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El hundimiento de las ventas agudiza la crisis del coche eléctrico europeo

Los empresarios del sector piden apoyo para poder competir contra los vehículos fabricados en China y de esta manera mantener el estatus de una de las industrias emblemáticas del Viejo Continente

Luis Alberto Peralta
Punto de carga para vehículos eléctricos de Barcelona Endolla en la calle Europa
Punto de carga para vehículos eléctricos de Barcelona Endolla en la calle EuropaAlbert Garcia

“La carrera global ha comenzado y mientras la UE se centra en la regulación y los objetivos, Estados Unidos y China están acelerando el avance con estrategias industriales audaces y coordinadas para incentivar la transición verde”, advierten en un comunicado reciente los representantes de ACEA, la patronal europea de fabricantes de coches. Al igual que otros muchos actores, sus miembros temen por el futuro de esta industria emblemática de la región, que ha sido golpeada por una caída reciente de las ventas de coches eléctricos. En los últimos años, los vehículos chinos han ido ganando cuota de mercado en el Viejo Continente (actualmente ronda el 25%), una situación que preocupa a un sector que genera unos 13 millones de empleos en los países miembros. En este contexto, Bruselas ha anunciado posibles aranceles para combatir los subsidios desleales.

“Los fabricantes de automóviles están desempeñando su papel invirtiendo 250.000 millones de euros en electrificación de aquí a 2030. Queremos mantener el estatus de Europa como principal potencia automovilística mundial y al mismo tiempo garantizar la seguridad laboral, aumentar la inversión en I+D y ofrecer una gama diversa de vehícu­los eléctricos asequibles para todos los europeos”, expresó recientemente la asociación, de la que forman parte BMW, Ferrari, Mercedes-Benz, Renault, Volkswagen y Volvo.

Así, los empresarios piden una estrategia industrial holística de la UE en “todos los pasos de la cadena de valor digital y verde”. Según un manifiesto del sector, esto incluye I+D, minería, refinación, componentes y fabricación, pero también redes de carga, energía, incentivos de compra y reciclaje a lo largo de todo el ciclo de vida. Asimismo, exigen un enfoque menos orientado a la “acumulación de regulación” y más a asegurar que el entorno sea favorable a la fabricación de vehículos de forma sostenible.

Las últimas cifras europeas disponibles muestran que en junio las matriculaciones eléctricas disminuyeron un 1% en todo el bloque. “A pesar del crecimiento significativo en Bélgica (+50,4%) e Italia (+117,4%), estas ganancias no pudieron compensar caídas de dos dígitos en los otros mercados principales: Alemania (-18,1%), Países Bajos (-15%) y Francia (-10,3%)”, aseguran desde ACEA. Cabe recordar que el Parlamento Europeo acordó en 2023 que a partir de 2035 ya no se podrán vender vehículos de combustión interna dentro de la unión.

Dicho esto, un sondeo de la consultora McKinsey revela que las marcas europeas como BMW, Mercedes-Benz, Renault y Volkswagen siguen siendo las más populares en la región, y que el 51% de los propietarios de vehículos las comprarían. No obstante, las marcas del sudeste asiático como Hyundai, Kia y Toyota ocuparon el segundo lugar con un 39%, seguidas por marcas estadounidenses como Cadillac, Rivian y Tesla (30%) y marcas chinas como BYD, Li Auto, Nio y Xpeng (27%). Esta ultima cifra confirma la amplia cuota individual china en el mercado, que se acerca a las de regiones enteras.

Golpe a la industria

El desequilibrio entre China y la UE en este sector se ve de forma clara en la balanza comercial. ACEA informa de que en 2023 se importaron a la UE 438.034 coches eléctricos de batería de China, por un valor de 9.700 millones de euros. En contraste, se exportaron tan solo 11.499 eléctricos de batería desde la UE al gigante, por un valor de 852,3 millones.

“La cuota de mercado de los coches fabricados en China en las ventas de ve­hículos eléctricos de batería en la UE ha aumentado de alrededor del 3% a más del 20% en los últimos tres años. Las marcas del país representan un 8% de esta cuota”, expresan desde ACEA.

En este contexto, desde la patronal consideran que desde Bruselas hace falta una política industrial que proteja a uno de los sectores que históricamente ha impulsado la economía de la región.

El impacto de los productos chinos, sin embargo, no ha pasado desapercibido en Bruselas, que está buscando alternativas para proteger su industria automovilística contra la feroz competencia. Tras meses de investigación, la Comisión Europea ha llegado a la conclusión provisional de que la cadena de valor de los vehículos eléctricos de China se beneficia de “subvenciones injustas”, lo que, en su opinión, está provocando un perjuicio económico a los productores del Viejo Continente. Según indica un comunicado oficial, el Ejecutivo comunitario ya se ha puesto en contacto con las autoridades chinas para “explorar posibles formas de resolver los problemas identificados de manera compatible con la OMC”.

