La sostenibilidad en las cadenas de suministro: trabajando con proveedores
Es fundamental garantizar que los provedores de los diferentes niveles de la cadena sean sostenibles.
La sostenibilidad se ha convertido en uno de los temas principales en las agendas de los equipos directivos y consejos de administración, no solo para cumplir con las regulaciones, sino también para responder a las expectativas de los consumidores, inversores y otras partes interesadas.
La incorporación de la sostenibilidad en la toma de decisiones aporta una visión a largo plazo y la consideración del impacto de las organizaciones en las comunidades y el planeta. Estos aspectos son claves dado el debate actual sobre las limitaciones y las deficiencias del capitalismo de accionistas y la emergencia del “capitalismo de stakeholders” (o capitalismo de los grupos de interés), en el cual el enfoque se centra en crear valor para todas las partes interesadas de la empresa (empleados, clientes, proveedores, comunidades, planeta y accionistas).
Además de esta mayor responsabilidad y exigencia de las partes interesadas, recientes regulaciones ponen énfasis en la importancia de gestionar la sostenibilidad a lo largo de la cadena de suministros. El 24 de mayo de 2024 el Consejo de la Unión Europea aprobaba la directiva sobre diligencia debida de las empresas en materia de sostenibilidad. Esta directiva establece nuevas obligaciones para las grandes empresas con respecto a los efectos adversos de sus actividades en los derechos humanos y la protección del medio ambiente. Estas normas afectan no sólo a las actividades directas de las empresas sino también a las de sus socios a lo largo de sus cadenas de suministros.
En la implementación de una estrategia de sostenibilidad, la gestión de la cadena de suministros es clave pues una organización es tan sostenible como su eslabón más débil. Por ello, garantizar que los provedores de los diferentes niveles de la cadena sean sostenibles es fundamental. En esta labor, las empresas acostumbran a centrar sus esfuerzos en los proveedores más immediatos, esperando que éstos cumplan con esos estándares y exijan a su vez que sus propios proveedores también los cumplan, y así sucesivamente. El objetivo de este enfoque es crear una cascada de prácticas sostenibles a lo largo de toda la cadena de suministro.
Sin embargo, recientes escándalos y estudios sugieren que un grupo representativo de proveedores continúa violando los estándares que sus empresas clientes esperan que cumplan, impidiendo el esperado efecto cascada. Ello hace que los proveedores de niveles inferiores sean indudablemente los miembros con más riesgo en una cadena de suministros y, por esta razón, es prioritario que sean incluidos en la gestión de la sostenibilidad.
La Zona Invisible
Muchos proveedores de niveles inferiores están en lo que se denomina la “Zona Invisible”, zona en la que a las empresas compradoras les es muy dificil identificar a sus proveedores. Este sería, por ejemplo, el caso del suministro de minerales como el Tantalio, Estaño, Tungsteno y Oro, conocidos como 3TG y ulitizados en la fabricación de móviles y ordenadores. La obtención de estos minerales no sólo se halla en la zona invisible para las empresas fabricantes de móviles y ordenadores, sino que a menudo se extraen en zonas afectadas por conflictos armados y violación de derechos humanos. La “invisibilidad” ha dificultado la implementación de prácticas que permitieran garantizar el suministro de “minerales responsables”. Sin embargo, la colaboración entre empresas competidoras y su trabajo con ONGs y asociaciones industriales ha permitido al sector implementar prácticas de debida diligencia que han aportado transparencia y trazabilidad que aseguran que los minerales no financian conflictos ni violaciones de derechos humanos.
El problema de la violación de estándares por parte de algunos proveedores a menudo se origina en las prácticas de las empresas clientes, que realizan pedidos excesivos o imponen plazos poco realistas, incentivando a los proveedores a exigir horas extras excesivas a sus trabajadores. Por ello, tener una cadena de suministros sostenible empieza por revisar las propias prácticas de aprovisionamiento y las demandas a los proveedores.
Las empresas líderes en la gestión sostenible de sus cadenas de suministros comparten las siguientes prácticas:
- Revisan sus políticas de aprovisionamiento y consideran el efecto que incrementos de demanda o nuevas peticiones pueden generar en las prácticas de sus proveedores (en relación a horas extras, capacidad, etc.).
- Requieren que los proveedores de primer nivel establezcan sus propias metas de sostenibilidad a largo plazo, animándoles a extender los estándares de sostenibilidad a sus proveedores.
- Establecen y supervisan objetivos sociales y medioambientales para sus proveedores immediatos en relación con los provedores de niveles inferiores.
- Incluyen a los proveedores de niveles inferiores en la estrategia general de sostenibilidad y no se focalizan exclusivamente en los proveedores immediatos.
- Colaboran con sus proveedores y van más allá de los estándares y la auditoría. Trabajan estrechamente con ellos y asignan el personal y los recursos necesarios para implementar programas de desarrollo de proveedores.
- Colaboran con competidores, organizaciones internacionales y ONGs para difundir estándares de sostenibilidad en toda la industria.
Cristina Giménez Thomsen, es profesora de Dirección de Operaciones y Cadena de Suministro de Esade