Europa acelera para competir en la nueva carrera espacial
La Unión Europea apuesta por esta industria, que podría alcanzar un valor de mercado cercano a los 1,5 billones de euros para 2035. Si bien Estados Unidos lidera sobradamente en cuanto a financiación, el Viejo Continente todavía puede disputarse el segundo puesto global con China mientras trabaja en ampliar capacidades


Bruselas apuesta por la economía espacial como uno de los nuevos ejes para recuperar el liderazgo económico y tecnológico. En línea con las recomendaciones para impulsar el mercado único y la competitividad europea publicadas el año pasado, la Comisión Europea ha propuesto una nueva Ley Espacial de la UE y ha presentado una nueva visión sectorial. Este conjunto de medidas pretende reducir la burocracia, proteger los activos existentes y crear un marco de competencia justo y predecible para las empresas. Pero ¿está a tiempo el Viejo Continente competir con Estados Unidos y China en este mercado que podría superar el valor de 1,5 billones de euros para 2035 a nivel global?
“La normativa espacial europea está actualmente fragmentada, con numerosos enfoques nacionales diferentes. Esta heterogeneidad frena la innovación, reduce la cuota de mercado europea y genera costes adicionales. Un marco claro y armonizado a nivel comunitario garantizará la seguridad, la resiliencia y la responsabilidad medioambiental en toda la Unión, a la vez que ayudará a las empresas a crecer y expandirse a nivel transfronterizo”, indican fuentes oficiales de la Comisión Europea.
El Ejecutivo comunitario ha adelantado que las nuevas normas se aplicarán tanto a los activos espaciales de la UE como a los nacionales, así como a los operadores no pertenecientes a la Unión que ofrecen servicios en Europa. Los requisitos reglamentarios se adaptarán al tamaño y nivel de madurez de las empresas y se evaluarán en función de los riesgos implicados. Asimismo, se ofrecerá apoyo para mitigar los posibles costes para la industria. “Esto incluye el desarrollo de capacidades, el acceso a instalaciones de prueba y la ayuda a los operadores espaciales para preparar sus solicitudes de autorización; lo que apoyará, en particular, a las empresas emergentes y las pymes”, indican desde Bruselas.
Junto con la Ley Espacial de la UE, la Comisión también ha presentado su Visión para la Economía Espacial Europea, que busca abordar la evolución de esta industria a nivel mundial y los desafíos que plantean la competencia internacional y las tensiones geopolíticas. “El espacio es un sector de mercado de alto crecimiento que contribuye a la competitividad de la UE. Abarca la fabricación y los servicios espaciales en numerosos sectores del mercado, desde el clima y el medio ambiente hasta la agricultura, la energía, el transporte, los seguros y la banca, o la seguridad y la defensa”, expresan desde el Ejecutivo comunitario.
Radiografía sectorial
Los expertos concuerdan en que la próxima década será clave para la industria espacial. El surgimiento de nuevas empresas en un ámbito antes dominado por los Estados es un fenómeno que está abriendo puertas a un mercado aún desconocido, con posibilidades no solo para la ingeniería y la tecnología, también para la minería, el transporte, la construcción o incluso el turismo.
“Históricamente, las inversiones espaciales se han centrado en sectores industriales tradicionales como los servicios de lanzamiento, las comunicaciones por satélite y la observación de la Tierra. Si bien estos siguen siendo cruciales, la apertura de mercados completamente nuevos puede requerir el desarrollo de tecnologías y servicios novedosos. Áreas emergentes como el mantenimiento, ensamblaje y fabricación en órbita; la gestión del tráfico espacial; la remediación de desechos espaciales; las nuevas capacidades militares, y los ambiciosos programas espaciales civiles pueden generar oportunidades completamente nuevas para el crecimiento y la innovación en el sector”, señalan desde Deloitte.
En este contexto, un informe reciente de la consultora PwC calcula que esta industria podría alcanzar los 2 billones de dólares para 2040, impulsada cada vez más por la financiación privada. “Si bien el gasto público en el sector sigue creciendo, se espera que las entidades privadas tomen la iniciativa, impulsando la innovación mediante una mayor inversión y la colaboración estratégica entre entidades comerciales y gubernamentales”, sugiere un análisis de la consultora.
Desde PwC añaden que el rápido crecimiento de la economía espacial también se debe en parte a los avance logrados por las empresas privadas, entre ellos en los sistemas de propulsión, la miniaturización de satélites y la disminución de los costes de lanzamiento. “La tecnología de lanzamiento reutilizable, liderada por empresas como SpaceX, Blue Origin y United Launch Alliance, ha acelerado aún más la expansión del sector espacial comercial. Estas innovaciones han reducido significativamente los costes y ampliado el acceso a la órbita, lo que ha permitido una mayor participación e inversión del sector privado”, manifiesta un informe reciente de PwC.
Inversión desigual
El interés por el sector espacial aumenta, pero las disparidades se hacen visibles en las cifras de inversión. En 2024, la inversión pública en este ámbito ascendió a 122.000 millones de euros a nivel mundial, según un estudio reciente de la Agencia Espacial Europea. La UE aportó unos 12.600 millones de euros, lo que supone un 10% aproximadamente. En contraste, Washington representó alrededor del 61% y China cerca del 15%. Japón, Rusia e India aportaron el 5%, el 3% y el 1%, respectivamente, mientras que el resto del mundo completa el 5% restante.
