Bélgica confirma a CAF el mega contrato de hasta 3.400 millones pero critica sus negocios con Israel
El grupo sube casi un 6% en Bolsa tras superar la impugnación de Alstom
El consejo de administración de SNCB, el operador público de redes ferroviarias en Bélgica, ha confirmado a CAF este miércoles el contrato de 1.695 millones que le había adjudicado para el suministro de 180 trenes con capacidad para transportar hasta 54.000 viajeros. Un pedido susceptible de ampliación hasta 600 unidades, con un total de 170.000 plazas de capacidad y por un monto global de 3.400 millones.
El problema es que la ratificación pública del pedido viene asimismo con una advertencia de SNCB por las relaciones comerciales de CAF con Israel. Desde Bélgica le “solicitan” a la empresa de Beasain (Gipuzkoa) “una confirmación” de que sus actividades “cumplen con el derecho internacional y con los derechos humanos”.
El encargo de este mega proyecto al grupo vasco, que supone la renovación de la mitad de la flota de trenes de SNCB hasta 2032 ante el previsible aumento de viajeros en los próximos años, fue decidido el pasado 28 de febrero tras un concurso abierto a nivel europeo en diciembre de 2022. Pero la adjudicación había sido impugnada por las multinacional del sector ferroviario Alstom, que concurrió por el contrato. Otro que optaba al mismo era la corporación alemana Siemens.
Alstom argumentó que CAF no tiene fábricas en el país flamenco, mientras que el grupo francés cuenta con cuatro, repartidas por las localidades de Brujas y Charleroi, en las que da empleo a 1.900 personas. El pliego del concurso no exigía la implantación industrial en Bélgica, donde CAF ya ha conseguido otros contratos, para el suministro de unidades ferroviarias a las ciudades de Bruselas y Lieja.
Alstom alegaba además falta de transparencia en el proceso. Ante esta denuncia y la presión de sindicatos y partidos políticos de Bélgica, el Consejo de Estado del país decidió suspender la adjudicación, para su posterior revisión. Para subir la temperatura, los partidos verdes, integrados en la coalición Groen, y los socialistas de PTB insistieron en la existencia de “indicios” de operaciones de CAF en los territorios ocupados por el país hebreo en Palestina. El ministro de Movilidad de Bélgica, Jean-Luc Crucke, ha recordado que tanto Alstom como Siemens también tienen proyectos en Israel.
Pero, finalmente, el proceso ha tenido un resultado favorable para CAF. El operador SNCB, que ha esperado a contar con el respaldo del Consejo de Gobierno del país flamenco para anunciar su decisión final, traslada al adjudicatario, en un comunicado emitido esta jornada, la conveniencia de que cuente con “proveedores locales” de servicios para desarrollar el proyecto. Una condición que también habían asumido tanto Alstom como Siemens. Como la parte industrial la realizará CAF, los suministradores serán del área de servicios anexos a las fábricas.
Con este mega contrato, CAF gana carga de trabajo para una docena de años.
Las dudas sobre CAF se ciernen sobre la nueva línea de tranvías que une la capital de Israel, Jerusalén, con territorios ocupados ilegalmente por colonos judíos con el apoyo del ejército hebreo. Es un proyecto de 1.800 millones, que CAF logró en asociación con la corporación israelí Shapir. Incluye el mantenimiento de los tranvías durante 15 años.
Amnistía Internacional ha declarado ilegal este proyecto, también criticado por Naciones Unidas. Ya hubo manifestaciones de protesta ante el centro donde se celebró la junta de accionistas de CAF el pasado mes de junio.
En la jornada de este miércoles, la cotización del grupo guipuzcoano en Bolsa subía casi un 3% a primer hora de la tarde, con una valoración por encima de los 51 euros por título. Luego escaló por encima de los 53 euros, para cerrar con una subida cercana al 6%.
La tendencia mundial a la movilidad sostenible juega a favor de CAF, tanto en su división ferroviaria como en el negocio de autobuses eléctricos de su filial polaca Solaris.
En su encargo, SNCB exige “la entrega puntual” de los nuevos trenes, que deberán “mejorar la comodidad” de los pasajeros, en relación a los estándares de confort de las unidades actualmente en operación. La renovación de la flota de “equipos obsoletos y propensos a averías”, tendrá que dar paso a “material rodante más flexible y energéticamente eficiente”.
El operador belga también reclama trenes con accesibilidad autónoma para pasajeros con movilidad reducida. Deberán incluir además “zonas de silencio, pantallas de información, conectividad y espacio suficiente para bicicletas”. La nueva flota estará integrada por trenes impulsados por baterías, que sustituirán a los vagones que recurren a motores alimentados por diésel para circular.

