Bitcoin recupera los 100.000 dólares ante la moderación de la furia arancelaria de Trump
El posible acuerdo con China sobre las tarifas, el aumento de la liquidez global y su creciente adopción por las empresas empujan al alza su precio

El bitcoin vuelve a recuperar el tono alcista. Este jueves, la criptomoneda pionera ha vuelto a superar la barrera psicológica de los 100.000 dólares, un nivel que alcanzó por primera vez en su historia el pasado diciembre y que tocó, por última vez, a principios de febrero. Este vaivén de su cotización tiene un responsable con nombre y apellido: Donald Trump. Los inversores, de hecho, empiezan a entrever una moderación de la furia arancelaria del mandatario. El sábado, delegaciones de EE UU y China se reunirán en Ginebra (Suiza) para debatir sobre las tasas y, previsiblemente, rebajar las tensiones. Además, Trump anunció en sus redes sociales un “gran acuerdo comercial” con Reino Unido para mitigar el impacto de las tarifas. El mandatario ha prometido que este pacto será “el primero de muchos”.
La política arancelaria del mandatario republicano ha pesado en los mercados tradicionales y en las criptomonedas. La guerra comercial iniciada en abril desató el pánico entre los inversores, que se salieron en masa de los activos de riesgo y buscaron refugio en otros como el oro, que marcó máximos históricos. La incertidumbre golpeó el mercado cripto, con las altcoins sufriendo caídas importantes, y bitcoin perdiendo terreno; aun así, se comportó de lo esperado. Aunque llegó a perder los 75.000 dólares (un 32% por debajo de sus máximos), su descenso fue gradual y en los días de máxima tensión fue menos volátil que las acciones tecnológicas con las que tradicionalmente está correlacionado.
En el pasado, de hecho, tenía un efecto multiplicador de dos o tres veces respecto a los índices estadounidenses: en 2020 o 2021, cuando la Bolsa caía un 10%, bitcoin tendía a hacerlo mucho peor, bajaba entre un 25% y un 30%. Y al revés también. Sin embargo, en esta ocasión ni se ha hundido ni se ha disparado, algo que según los analistas demuestra un cambio de perfil de los inversores: los especuladores dejan espacio a ahorradores que mantienen la criptomoneda a largo plazo en cartera.
De esta forma, bitcoin se encamina hacia sus máximos históricos del pasado 20 de enero, cuando alcanzó los 109.241 dólares. En estos momentos cotiza por encima de los 101.000 dólares y alcanza una capitalización de 2 billones. Las demás altcoins siguen su estela y recuperan el optimismo: ethereum sube más de un 11% en las últimas 24 horas y cotiza en los 2,046 dólares, XRP avanza un 5,8% hasta los 2,25 y Solana se dispara un 9,6%, marcando los 161 dólares.
Javier Pastor, director de Formación de Bit2Me, explica que hay varios factores que hacen que bitcoin retome su camino alcista. El primero es, sin duda, el aumento de la liquidez global. “Bitcoin lleva un retraso de unas 10-12 semanas con respecto a la liquidez global, que es la expansión de la masa monetaria que están realizando los bancos centrales", recuerda. La bajada de los tipos de interés en Europa y las inyecciones de liquidez de China para paliar las consecuencias de los aranceles están favoreciendo a la criptomoneda, ya que ante un incremento de la liquidez global, los inversores tienden a invertir en diferentes tipos de activos, como la Bolsa, el oro o el bitcoin.
Por su parte, Manuel Pinto, analista de mercados, afirma que su escenario base es una fuerte desaceleración de la economía estadounidense, que conlleva recortes de tipos, y nuevas emisiones de deuda, “con el objetivo de extender los impuestos actuales y la posibilidad incluso de aumentarlos, lo cual aumentaría la incertidumbre sobre el déficit presupuestario de la hasta ahora primera potencia mundial”. Ambas circunstancias influyen negativamente en la cotización del dólar, según advierte en experto. En cambio, “activos como el bitcoin que no está controlado por un gobierno, banco central o autoridad central, cobran especial relevancia”.
Además, las noticias de los últimos días también llaman al optimismo. La aprobación de una ley en New Hampshire que prevé la creación de una reserva de bitcoin ha sido parte de este impulso, puesto que prepara el terreno para que otros estados repliquen la iniciativa. La normativa permitirá invertir hasta el 5% de ciertos fondos estatales en metales preciosos y en activos digitales que tengan una capitalización de mercado superior a los 500.000 millones de dólares. A día de hoy, bitcoin es la única criptomoneda que cumple con este requisito. Además, este jueves Arizona estableció un marco legal para un fondo de reserva de bitcoin y activos digitales gestionado por el estado.
Entre otros factores, Pastor apunta también a la reactivación de los ETF, con Blackrock y Fidelity incrementando sus compras en los últimos días, así como la decisión de cada vez más empresas de atesorar este activo en sus reservas. A esto se suma el anuncio de Brandon Lutnick, hijo del secretario de Comercio de EE UU, Howard Lutnick, sobre el lanzamiento de un vehículo de inversión en bitcoin cotizado en Bolsa, respaldado por SoftBank, Tether y Bitfinex y dirigido por el cofundador Jack Mallers, director ejecutivo de la aplicación de pagos centrada en bitcoin, Strike. La empresa se llamará Twenty One Capital y su objetivo es replicar la estrategia de Strategy: planea tener más de 42.000 bitcoin en el momento del lanzamiento, lo que le convertiría en la tercera mayor tesorería de bitcoins por detrás de la minera Mara y Strategy, tal y como explican los expertos de ATH21.
“Este es el inicio de la adopción masiva a nivel global de bitcoin. Las piezas se están alineando”, considera Pastor. No obstante, el experto reconoce que la criptomoneda sigue siendo muy sensible a los anuncios de Trump. Por ello, advierte de que cualquier marcha atrás o comentario que podría afectar negativamente al comercio podría generar correcciones en el mercado cripto, al ser un activo de riesgo. Rachael Lucas, analista cripto en BTC Markets, ha explicado a Bloomberg que los niveles psicológicamente significativos, como los 100.000 dólares, “a menudo provocan ventas para asegurar ganancias a corto plazo” y que, por ello, “podría seguir un período de consolidación a medida que los operadores materializan beneficios”.