“Las disparidades en los presupuestos gubernamentales también reflejan una realidad persistente: la exploración y el desarrollo espacial siguen siendo una actividad financieramente costosa. Si bien las innovaciones en servicios de lanzamiento y electrónica han reducido los costes en los últimos años, el desarrollo, despliegue y operación de un gran número de sistemas espaciales comerciales o gubernamentales en órbita sigue siendo una actividad para relativamente pocos países”, revela un informe de Deloitte.
En cuanto a la inversión privada, la cifra mundial se ubica en torno a 7.000 millones de euros. Según el Centro Europeo de Política Espacial (ESPI, por sus siglas en inglés), los inversores del bloque comunitario destinaron unos 1.500 millones, lo que supone el 22%. La inversión estadounidense, por su parte, representó cerca del 41%, mientras que la china se acercó al 28% del total.
“La inversión global en el segmento de infraestructura alcanzó los 8.000 millones de euros en 2024, lo que supone una disminución del 34% con respecto a 2023, volviendo a los niveles anteriores a 2020. El capital riesgo significó el 53% del total. Norteamérica ha captado casi el 50% de la inversión global en el segmento en los últimos tres años, con Blue Origin, Maxar y SpaceX representando conjuntamente el 55% del valor en Estados Unidos. Asia ocupa el segundo lugar, con el 13%, del cual China aporta más del 83%. Europa ocupa el tercer lugar”, detallan desde la ESA
Dicho esto, cabe mencionar que el actual peso de Estados Unidos en el consolidado global obedece a una disminución absoluta de la inversión privada estadounidense en este campo en los últimos años: pasó desde un máximo de 8.800 millones de euros en 2018 hasta un mínimo de 2.900 millones de euros en 2024.
“Esta disminución se explica por la presión sobre la oferta de capital debido al aumento de los tipos de interés. Sin embargo, la demanda de capital también podría haberse visto truncada, ya que muchas empresas espaciales estadounidenses en expansión se han retirado prematuramente mediante SPAC y adquisiciones. Además, la maduración del ecosistema de empresas espaciales estadounidenses se traduce en un aumento de los ingresos, lo que, junto con importantes rondas de financiación previas, ha ampliado el margen de maniobra de las que no cotizan en Bolsa”, indica un informe de ESPI.
A pesar de esto, Estados Unidos sigue liderando sobradamente y esto se ve reflejado en otros factores. Por ejemplo, el gigante norteamericano realizó más de la mitad de los lanzamientos en 2024 (154, de los cuales 90 fueron realizados por SpaceX para el lanzamiento de Starlink).
¿Puede competir la UE?
Las cifras hacen evidente que, si bien la Unión Europea se mantiene relativamente cerca de China en términos de inversión, aún sigue muy por detrás de Estados Unidos en cuanto a capital movilizado hacia la industria espacial. En este esecenario, su objetivo más viable por el momento es permanecer en el segundo puesto global, a la vez que mejora sus capacidades de innovación para adentrarse en las ramas todavía inexploradas de este sector.
Por ejemplo, en términos de valor, la cuota de Europa en el subsector global upstream no cautivo (es decir, en fases iniciales de la cadena de producción) fue del 33%, mientras que en el mercado downstream (fases finales del proceso de producción) se situó en el 19%. En esta línea, la Unión Europea podría apuntar a desarrollar nuevas alternativas y productos en este segundo segmento.
Otra estrategia posible es impulsar a las pymes y startups del sector, ya que son pocas empresas las que captan casi toda la inversión. De hecho, ESPI reporta que el crecimiento en Europa en 2024 se debe principalmente a las operaciones de seis compañías alemanas, que recaudaron unos 650 millones de euros y representaron casi el 50% del total en el espacio comunitario.
“La Unión Europea debe apoyar decididamente la comercialización, la innovación y la industrialización de su sector espacial. Esto implica mejorar la autonomía de fabricación, ampliar los contratos importantes y adoptar modelos de contratación pública innovadores que atraigan la inversión privada. Estas medidas acelerarán el progreso de las capacidades espaciales, incluidas las misiones científicas, los sistemas de lanzamiento, las constelaciones de satélites y la robótica espacial”, dice una comunicación oficial de la Comisión Europea.
Finalmente, la inestabilidad generada por el actual Gobierno de Donald Trump también genera oportunidades. El recorte de los financiamientos a los proyectos científicos puede ser una alternativa para que Europa capte capital humano. En este contexto, el programa de atracción de investigadores a la Unión Europea, que tiene presupuestados 500 millones de euros, podría ser una carta más para impulsar el sector espacial.
Así, aprovechar mejor las capacidades actuales también es un factor clave. “La UE cuenta con un conjunto de sólidos activos en ciencia, investigación y tecnologías espaciales, sistemas, datos y servicios, así como con capacidades industriales de vanguardia y una mano de obra altamente cualificada. Ante el nuevo panorama de la economía espacial, que implica una innovación rápida y disruptiva, un mayor protagonismo de los actores gubernamentales y militares, y nuevas empresas espaciales, estos activos deben reorientarse ahora en el marco de colaboraciones público-privadas dinámicas que favorezcan la agilidad, la flexibilidad, la proactividad y la adaptabilidad”, señala un documento oficial de la Comisión Europea.
