Puertas abiertas a las segundas oportunidades
Fundación Mapfre hace balance de sus 50 años de actividad, en los que ha invertido 1.140 millones de euros. Más de 179 millones de personas se han beneficiado de sus acciones en 32 países


La Fundación Mapfre cumple 50 años. Corría el año 1975, en una España asentada todavía en las estructuras del franquismo, cuando el abogado, empresario y escritor Ignacio Hernando de Larramendi plasmaba su sentido de la responsabilidad social de las empresas con la creación de Fundación Mapfre. Un pensamiento empresarial que se recoge en la obra Los cien empresarios españoles del siglo XX, dirigida por Eugenio Torres Villanueva (Lid Editorial, 2000): “La empresa no está obligada solo a la prestación eficiente de su propio servicio, sino sujeta a obligaciones institucionales derivadas de su influencia en la vida social y de su participación en el patrimonio nacional”.
Más tarde, en 1988, se crearon la Fundación Cultural Mapfre Vida y la Fundación Mapfre América, y un año después, Fundación Mapfre Estudios y Fundación Mapfre Medicina. En 2006 se inició una nueva etapa con la fusión en una sola de las cinco fundaciones corporativas para concentrar esfuerzos y estrategias, la actual Fundación Mapfre.
“Son 50 años con el objetivo de mejorar y de trabajar por las personas, ayudando a todos aquellos que lo necesitan, y tratar de abrir puertas a la esperanza”, destacó Antonio Huertas, presidente de la fundación, durante la presentación del balance de actividad de los primeros 50 años. Puertas a la esperanza que simbolizan “esas segundas oportunidades que son una de las características de nuestro trabajo social para evitar la exclusión y facilitar el desarrollo de aquellos que más lo necesitan”, remarcó.
La Fundación Mapfre ha invertido a lo largo de este periodo más de 1.140 millones de euros, que han mejorado la vida de más de 179 millones de personas en 32 países, “trabajando conceptos tan básicos como la salud, la educación, el bienestar, la protección y la formación”, precisó Huertas. Una actividad que la fundación resume en 12 hitos que van desde los proyectos sociales internacionales, la actuación en crisis humanitarias o el fomento del voluntariado hasta impulsar la inclusión laboral, la formación, el envejecimiento activo, los programas de concienciación o la promoción cultural.
Los proyectos sociales internacionales han impactado en más de 15 millones de personas, con una inversión que supera los 350 millones. Destacan los programas con foco en la educación, la nutrición y la salud. “Nuestros proyectos sociales, que hemos desarrollado con más de 80 entidades asociadas, son una pieza clave para ayudar, quizá de una manera muy humilde dada la inmensidad de los problemas, pero muy honrosa, a erradicar la pobreza”, expresó el presidente de la fundación, que destacó especialmente la actividad en el Centro Comunitario Mapfre-Up Santa Fe, en México. Los beneficiarios de este proyecto son niños, jóvenes y adultos residentes en el área de influencia de un kilómetro en torno al pueblo de Santa Fe y allí se ofrece atención integral con servicios de salud, psicología, nutrición, asesoría legal, apoyo en educación y en otros aspectos de desarrollo como actividades se promoción humana, valores y esparcimiento.
Elemento esencial en el trabajo de la fundación es la educación, “que debe ser el ascensor social que permita que los más débiles socialmente puedan progresar, fundamentalmente en Latinoamérica, donde hemos formado también a profesores”, apuntó Huertas. La fundación ha hecho hincapié en aspectos tecnológicos relacionados con la innovación en los métodos de enseñanza, y “que hoy día permite democratizar de manera más económica el acceso a todos los materiales”.
Empleo
Del Programa Social de Empleo, Huertas destacó el proyecto Juntos Somos Capaces, gracias al cual cerca de 6.000 personas con discapacidad intelectual han podido acceder a formación, prácticas y empleo en empresas. También la convocatoria de ayudas Accedemos, que apoya a pequeñas empresas, autónomos y emprendedores para contratar a jóvenes, mayores de 50 años o desempleados de larga duración, y que en los últimos 50 años ha proporcionado más de 7.000 ayudas por un total de 25,8 millones de euros.
Como organismo intermedio del Fondo Social Europeo Plus (FSE+), la fundación ha activado las Ayudas +Rural, dotadas con 30 millones de euros (20 millones del FSE+ y 10 más aportados por la fundación). Próximamente abrirá nueva convocatoria, dotada con 18 millones, para continuar fomentando la inclusión sociolaboral y mejorar el acceso a cuidados de larga duración en entornos rurales.
La investigación ha sido otro pilar de la labor de la fundación, que en estos 50 años ha financiado 2.200 proyectos de investigación relacionados con la salud, la seguridad vial, el seguro y la prevención de lesiones en Europa, Latinoamérica y EE UU. “En Mapfre siempre hemos intentado dar ejemplo a través de los valores que son muy básicos y muy relevantes, y que se han vuelto muy necesarios en los últimos años por lo que hemos vivido y seguimos viviendo”, subrayó Huertas.
Presidencia de honor de los Reyes
La presentación del balance de los 50 años de la Fundación Mapfre ha sido uno de los primeros actos conmemorativos del aniversario que se desarrollarán a lo largo de este año bajo la presidencia de honor de los Reyes. La celebración coincide con el relevo al frente de la dirección general de la fundación. Julio Domingo cede el testigo, por jubilación, a Elvira Vega, que es desde el día 1 de marzo la nueva directora general.
Uno de los compromisos para la nueva etapa que ahora se abre es el de convertir a la Fundación Mapfre en una organización de referencia en Europa e incrementar la presencia en esta región, con más presencia en foros europeos, clave para aumentar “la colaboración con otras fundaciones afines, un paso fundamental para encontrar soluciones a los grandes desafíos de la actualidad, como el envejecimiento de la población, el aumento de la desigualdad y la digitalización”, destacó Elvira Vega. En esta línea, se van a iniciar proyectos educativos para colectivos vulnerables en países como Francia, Bélgica o Irlanda. Y también como novedad, dentro del Programa de Empleo se va a organizar un nuevo taller de aprendices para impulsar la inclusión laboral de colectivos vulnerables, a través de la formación en oficios tradicionales.
Para la nueva directora general, “2025 nos ofrece una oportunidad única para avanzar, evolucionar y fortalecer nuestra misión, abriendo oportunidades a través de actividades que sean relevantes para la sociedad y que involucren a los jóvenes”.
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