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Indra estudia una posible integración de Escribano

Javier Escribano, presidente y dueño del 50% de EM&E Group, niega que la empresa esté en venta

Ángel Escribano comparece en la Comisión Mixta Congreso-Senado de Seguridad Nacional, el pasado mes de marzo.

Indra está estudiando una posible integración con la empresa familiar de Defensa Escribano Mechanical & Engineering (EM&E Group) para ganar capacidad productiva, según confirman fuentes del sector. La empresa familiar de la que era presidente hasta el pasado mes de enero Ángel Escribano, actual presidente de Indra, es dueña del 14% de ésta última, controlada en un 28% por la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI).

En esa dirección, el grupo de Defensa y Tecnología ha encargado a la consultora KPMG realizar una due diligence (análisis) preliminar de la compañía para analizar la viabilidad de la operación, según adelantaron El Confidencial y Expansión. El estudio podría valorar EM&E entre 1.000 y 1.500 millones de euros, según explican las fuentes consultadas. Indra, EM&E Group y KPMG han declinado hacer ningún comentario sobre la operación.

No obstante, el presidente de EM&E, Javier Escribano ha afirmado en declaraciones al diario El Periódico que “la empresa Escribano no está en venta y desde luego vale mucho más de 1.000 millones”, en referencia a las cifras de valoración de EM&E que han publicado distintos medios sobre la operación.

La potencial fusión se produce tras el intento fallido de comprar a la estadounidense General Dynamics la española Santa Bárbara Sistemas, aunque recientemente la empresa norteamericana ha hecho un acercamiento proponiendo una alianza para fabricar conjuntamente en Asturias. Indra también ha mostrado interés con hacerse una planta de Duro Felguera en Gijón.

EM&E posee dos asientos en el consejo de administración de Indra: el de Ángel Escribano y el de su hermano Javier. Este último se ha hecho cargo de la presidencia de la empresa familiar desde que la SEPI propuso a Ángel Escribano como presidente ejecutivo de Indra, tras la salida de Marc Murtra con rumbo a Telefónica. A su vez, cada uno de los dos hermanos posee el 50% de EM&E.

La operación entre Indra e EM&E se encardina en la necesidad de aumentar la capacidad industrial del grupo español para garantizar su acceso al programa europeo de 150.000 millones de euros anunciado por la Comisión Europea para el rearme del Viejo Continente. Según indicó Javier Escribano en un reciente foro, su grupo espera ingresar en 2025 unos 430 millones y obtener un beneficio neto de explotación (ebit) de 150 millones.

Actualmente, Indra tiene una capitalización bursátil de 4.800 millones, tras dispararse un 61% en bolsa en lo que va de año por los nuevos planes de inversión en defensa y seguridad. EM&E es el segundo accionista de Indra con un 14,3%, solo por detrás de la SEPI, organismo dependiente del Ministerio de Hacienda que cuenta con un 28%. Por detrás, están Sapa (7,94%) y Amber Capital (7,24%), gestora de Joseph Oughourlian, presidente de PRISA (editor de EL PAÍS). En 2024, registró un resultado récord, con un beneficio neto de 278 millones de euros, lo que supone una mejora del 34,9% respecto a 2023. Los ingresos crecieron un 11,5% hasta los 4.843 millones de euros.

Planes de defensa europeos

La potencial fusión con EM&E supondría para Indra incorporar a su perímetro una empresa de armamento, un negocio en el que la compañía ya ha manifestado su interés. En ese sentido, EM&E desarrolla, entre otros productos, torretas para tanques y vehículos blindados, un mercado este último en el que la compañía también participa junto a Indra, Sapa Placencia y Santa Bárbara Sistemas (propiedad de General Dynamics) a través del consorcio Tess Defence, adjudicatario de la fabricación para el Ejército español de los 8x8 Dragón y del Vehículo de Apoyo Cadenas (VAC), dos contratos valorados cada uno de ellos en torno a 2.000 millones de euros.

De hecho, Indra ha creado una nueva filial para fabricar vehículos militares (Indra Land Vehicles) y ha intentado adquirir la planta de Santa Bárbara Sistemas en Trubia (Asturias) -en la que se produce el 8x8 Dragón-, si bien se ha encontrado con la negativa de General Dynamics, motivo por el que la compañía ultima ahora la compra de la planta de calderería pesada de Duro Felguera en Gijón para reconvertirla y fabricar blindados en ella. Asimismo, cabe señalar que se prevé que Indra será la compañía que traccione -bien en solitario o a través de uniones temporales de empresas (UTE)- la mayor parte del aumento del gasto militar en España, dado que el Gobierno.

A ello se suma que Indra también ha incrementado su perímetro de actividad en el ámbito de la defensa al sector aeroespacial, lo cual se ha concretado con la adquisición a Redeia del 89,68% del operador de servicios satelitales Hispasat por 725 millones de euros. Sin embargo, tal y como ha reconocido la propia Indra, la parte que más le interesa de esta operación es hacerse con el control de Hisdesat, la rama de satélites militares de Hispasat. En esa línea, otra de las opciones en el radar de Indra pasa por incrementar su peso en la empresa vasca de motores para aviones ITP Aero, de la que ya posee un 9,5%.

La posible integración entre Indra y la empresa de Escribano estaría en la línea de los recientes movimientos iniciados por los gigantes europeos del sector en operaciones de consolidación. Así, Airbus, Thales y Leonardo negocian fusionar sus negocios espaciales, mientras que Rheinmetall y Leonardo se han aliado para fabricar vehículos de combate.

Tras la llamada del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, a las autoridades europeas para que invirtiera más en defensa, el comisario europeo de Defensa y Espacio, Andrius Kubilius, se ha mostrado a favor de crear campeones europeos de Defensa, mediiante fusiones y operaciones corporativas para que puedan competir globalmente contra rivales de Estados Unidos y China.

Precisamente, el presidente del Gobierno. Pedro Sánchez, anunció el pasado martes, día 22, en la rueda de prensa tras el Consejo de Ministros la aprobación el “Plan nacional para el desarrollo e impulso de la tecnología de defensa y seguridad española”, que anunció el pasado día 26 en el Congreso. Por el mismo,España invertirá 10.471 millones más de euros en defensa en 2025, hasta llegar a un total de 33.123 millones, y “cumplirá este año con el objetivo del 2%” de gasto militar comprometido con la OTAN, adelantando en cuatro años la fecha fijada hasta ahora por el Gobierno, que era 2029, según aseguró Sánchez.

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