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La subida del precio de los servicios se ralentiza y modera la inflación en Francia

El IPC cayó una décima en agosto, hasta el 0,9%, según el Instituto Nacional de Estadística francés

La inflación interanual en Francia ha caído una décima en agosto, hasta el 0,9%, en gran medida por una ralentización de la subida de los precios de los servicios, especialmente los de transportes. Así lo ha difundido este viernes el Instituto Nacional de Estadística francés (INSEE) al publicar las cifras mensuales provisionales.

El aumento de los costes en servicios en los últimos 12 meses, que se situó en el 2,5% en julio, se ha moderado hasta el 2,1% en agosto, ha precisado el organismo en un comunicado. En el caso de los productos manufacturados, que habían reducido su precio en dos décimas entre julio de 2024 y julio de 2025, han disminuido un poco más en agosto, un 0,3%.

Según la información difundida por el INSEE, en el mes de agosto el precio de los alimentos frescos subió un 1,7% interanual, frente al 1,6% de julio, mientras que el coste de la energía bajó un 6,2%, después de caer un 7,2% el mes anterior.

Por su lado, la tasa de inflación armonizada de Francia, usada por la oficina estadística comunitaria (Eurostat), se ha situado en el 0,8% interanual en agosto, una décima por debajo del dato de julio y por séptimo mes consecutivo por debajo del umbral del 1%.

La oficina estadística europea tiene previsto publicar el próximo martes el dato adelantado de inflación correspondiente al mes de agosto para el conjunto de la zona euro, que en julio se mantuvo estable en el 2%, alineándose así por segundo mes consecutivo con la meta del Banco Central Europeo (BCE).

Se confirma la subida del PIB

El INSEE confirmó este viernes las cifras que había avanzado hace un mes: el producto interior bruto (PIB) de Francia creció un 0,3% en el segundo trimestre, esencialmente por la variación de existencias de las empresas, lo que supone una ligera aceleración con respecto al 0,1% constatado en el primero. La oficina ha detallado en un comunicado las razones de esa evolución, empezando por el hecho de que el consumo privado se mantuvo estancado entre abril y junio, después de haber caído un 0,3% entre enero y marzo.

En concreto, en el segundo trimestre retrocedió el consumo de energía (-2,4%, tras la subida de 0,8% en la lectura pasada), pero eso se vio compensado por la recuperación en la alimentación (un 1,6% más, tras una caída del 1,1%) y los servicios de alojamiento y restaurantes (con un repunte del 2,3%, después de bajar cuatro décimas).

Las variaciones de las existencias de las empresas contribuyeron al incremento del PIB del segundo trimestre con cinco décimas, pero eso fue menos que en el primero, en el que aportaron siete décimas. El comercio exterior, por su parte, siguió teniendo una contribución negativa, pero menos (pasó de -0,3 %, al -0,5%). Por lo que respecta a la inversión, entre abril y junio se mantuvo en la misma dinámica negativa que entre enero y marzo (-0,1 %, en cada trimestre).

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