Liwe, dueña de las tiendas de ropa Inside, cierra 91 locales mientras agota el plazo para esquivar la quiebra
La compañía perdió 18 millones en el primer semestre y tiene menos de un mes para llegar a un acuerdo con los acreedores


Liwe Española, la empresa de moda dueña de la cadena de tiendas Inside, registró una pérdida neta de 18,3 millones de euros al cierre del primer semestre de su ejercicio fiscal, una cifra que multiplica por cerca de nueve veces el resultado negativo cosechado un año antes.
Un deterioro que la compañía explica por los costes asociados a su reestructuración, que le ha llevado a ejecutar un plan de reducción de volúmenes de venta y de ajustes de precios y márgenes, “así como por haber incurrido en otros gastos de naturaleza no recurrente a causa del cierre de tiendas”, explica su informe semestral publicado en la Comisión Nacional del Mercado de Valores. Durante los primeros seis meses del año, Liwe había cerrado un total de 40 tiendas, 34 de ellas en España y, entre ellas, cinco ubicadas en grandes almacenes de El Corte Inglés. A ellas se suman las cuatro que mantenía en Italia y dos en Portugal.
A cierre del semestre, su red de tiendas se había reducido hasta 297, 40 menos frente al final de 2024. El ajuste ha continuado durante la segunda mitad del año. Como detalla en el apartado de hechos posteriores al cierre, Liwe ha clausurado en los últimos tres meses a otros 51 locales en España, con lo que su número se eleva a 91 en lo que va de año, el 27% de los que tenía a su inicio. “El objetivo es concentrar los recursos en aquellos mercados y ubicaciones con mayor potencial, reforzando así la sostenibilidad y competitividad del modelo de negocio”, dice la compañía. Las ventas a cierre del semestre se situaron en 42,4 millones, un 15,5% menos.
Este proceso también ha conllevado una reducción de plantilla del 8,5% en el primer semestre, con 96 empleados menos, a los que se suman 41 despidos en los servicios centrales dentro de un expediente de regulación de empleo (ERE) ejecutado en agosto, y que ha conllevado un coste de 1,2 millones de euros.
“Somos plenamente conscientes de que los resultados de este semestre recogen todavía el impacto de decisiones difíciles, pero también imprescindibles para asegurar el futuro del Grupo. Estamos inmersos en un periodo de transición, en el que se están consolidando las bases para una mejora progresiva de la rentabilidad en los próximos ejercicios”, dice en una nota de prensa su director general, José Ángel Pardo.
Reestructuración
Medidas que contextualizan en un proceso de profunda reestructuración que la firma emprendió a finales de 2024. Desde entonces negocia con sus acreedores financieros para una reestructuración de la deuda que proporcione viabilidad a la compañía, “dotándola de los recursos necesarios para ejecutar con éxito su nuevo plan de negocio, y garantizar así la estabilidad y el desarrollo futuro de sus operaciones”, dice en sus cuentas semestrales.
Unas negociaciones que desde abril se desarrollan dentro de un marco de preconcurso de acreedores, que fue prorrogado por tres meses en julio. La compañía tiene hasta el 21 de octubre para sellar su reestructuración. De lo contrario, entraría en concurso. El ERE acometido en agosto en sus servicios centrales, de hecho, estuvo vinculado a la negociación para “facilitar” su éxito.
“Los administradores de la sociedad dominante estiman poder llegar a borradores de acuerdos con las distintas entidades financieras, que permitirán también hacer frente a los pasivos corrientes del grupo”, dice Liwe, que espera mostrar “resultados positivos a lo largo de 2026″ de prosperar sus planes de reestructuración. “Con la ejecución del nuevo plan estratégico, el grupo espera recuperar la senda del crecimiento y consolidar su posicionamiento competitivo en el mercado a partir de 2026″, añade.
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