Bruselas asegura que, si no se llega a ningún acuerdo con Pekín, es posible que se apliquen medidas “compensatorias” provisionales en la forma de nuevos gravámenes (que se sumarían al 10% actual y serían implementados según el criterio de cada Estado miembro). En principio, desde el Ejecutivo comunitario se contemplan imposiciones tributarias adicionales del 17,4% a las importaciones del fabricante BYD; del 20% a la empresa Geely, y del 38,1% a SAIC, revela un documento oficial. A otras compañías chinas que cooperaron en la investigación se les impondría una cifra del 21% adicional, mientras que a las que no colaboraron se les aplicaría un 38,1% más, señala el documento.

“El objetivo de estos aranceles más altos es dar a los fabricantes occidentales más tiempo para trabajar en sus costos y seguir siendo competitivos en la batalla comercial para hacer estos vehículos más asequibles. También deberían ayudar a acelerar la relocalización de esta cadena de valor, creando empleo en Europa, reduciendo la dependencia de Asia y disminuyendo el impacto de su proceso de fabricación gracias a una mezcla energética de menor carbono”, explica Coline Pavot, directora de análisis de sostenibilidad en La Financière de l’Echiquier.

La compleja situación, sumada al recorte de ayudas y la crisis en países como Alemania y Francia, está perjudicando al sector en Europa. Las cifras nacionales más recientes de la KBA (la autoridad de transportes de Alemania) revelaron que la venta de coches eléctricos en el país se hundió en un 37% en julio (alcanzando tan solo 30.762 matriculaciones). Esta es la peor caída desde diciembre, cuando el Gobierno de Olaf Scholz retiró los subsidios a esta industria.

“El mercado alemán de vehículos eléctricos volvió a caer significativamente en números rojos en julio en comparación con el mismo mes del año pasado. Esto significa que el mercado de coches eléctricos ha tenido un comportamiento más débil que las nuevas matriculaciones en general por sexto mes consecutivo. Por lo tanto, las ventas de coches eléctricos se han mantenido muy por detrás de la dinámica del mercado en general a lo largo del año”, alertó la asociación alemana de la industria automovilística (VDA, por sus siglas en alemán). En esta línea, cabe mencionar que el automóvil eléctrico más vendido en el país no fue de una marca alemana, sino el Tesla modelo Y, según confirmó la KBA.

En España se vive una situación similar. Según la patronal española de fabricantes de coches Anfac, las ventas de vehículos electrificados (eléctricos e híbridos enchufables, comprendiendo turismos, cuadriciclos, vehículos comerciales e industriales y autobuses) cayeron un 3,7% en julio, con un total de 9.070 ventas. Desde Anfac detallan que, hasta julio, las ventas de vehículos electrificados acumulan 69.807 unidades, un 1,8% menos que el mismo periodo del año anterior.

“En el acumulado del año, la cuota total sitúa en el 9,4%, cifra inferior incluso a 2023. Una situación del mercado, hasta el momento, que dificulta alcanzar los hitos anuales necesarios para cumplir con los objetivos de reducción de emisiones marcados por el PNIEC [Plan Nacional Integrado de Energía y Clima]”, advierten desde la entidad española.

Dicho esto, cabe señalar que, hasta finales del año pasado el sector parecía estar creciendo. De hecho, según las últimas cifras disponibles de Eurostat, en 2023 se matricularon en la 1,5 millones de nuevos vehículos eléctricos que usan batería exclusivamente (es decir, que solo se recargan y no dependen de otra fuente). Esto representó un aumento del 48,5% hasta los 4,5 millones en comparación con 2022, cuando el número total era de 3 millones.

La cantidad de automóviles eléctricos aumenta, pero se concentra  solamente en ciertos países

La Agencia Internacional de la Energía (IEA, por sus siglas en inglés) asegura que en 2023 se matricularon casi 14 millones de automóviles eléctricos nuevos en todo el mundo (35% más que en 2022), lo que eleva el número total en las carreteras a 40 millones. Sin embargo, estas ventas se localizaron principalmente en las economías desarrolladas. “Si bien las ventas de automóviles eléctricos están aumentando a nivel mundial, siguen estando significativamente concentradas en unos pocos mercados importantes”, advierte un informe reciente de la entidad.

En 2023, poco menos del 60% de las matriculaciones de automóviles eléctricos nuevos se produjeron en la República Popular China, poco menos del 25% en Europa y el 10% en Estados Unidos, lo que corresponde a casi el 95% de los vehículos eléctricos mundiales. “En estos países, los automóviles eléctricos representan una gran proporción de los mercados automotrices locales: más de uno de cada tres registros de automóviles nuevos en China fue eléctrico en 2023, más de uno de cada cinco en Europa y uno de cada diez en EE UU. Sin embargo, las ventas siguen siendo limitadas en otros lugares, incluso en países con mercados automovilísticos desarrollados como Japón e India”, expresan desde la IEA.

La agencia internacional advierte de que, como resultado de la concentración de las ventas, el parque mundial de coches eléctricos también está cada vez más concentrado. “Sin embargo, China, Europa y Estados Unidos también representan alrededor de dos tercios del total de las ventas y existencias de automóviles, lo que significa que la transición a los vehículos eléctricos en estos mercados tiene importantes repercusiones en términos de tendencias globales”, añaden.

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