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El tortuoso camino del hotel de 144 metros que quieren hacer Hesperia y la catarí Al Alfia en Málaga

El proyecto cuenta con una inversión de 150 millones de euros y debe obtener el visto bueno de Puertos de Málaga, de Puertos del Estado y del Consejo de Ministros. Los promotores confían en arrancar las obra a final de año.  

Recreación del proyecto de Hesperia y Al Alfia en Málaga, con la torre al fondo a la derecha
Carlos Molina

El grupo inversor hotelero Hesperia se juega mucho en su proyecto más icónico: un hotel de 144 metros en el Puerto de Málaga con 373 habitaciones, que requerirá una inversión de 150 millones de euros, que se hará a través de la joint venture creada junto al fondo catarí Al Alfia y que será diseñado por el arquitecto británico David Chipperfield, premiado con el premio Pritzker, considerado como el Nobel de la arquitectura, en 2023.

El proyecto fue presentado en el mes de febrero y solo un mes después inició la compleja tramitación administrativa necesaria para el arranque de las obras. Fue el pasado 6 de marzo cuando la compañía registró el proyecto ante la Autoridad Portuaria de Málaga. Una vez que logre el visto bueno del Puerto de Málaga, tendrá que hacer lo mismo con Puertos del Estado y en último lugar deberá contar con la aprobación del Consejo de Ministros. Un tortuoso camino que, en el mejor de los escenarios, retrasaría el inicio de las obras hasta el cuarto trimestre de 2025, que se prolongarían durante 35 o 40 meses hasta finales de 2028, fecha inicialmente prevista para la inauguración del hotel, que será gestionado por Hesperia.

En una entrevista con Cinco Días, el consejero delegado de Hesperia, Jordi Ferrer, resalta que no contempla otro escenario que no sea el de contar con todos los permisos y las autorizaciones para arrancar las obras a finales de este año. “Llevamos ocho años con la tramitación del proyecto y creo que hemos sido muy rigurosos en plazos y procesos. En marzo presentamos el proyecto de ingeniería, el plan de negocio actualizado y unos nuevos avales, ya que hubo que duplicar las cantidades aportadas”.

Foto de la presentación oficial del proyecto. De izquierda a derecha, Jose Antonio Castro, presidente de Hesperia; David Chipperfield, arquitecto; Francisco de la Torre, alcalde de Málaga; Carlos Rubio, presidente de la Autoridad del Puerto de Málaga, y Abdulla Al Darwish, representante del fondo catarí Al Alfia

Ferrer resalta que cuenta con el apoyo total del alcalde de Málaga y de la Autoridad Portuaria de Málaga, ya que considera que el hotel será un proyecto supertranformador del Puerto de Málaga y de toda la ciudad, en línea con lo que sucedió con el hotel W en el Puerto de Barcelona o el Museo Guggenheim en Bilbao. “El hotel estará ubicado en una zona deprimida actualmente, donde no hay nada, y vamos a recuperar esa zona para la ciudad y los ciudadanos, un aspecto en el que ha hecho mucho énfasis Chipperfield en el proyecto”.

El hotel tendrá una categoría de cinco estrellas y estará orientado a atraer a viajeros de largo radio y alto poder adquisitivo, fundamentalmente de Asia, Oriente Medio y América, con tarifas que podrían llegar hasta los 500 euros por habitación. “Además dotaremos a la ciudad de una infraestructura con la que no cuenta ahora que le permitirá acoger eventos de negocios multitudinarios”.

Rechazo ciudadano

La joint venture entre la española Hesperia y la catarí Al Alfia no solo deberá superar el complejo trámite administrativo. También tendrá que vencer la fuerte contestación social que ha levantado un macroproyecto que cambiará para siempre el skyline de la capital malagueña y del Puerto de Málaga. El colectivo más combativo contra el proyecto hotelero es la plataforma Defendamos Nuestro Horizonte, que ha logrado que el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía admitiera a trámite la demanda presentada hace más de un año, gracias a un crowfunding con el que lograron levantar 31.652 euros.

“El proyecto implica cambiar la normativa vigente, eliminando el actual uso público de la zona para hacer un desproporcionado hotel de lujo accesible a las rentas más altas en lugar de ser accesible a toda la ciudadanía. Se debe garantizar el uso público con interés general”, resalta en un comunicado. “El proceso de selección sin concurso público, la extrañamente simplificada tramitación y el desvirtuado control administrativo no ofrecen garantías suficientes que demuestren el correcto cumplimiento de la ley, como ya hemos visto en otros casos en España, como el Algarrobico en Almería o Valdecañas en Cáceres”.

Frente a esas críticas, Ferrer considera normal que un proyecto de la citada envergadura (una torre de 144 metros que será el edificio más alto de la ciudad) genere protestas o dudas, aunque considera que se han transmitido mensajes a los medios de comunicación que no coinciden con la realidad, como el impacto negativo en la oferta de vivienda o en el crecimiento del turismo masivo. “La falta de vivienda y la carestía están ligadas a los pisos turísticos, que están restando viviendas en alquiler. Y este proyecto no solo abre nuevos mercados emisores de alto poder adquisitivo, si no que también va a generar un fuerte impacto en generación de actividad económica y creación de puestos de trabajo”.

El consejero delegado de Hesperia también carga contra aquellos que acusan a los inversores de especuladores. “Es una inversión muy grande, a lo que habrá que sumar el pago del canon por la concesión en el Puerto. El retorno es bastante más reducido que en otros proyectos, pero el impacto es mucho mayor”.

Sobre la firma

Carlos Molina
Periodista de la sección de Empresas, especializado en hoteles, turoperadores, agencias de viajes y aerolíneas. Trabajó en la sección de Especiales entre 2001 y 2005 y escribió sobre comercio exterior, política económica y macroeconomía en la sección de Economía entre 2005 y 2015. También ha trabajado en ABC, Interviú y el diario Mediterráneo.
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