Luca Bosisio (Banco Mediolanum): “Nosotros nunca asesoraremos sobre criptomonedas”
El consejero delegado de la entidad con matriz italiana excluye de la estrategia del grupo a los activos digitales. La falta de transparencia y los riesgos de estas monedas son los principales escollos
Uno de los anuncios publicitarios que más recuerdan las familias italianas es el de Banca Mediolanum. Ennio Doris, que fundó la entidad en el lejano 1982, aparecía trazando un círculo en medio de un lago salado y recitando un lema que resuena en la mente de muchos: “Banca Mediolanum, costruita intorno a te” (construida alrededor de ti). Una frase que los directivos del grupo siguen utilizando para reivindicar su modelo, el de “un banco de personas para personas”, basado en el asesoramiento financiero. A día de hoy la entidad cuenta en total con 6.300 family bankers (los agentes financieros), 1,8 millones de clientes, y un patrimonio gestionado de 130.000 millones. En este modelo, que pone al centro la gestión del ahorro de los clientes, no cabe la inversión en activos digitales. Luca Bosisio, consejero delegado, lo asegura a CincoDías de forma tajante: “Nunca asesoraremos en criptomonedas”.
Aunque el bitcoin cotiza ahora en máximos históricos, los activos digitales son un tema que con el tiempo “ha perdido valor” en opinión del directivo, que detecta menos interés y poca transparencia. “No es nuestra forma de hacer las cosas. No vamos a asesorar en esto porque somos un banco que quiere dar un servicio a los clientes que dure en el tiempo. Por ello apostamos por lo que conocemos respecto a algo que sigue en el aire. Pero lo que podemos hacer es explicar los riesgos de estos activos y el cliente es libre de invertir si lo considera”, destaca.
Pese a que en España entidades como Santander, Caixabank y BBVA ya han anunciado que están preparando su oferta de criptos para 2025, Bosisio se muestra cauto. Tampoco la entrada en vigor de MiCA mejora su confianza hacia la industria. “Tenemos que ver lo que pasará con la normativa, pero siempre todo lo que se va garantizando pierde interés, porque se va a restringir toda una serie de fórmulas para la especulación”, avisa.
Pese a su distancia respecto a los activos digitales, la entidad coqueteó hace unos años con la posibilidad de ofrecer a sus clientes la inversión en criptos. Massimo Doris, consejero delegado del banco e hijo del fundador, dijo en 2021 que la entidad estaba estudiando ofrecer las monedas digitales como servicio de inversión a sus clientes, tal y como ocurre con el trading online. Alberto Martini, director de wealth management de la entidad, explica a este periódico que se exploró la iniciativa con Flowe, un banco digital lanzado por Mediolanum y dirigido a los mileniales. “Sin embargo, hace un año se ha decidido suspender el servicio al consumidor y se están desarrollando proyectos para poner a disposición la tecnología no al cliente final sino a otras empresas”, explica.
“La actividad cripto no está en nuestro core y ya no forma parte de nuestro proyecto estratégico. Empezar por las criptos para gestionar el ahorro de los clientes no es nuestro modelo”, espeta. Parte de este rechazo viene también de las tendencias y características del ahorro europeo que el directivo describe como “viejo”. Ejemplo de ello es la emisión de bonos de estado italianos del 23 de octubre: el Tesoro colocó 13.000 millones de deuda a siete y 30 años entre inversores institucionales, frente a unas peticiones que superaron los 200.000 millones. “Los mercados privados, private equity, deuda privada y cripto pesan en el ahorro italiano tan solo un 0,4%”, espeta.
Sin embargo, la profunda incertidumbre sobre la industria y la volatilidad de los activos son los factores que más preocupan a la entidad y que la alejan de su adopción. “Durante el verano han surgido aquí varias iniciativas de trading de cripto que acabaron en la nada, dejando a los ahorradores sin un duro. Desde el punto de vista de la estabilización del sistema no hemos logrado alcanzar un nivel de tranquilidad”, explica. Pese a no ver con claridad el ecosistema de los cripto, sí reconoce la importancia de la tecnología subyacente: la blockchain, según Martini, podría tener un fuerte impacto en los sistemas de pagos y en la gestión de contratos.
La incertidumbre sobre el sector es reflejo también de la postura de Italia hacia las criptos. Con sus comentarios, los reguladores han mostrado en varias ocasiones su rechazo a los activos digitales, mientras los legisladores parecen propensos endurecer las medidas para el ecosistema cripto. De hecho, en las últimas semanas, el viceministro de Economía, Maurizio Leo, ha propuesto elevar el impuesto sobre las plusvalías de las inversiones en cripto del 26% actual hasta el 42% en 2025, desatando la ira del sector.
En busca del crecimiento en España
Dieciocho años después de fundar el banco con sede en Basiglio (Milán) la compañía decidió apostar por España. Si hace más de dos décadas veían al país como una oportunidad, ahora las posibilidades de crecimiento son aún más grandes. Luca Bosisio recuerda que cuando aterrizaron en España, había alrededor de 46.000 oficinas bancarias: hoy en cambio quedan unas 17.000. Por ello, su apuesta está en el asesoramiento financiero, donde casi no tienen competencia. Los agentes, conocidos como family bankers y el único canal de relación con el cliente, no son empleados del banco, sino autónomos pero con acuerdo de exclusividad. Actualmente, la filial cuenta con 1.610 asesores financieros en España y casi 250.000 clientes, por un volumen de activos atesorados de unos 12.000 millones.
Entre enero y finales de septiembre, la captación neta gestionada de la filial en España alcanzó los 929,8 millones de euros, superando la suma de lo atesorado en 2022 (518 millones) y en 2023 (403 millones), con un incremento del 138% respecto al año anterior.
El objetivo para la entidad es crecer con nuevos family bankers y clientes, incluso entre los grandes patrimonios. De hecho, en junio de 2024 abrió la división de wealth y banca privada (hasta ahora cuentan con unos 71 profesionales). En cuanto a números, el objetivo es claro: “El límite que me pongo es el número de españoles”, afirma Bosisio. Desde la entidad son optimistas y auguran un fuerte crecimiento en España, donde ven gran potencial comparando con los datos de Italia: mientras en el país transalpino la cartera media de los family bankers alcanza los 27 millones de euros, la española se sitúa todavía alrededor de los siete millones.