CAF sigue con la construcción del tranvía de Jerusalén porque “no vulnera los derechos humanos”
El grupo defiende que el proyecto de Israel “es catalizador del cumplimiento de los derechos humanos”

CAF defiende el contrato que le implica en la ampliación de una red de tranvía y la construcción de otra nueva en Jerusalén, dentro de un proyecto que une la capital de Israel con territorios ocupados por los colonos hebreos con el apoyo del ejército. El grupo de Beasain (Gipuzkoa), “en una evaluación inicial de los riesgos”, no ha identificado vulneraciones de los derechos humanos, “ni que se haya materializado algún impacto adverso”.
El grupo ferroviario argumenta que “al contrario, el proyecto de Jerusalén genera impactos positivos en la población”, en relación con la Línea Roja que ya está en operación, antes de la puesta en marcha de la Línea Verde en 2027. Son afirmaciones “corroboradas por informes de expertos independientes”, realizados en 2023 y “nuevamente en julio de 2025″, en pleno genocidio de la población palestina de la Franja de Gaza.
Esos estudios, mantiene la corporación guipuzcoana, han sido “elaborados tras visitas in situ y entrevistas a usuarios y representantes de las diferentes comunidades”, que destacan “la utilidad social del tranvía de Jerusalén” (la Línea Roja en servicio). Ambas son infraestructuras que en CAF consideran “de servicio público esencial y catalizadoras del cumplimiento de los Derechos Humanos”. Entre los que la compañía desgrana la libertad de movimientos y los accesos al empleo, a la atención médica, a la educación y “a los lugares de culto”.
Un servicio de transporte que estaría “abierto a toda la población, sin distinción y con especial beneficio para las comunidades más vulnerables”, especifican los responsables de la compañía de Beasain en un hecho relevante remitido a la Comisión Nacional del Mercado de valores (CNMV).
En relación con la movilidad, en CAF insisten en que los árabes son los que utilizan con más frecuencia el transporte público, “tres o más veces a la semana”. Y añaden que el 25% de los empleados de estos servicios son miembros de esa comunidad. Los letreros de información del tranvía, del actual y del nuevo, son plurilingües, incluyendo los idiomas árabe y hebreo.
CAF ganó el proyecto de Jerusalén en 2019, a través de una sociedad conjunta al 50% con la constructora israelí Saphir. Una adjudicación por un importe de 1.800 millones para la construcción de una línea de tranvía y de la ampliación de otra en operación. Ambas con rutas por la zona este de Jerusalén, orientada hacia los territorios ocupados.
Las obras concluirán en 2027, según está previsto. Los dos socios han conseguido además la gestión de ambas líneas durante 15 años, con posibilidad de ampliación de la concesión durante otra década. También realizarán las labores de mantenimiento durante un cuarto de siglo.
ONU
CAF se adelanta a la publicación en los próximos días del informe del Alto Comisionado de las Naciones Unidas, que se presentará ante el Consejo de Derechos Humanos. El grupo admite que formará parte de un listado de empresas cuyas actividades quedan en entredicho en este ámbito. Amnistía Internacional ya incluyó a CAF en su propia clasificación de quince empresas con operaciones que atentan contra los derechos humanos.
La lista del organismo internacional no tiene efectos jurídicos en la práctica, aunque su inclusión en la misma si tiene consecuencias en cuanto a la reputación corporativa.
CAF “es plenamente consciente de las complejas implicaciones jurídicas y éticas” del proyecto de Jerusalén, “en particular en relación con el derecho internacional humanitario y la responsabilidad de las empresas”. Por ello ha “aplicado medidas específicas de diligencia, con el efecto de identificar, prevenir y mitigar, en su caso, cualquier impacto adverso a los derechos humanos”.
El grupo consultó a expertos independientes en derecho internacional, como catedráticos, “que confirmaron la ausencia de cualquier incumplimiento”. Una conclusión “respaldada por una sentencia de la Corte de Apelación de Versalles” en relación con la Línea Roja que está actualmente en operación. Un dictamen realizado antes de su proyecto de ampliación y de la construcción de la Línea verde.