¿Qué significa ebitda o ‘one-off’? Actualización del diccionario económico del Diablo (Parte 1)
En el mundo económico, el lenguaje está diseñado para esconder información y que las palabras expresen lo contrario de su significado verdadero
En el ensayo Política y el Idioma Inglés, George Orwell nos avisaba de que “si el pensamiento corrompe el lenguaje, el lenguaje también puede corromper el pensamiento”. Esa idea fue la que le llevó a desarrollar el concepto de Neolengua en su novela 1984, en la que enseña cómo el lenguaje tiene el poder de enmascarar la verdad y engañar al público. El lenguaje se convierte en una herramienta de control de la mente con el fin de destruir la voluntad.
Los eslóganes del partido llegan al absurdo de “la guerra es paz” o “la libertad es esclavitud”. El único mandato legal del BCE, “estabilidad de precios = inflación anual del 2%” es un eslogan igual de absurdo. Cuando los burócratas encargados de la planificación central prometen, para generar riqueza, hacer todo lo posible por destruir el poder adquisitivo de la moneda un 50% cada generación ya sabemos que el lenguaje ha alcanzado su punto más bajo. Es como el Departamento de Productos Estructurados Inteligentes de los bancos. No creo que vendiesen muchos si se llamasen Productos Estructurados Estúpidos.
Posteriormente, Friedrich Hayek, en Camino a la Servidumbre, indicaba los problemas del lenguaje y las opiniones divergentes del orden social centralmente planificado: “La minoría con una inclinación a la crítica debe ser silenciada”. Aunque Dostoievski fue quien mejor lo expresó: “La tolerancia (lo políticamente correcto) alcanzará unos niveles que se le prohibirá pensar a los inteligentes para no ofender a los imbéciles”.
En el mundo financiero, el lenguaje está diseñado para esconder información. Se le da la vuelta a las palabras para que expresen lo contrario de su significado verdadero. Ahora que las empresas están publicando sus resultados anuales parece una buena idea aclarar el significado de ciertos términos en este Diccionario Económico (Parte I… habrá más) para no llevarnos a engaño.
Adquisición estratégica: una transacción en que se paga demasiado por lo que se compra. Si el responsable de la misma está ilusionado con ella, un número ilimitado de asesores internos y externos crearán las proyecciones que hagan falta para justificarla. Rara vez el beso de la Princesa Adquirente tiene la suficiente dinamita como para transformar al Sapo Adquirido en el Príncipe Encantado.
Analista: un experto que mañana sabrá explicar por qué las cosas que predijo ayer no han sucedido hoy. Ha pronosticado correctamente veinte de las últimas cinco crisis.
Auditor: alguien que realiza conjeturas muy precisas basadas en datos incorrectos proporcionados por quienes tienen conocimientos cuestionables.
Banco Central: en palabras de Jason Zweig, “un grupo de economistas que piensan que sus estimaciones actuales son correctas aunque las pasadas hayan sido equivocadas”. Un intento de predecir lo que no se sabe midiendo lo irrelevante destruyendo, por mandato, la moneda que ellos mismos emiten y generando una inflación de la que se culpa a otros.
Ebitda: Beneficios Antes de Intereses, Impuestos, Depreciaciones y Amortizaciones. Una medida financiera creada en el País de Las Maravillas de la que se excluyen factores clave para el desarrollo financiero. Charlie Munger aconseja reemplazar la palabra Ebitda por “beneficios de mier*a”.
Economista: el Cristobal Colón de las finanzas, quien, cuando dejó el Puerto de Palos para descubrir América, ignoraba a dónde iba y cuando llegó ignoraba dónde estaba. En palabras de Warren Buffett, “cualquier empresa con un economista tiene un empleado de más”. Winston Churchill decía que si se juntaban dos economistas en una habitación se obtenían dos opiniones, a no ser que uno de ellos fuese Lord Keynes, en cuyo caso se obtendrían tres.
Estimaciones de beneficios: el intento infructuoso de predecir los beneficios de una empresa. Contrariamente a la propaganda de los brokers, los beneficios nunca superan a las estimaciones. Son las estimaciones las que se equivocan con respecto a los beneficios. Nadie dice “el clima se equivocó con respecto a lo que predijo el hombre del tiempo”. La industria financiera es la única en la que la gente echa la culpa de sus pobres habilidades predictivas a la realidad.
Incertidumbre (volatilidad): un hecho inmutable y cierto acerca de la vida humana y el mundo financiero que existirá siempre. Se usa como excusa para mantenerse inactivo sin darse cuenta que el mercado de valores es como una montaña rusa; emocionante en la subida, terrorífico en la bajada y mareante entre medias.
Inflación: el precio que pagamos para financiar los gastos del gobierno que pensábamos que eran gratis.
Informe anual: panfleto propagandístico diseñado para ser tan confuso y lleno de información irrelevante como sea posible. La relevancia de la información es inversamente proporcional a su localización en el panfleto (sólo a partir de la página 400 se encuentra algo relevante) y al tamaño de la letra en que está escrita (si hace falta un microscopio para leerla puede que haya algo interesante).
LTRO: operaciones de refinanciación a largo plazo otorgadas a los bancos con el dinero de los contribuyentes a través del BCE. Consiste en la distribución de enormes sumas de dinero incluso a aquellos que se han portado mal independientemente de si lo merecen o no. Un poco como el padre que le da la paga semanal a todos sus hijos por igual.
One-off: un gasto que, en teoría, afecta a los resultados una sola vez y que se debería desestimar. Es el equivalente en Wall Street al famoso chiste de Lincoln: “¿Aparte de ese detalle (el disparo que acabó con la vida de su marido mientras asistía al teatro) que le pareció la obra a la señora Lincoln? La pronunciación inglesa es sospechosamente cercana a la palabra guano (excremento de ave marina) que se aproxima más a la realidad financiera del susodicho gasto.
Recompra de acciones: una forma de devolver capital a los accionistas. Sólo tiene sentido si la empresa tiene capital suficiente para sus necesidades presentes y futuras y si las acciones recompradas están infravaloradas. Deberían ser contingentes al precio pagado y no relativas a una cantidad fija. Se suelen llevar a cabo cuando el precio de las acciones es elevado (y no al revés).
Sinergia: un término usado frecuentemente para justificar una adquisición que no tiene sentido (ver “Adquisición Estratégica”).
Valor tangible por acción: lo que debería crecer de forma continuada para generar valor para el accionista. Desafortunadamente, lo que suele crecer de forma exponencial en este ratio es el denominador (número de acciones) y no el numerador (valor tangible)
*Este artículo está inspirado en El Diccionario del Diablo, publicado por Ambrose Bierce en 1906 y en El Diccionario Financiero del Diablo, publicado por Jason Zweig en 2015.