El Ibex, más preocupado por los tipos y la recesión que por el cambio de Gobierno
Los gestores creen que el peor escenario sería una repetición electoral
La convocatoria de elecciones el pasado 29 de mayo pasó de puntillas sobre el mercado. El Ibex 35 cedió aquel día un 0,12%, en sintonía con otros índices europeos como el Dax alemán o el Cac francés. El mercado de deuda también se mostró indiferente con la prima de riesgo, que incluso llegó a caer por debajo de los 100 puntos básicos. La atención está puesta ahora en las posibles coaliciones para la formación de Gobierno, ya que la fragmentación política hace prever que ningún partido obtenga la mayoría.
Desde la agencia alemana de calificación Scope señalan que el estancamiento político es el principal riesgo para los mercados y la economía ya que supondría una paralización de las reformas necesarias. “Un resultado no concluyente y una repetición electoral podrían retrasar los desembolsos de recuperación europeos Next Generation y causar más volatilidad”, destacan los analistas de Barclays.
Si se atiende a lo acontecido en los últimos 30 años, en nueve de las últimas 10 elecciones, la Bolsa ha caído el día después de los comicios. Los descensos más acusados se produjeron en marzo de 1996, cuando el Ibex 35 cedió un 5,22%. “La incertidumbre ante los posibles gobiernos provoca dudas en los inversores que en muchos casos se transforman en salidas del mercado para protegerse”, subrayan desde Micappital.
Pero en un momento en el que la inflación, la subida de tipos y los temores de recesión acaparan la atención de los inversores los expertos esperan que el resultado electoral tenga un efecto muy reducido. Emmanuel Cau, jefe de estrategia de renta variable de Barclays, señala que las Bolsas están muy correlacionadas y los índices se encuentran muy influidos por temas mundiales y no solo por los asuntos internos. “La actual actitud positiva y de predisposición al riesgo a escala global podría ejercer más influencia en el mercado de valores que los resultados de las elecciones en el horizonte de una semana o más”, remarca. Las próximas jornadas serán especialmente intensas con la temporada de resultados y sobre todo las reuniones de los bancos centrales, el timón de los mercados en los últimos años.
Los expertos coinciden en señalar en todo caso que el cambio de Gobierno es la opción que más gustaría al mercado. Javier Molina, analista sénior de eToro, considera que si finalmente se produce el cambio que apuntaron las encuestas, el sector más beneficiado en Bolsa sería el turismo. Entre las propuestas económicas recogidas en el programa del PP, la formación azul incluye un Perte dotado con al menos 12.000 millones para la rehabilitación y modernización de zonas turísticas. El experto señala que la mejora de las infraestructuras podría servir de impulso a Meliá, NH e IAG.
El bancario y el energético, dos de los negocios más dependientes de los cambios regulatorios, también se sitúan en la diana de los inversores. El departamento de análisis de Barclays señala que en su escenario central cabe esperar que los bancos se beneficien de un gobierno del PP. En una entrevista con el Financial Times el líder de los populares, Alberto Núñez Feijóo, avanzó que modificaría el impuesto a la banca, pero no lo derogaría. En Barclays van un paso más allá y señalan que no esperan una prórroga del tributo después de 2024. “Unas medidas a favor del crecimiento prestarían apoyo a los clientes corporativos y, de forma indirecta, a los bancos”, subrayan.
En lo que respecta al sector energético una victoria de los populares podría ampliar la vida útil de las centrales nucleares, lo que a ojos de los analistas de Morgan Stanley beneficiaría a firmas como Endesa e Iberdrola. Pero no todos ganarían con la victoria conservadora. En eToro creen que las energías renovables y la industria alimentaria serían los más perjudicados.
Desde Barclays, Cau sostiene que una victoria de los populares tendría un impacto ligeramente positivo aunque no espera grandes fluctuaciones porque es probable que el mercado ya lo haya descontado. Aunque las rebajas fiscales prometidas por Feijóo resultan alentadoras, los expertos rebajan la euforia y recuerdan que el margen fiscal de España es limitado. Como señalan desde Flossbach von Storch, existe el riesgo de que los mercados internacionales no estén convencidos de la sostenibilidad de las finanzas públicas. Por encima de todo, está cumplir con los compromisos de reducción del déficit para seguir recibiendo las ayudas de Bruselas. Además, en España tanto el PP como el PSOE son partidos europeístas, pese a las fuerzas euroescépticas que puedan entrar en juego.
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