El déficit de personal sanitario dispara las contrataciones de extranjeros y su presencia se duplica en dos años

En 2021 los trabajadores foráneos no suponían ni uno de cada 10 nuevos contratos, y ahora acaparan uno de cada cinco

Belén Trincado Aznar

La falta de trabajadores sanitarios y de servicios sociales en España ha propiciado el auge de las contrataciones de personal extranjero. En solo dos años su presencia se ha duplicado, pasando de menos de uno de cada diez nuevos empleos a acaparar uno de cada cinco. A cierre de agosto de 2023 había en las filas del sector 114.300 migrantes, según los datos publicados ayer por la Seguridad Social, esto supone 12.585 más respecto al mismo mes de 2022.

En términos absolutos su representación en los nuevos empleos de servicios sanitarios supera el 20% y crece cada año. Aun así, queda lejos de la hostelería, donde en este verano los extranjeros han llegado a cubrir el 70% de todos los nuevos puestos creados, según las cifras de la Seguridad Social. Esta escalada responde a que desde la pandemia, el país ha intentado suplir el déficit de la atención sanitaria atrayendo talento foráneo. Ya en 2020, cuando estalló la crisis sanitaria, el Gobierno trabajó contra el reloj en un procedimiento que permitiese contratar de manera urgente a inmigrantes con perfil sanitario que residieran de manera legal en España. Además de los permisos, la medida contemplaba la homologación exprés de los títulos, un requisito fundamental para ejercer.

A partir de ese entonces, este colectivo ha visto cómo se han abierto más canales directos para iniciar una carrera en España. En octubre de 2022, el Consejo de Ministros aprobó un real decreto que permite agilizar los trámites para las equivalencias de títulos extranjeros, de tal forma que el tiempo de resolución no supere los seis meses.

En paralelo, algunas comunidades, como Madrid y Andalucía, han decidido eximir del requisito de la nacionalidad española a los extranjeros no comunitarios para poder contratarles como personal médico especialista y de enfermería dentro del servicio de la autonomía. En ambos casos, la medida busca atraer personal de aquellas especialidades médicas en las que hay problemas para encontrar trabajadores.

Problema de fondo

Ante el fomento de este tipo de políticas, los sindicatos prevén que en los próximos años la proporción de trabajadores extranjeros aumente en la sanidad. Y aunque les parece parte de la solución, alertan que por sí misma no resuelve la falta de planificación de médicos especialistas que se viene arrastrando desde hace dos décadas.

Tanto Comisiones Obreras como la Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) explican que la reducción de la oferta de plazas de formación desde 2006 ha provocado esta falta de personal. Y a ello se ha sumado el aumento de la demanda por el envejecimiento de la población, el cuidado de la salud mental que ha ganado protagonismo desde la pandemia, y la movilidad de los profesionales en la Unión Europea.

El déficit es especialmente grave entre los médicos de familia, según explica Aurelio Duque, responsable de Desarrollo Profesional de la Federación de Sanidad y Sectores Sociosanitarios de CC OO, quien advierte además de que las zonas rurales y costeras de España tienen muchos problemas para encontrar médicos que estén dispuestos a ir estas áreas.

En ese sentido, Elena Moral, presidenta del Sector de Administración General de la Comunidad de Madrid del CSIF explica que la mayor competencia por el personal es a nivel intracomunitario y no con terceros países. “Cada uno ofrece lo que puede; más salario, mejores prestaciones o ampliar la duración de los contratos”, asegura.

En efecto, la diferencia retributiva entre las comunidades gira en torno a los 300 euros mensuales, según el último estudio comparativo publicado este año por el sindicato médico andaluz. De tal suerte, un residente de quinto año gana en Galicia 1.768 euros brutos al mes mientras que en Baleares alcanza los 2.036 euros.

Por su parte, Fernando Honta, presidente del sector Sanidad de CSIF, detalla que todos los años se quedan entre 3.000 y 4.000 médicos sin poder hacer la especialidad por la falta de plazas y en paralelo, de profesorado. Asimismo, cree que la mala distribución de las plazas abarca otras especialidades y vaticina que en el futuro crecerá en paro entre ciertos perfiles médicos mientras seguirán faltando manos en áreas como geriatría, psiquiatría y por su puesto, familiar y comunitaria.

En los servicios sociales la situación, según Moral, es aún más preocupante. A día de hoy no hay suficientes enfermeros ni técnicos auxiliares para cubrir los puestos escolares ni para las residencias de personas mayores. Por poner una cifra esta realidad, el informe Health at a Glance: Europe 2022 mostraba que en España hay 6,1 enfermeros por cada 1.000 habitantes, frente al 8,3 de promedio en el resto de Europa.

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