Mahle mejora las condiciones del ERE en sus plantas de Cuenca y Valencia, pero apenas aminora los despidos
En total, las salidas de personal del fabricante de piezas de automóvil se reducen a 506 desde las 740 planteadas inicialmente

Los trabajadores del fabricante de piezas de automóvil Mahle han dado su respaldo mayoritario al preacuerdo para mejorar las condiciones y aminorar el impacto del expediente de regulación de empleo (ERE) planteado por la compañía para sus plantas de Motilla del Palancar (Cuenca) y Paterna (Valencia). El texto ha sido refrendado por el 97% de la plantilla de la factoría conquense, con un porcentaje similar en la planta valenciana. El preacuerdo eleva las indemnizaciones iniciales a 31 días por año trabajado para los empleados con una antigüedad inferior a diez años, y a 33, con un máximo de 24 mensualidades, para los que superen ese umbral. La empresa se compromete a poner en marcha un plan de rentas para los trabajadores de más de 55 años que se acojan al plan y una bolsa de empleo con prioridad de recontratación para los próximos tres años en caso de vacantes.
El resultado de las negociaciones deja “un sabor amargo” para los sindicatos, ya que “pese a ser un acuerdo decente en términos económicos”, apenas se ha conseguido aminorar el ERE que planteaba la compañía y que en el caso de Motilla del Palancar iba a afectar a 550 trabajadores, la mitad de su plantilla. “Nuestra principal pretensión era reducir al máximo los despidos en esta planta y que el impacto en el empleo no fuera tan grande, pero la empresa en esto se ha mostrado completamente inflexible”, explica Juan Cuevas, secretario general de Industria de Comisiones Obreras en Castilla-La Mancha. Finalmente, serán 466 los trabajadores afectados por el ERE en Cuenca y 40 en Paterna, donde la compañía planteaba 190 despidos. En total, los despidos se reducen a 506 desde los 740 planteados inicialmente. “Es un golpe durísimo”, reconoce Cuevas, pese al respaldo mayoritario de los empleados.
Mahle ya ha dado a conocer el calendario de salidas. Cuarenta trabajadores de la planta de Paterna y 341 de la de Motilla del Palancar dejarán la compañía en noviembre, mientras que otros 125 lo harán en marzo de 2026. La factoría conquense había celebrado tres jornadas de huelga en ambas instalaciones, con un seguimiento casi completo por parte de los trabajadores, y varias manifestaciones para presionar a la compañía. Desde UGT también admiten el fracaso parcial del acuerdo. “No puedes estar contento cuando hablamos de 466 personas que se marchan de la empresa, una cifra que da miedo”, afirma Jesús Laín, responsable de la Federación de Industria de UGT en Cuenca, que expresa su preocupación por el futuro de la planta conquense y de los cerca de 500 trabajadores que aún seguirán en ella.
El Gobierno de Castilla-La Mancha valora el preacuerdo alcanzado. “Dentro de lo malo, hemos conseguido minorar el impacto”, apunta Patricia Franco, consejera de Economía, Empresas y Empleo. El Ejecutivo de Page había mantenido conversaciones “al máximo nivel” junto al Ministerio de Industria para intentar suavizar al ERE y anuncia un protocolo de orientación laboral para ayudar a los afectados a reincorporarse al mercado laboral. Los sindicatos auguran que los despidos en la planta motillana de Mahle aumentarán en seis puntos la tasa de paro en la provincia de Cuenca, una de las menos industrializadas del país. La multinacional alemana es la responsable de que esta localidad, que cuenta con poco más de 6.000 habitantes, aglutine el 50,24% del empleo tecnológico de la provincia de Cuenca, según la Fundación COTEC.
La compañía, dedicada a la fabricación de componentes eléctricos, achaca el ajuste laboral a un mercado automovilístico “persistentemente débil” y a la implantación “más lenta de lo esperado” de la movilidad eléctrica en Europa. La empresa se hizo con 25,5 millones de euros de los fondos europeos del PERTE del vehículo eléctrico y preveía duplicar su plantilla en 2026. García-Page asegura que se trabaja para amortiguar el impacto social y económico del ERE, aunque reconoce que no será inmediato. Algunos de los afectados, ha avanzado Franco, podrían ser absorbidos por la planta de la compañía japonesa Sumitomo en la capital conquense. “Creemos que hay soluciones, que no van a ser milagreras, pero que las hay. Ya estamos en conversaciones con empresas para ofrecer alternativas, empresas razonablemente potentes”, asegura.

