con sus beneficios. El coste de estar enfermo es varias veces más elevado que el del medicamento.
P. Hay mercados en vías de desarrollo en los que no aparece su insulina para niños con diabetes tipo 1.
R. La insulina es un producto difícil de transportar: debe ir refrigerado. En África y en Latinoamérica la distribución es un problema por la falta de infraestructuras. Con la Agencia Europea del Medicamentos estamos probando una insulina que puede sobrevivir un mes a temperatura ambiente sin refrigeración, y se recogerá en las farmacias. Eso ayudará en estas regiones. Pero también estamos impulsando programas como el Changing Diabetes in Children (CDiC), una alianza público-privada para mejorar las infraestructuras y suministrar insulina gratis a niños y jóvenes con diabetes tipo 1 en países de ingresos medios y bajos. A la fecha se han beneficiado más de 41.000 niños y jóvenes, pero la ambición es llegar a 100.000 en 2030. En este proyecto participan también la suiza Roche, la World Diabetes Foundation e Ispad (la Sociedad Internacional para la Diabetes Pediátrica y Adolescente).
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