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Musk celebra la victoria de Trump: “Pronto tendréis la libertad de construir”

El hombre más rico del mundo se involucró con todo su poder en la campaña mientras sus empresas Tesla y Spacex se benefician de su salto a la política

Elon Musk, en una de sus últimas intervenciones públicas durante la campaña.
Elon Musk, en una de sus últimas intervenciones públicas durante la campaña.Samuel Corum (Getty Images)
A.M.R.

El hombre más rico del mundo, Elon Musk, ya se ve en el sillón a la derecha del hombre más poderoso del planeta, Donald Trump. El magnate tras Tesla y Spacex, las empresas que conquistaron el futuro del motor y la carrera espacial entrados en el siglo XXI, se ha llevado toda la noche electoral en Estados Unidos anticipando y celebrando la victoria republicana. No fue el único: en paralelo, las acciones de su compañía de coches eléctricos volaban en bolsa, con más de un 12% de subidas (Spacex no cotiza). Como remate, incluso se ha sentado físicamente junto a Trump en la fiesta de los de rojo en West Palm Beach (Florida) mientras en lo virtual, poco después de la medianoche en Washington DC, decidía fijar un mensaje en esa red social por la que pagó mucho más de su precio objetivo (unos 44.000 millones de euros) y a la que renombró como X: “América is a nation of builders. Soon, you will be free to build” (”América es una nación de constructores. Pronto, tendrás la libertad de construir”).

Tras esa frase, y pese a ser sudafricano de nacimiento (si bien nacionalizado como estadounidense), Elon Musk resume su mentalidad radicalmente liberal. Además de liderar las listas de fortunas mundiales, Musk presume de ser el empresario más exitoso de la historia. Así quedó claro cuando se anunció su aterrizaje político a principios de septiembre: Musk será el rey de los ajustes (greatest cutter -el mayor recortador-, lo llamó Trump en un mitin) de una administración que ambos consideran que ha llegado demasiado lejos en gasto, despilfarro y tamaño.

Hablando de recortes y de tirar el dinero, en otro post de esta noche de escrutinios, el empresario ha tirado de meme y se ha colocado en el Despacho Oval con un sumidero en las manos y anunciando que empieza el trabajo. “Juego, set y partido”, proclamó en otro mucho antes de que Trump se acercase a la victoria.

La noche ha sido intensa en el móvil de Elon Musk. Su línea temporal, además, puede servir de hoja de ruta de lo que puede ser su papel como asesor económico de Trump: “You are the media now” (”Ahora vosotros sois los medios”) y “The future is gonna be fantastic” (”El futuro va a ser fantástico”), con una imagen de uno de sus cohetes y aprovechando así para insertar una cuña publicitaria que luego, hasta el propio Trump en su discurso tras proclamarse ganador, amplió alabando los avances científicos y la visión de Musk. “El mayor empresario de Estados Unidos”, dijo el político republicano.

El magnate ha multiplicado su actividad en X durante este otoño (y quién sabe si puesto el algoritmo al servicio de sus aspiraciones políticas) y se afanó en airear gráficos con lo que crece a diario la deuda nacional y cálculos sobre el número real de agencias públicas que puede haber (una de sus grandes críticas es que ni siquiera se sabe a ciencia cierta; pero no bajan de 400, calcula).

El mismo Musk lleva años peleándose con decenas de esos organismos públicos, desde el mismo supervisor de los mercados, la SEC, que le prohibió tuitear (entonces sí era tuitear todavía) lo primero que se le pasara por la cabeza sobre Tesla para calentar la acción, a las autoridades tributarias o administrativas hasta el punto de mudarse de Delaware (el paraíso empresarial en los EE UU) a Texas, el oasis del republicanismo más permisivo.

Sin olvidarse de las multas reiteradas de la administración de carreteras contra sus coches sin conductor o los problemas técnicos de los Tesla. Si nada más aterrizar en la sede de Twitter en San Francisco, adelgazó la plantilla y echó a todo el que le había criticado, los funcionarios de todas esas oficinas públicas ya andan preguntándose qué puede pasar si Elon Musk se sienta en el Despacho Oval cada mañana a tratar la agenda económica de Trump.

De la NASA se puede quejar menos. Su relación entre SpaceX y la agencia espacial demuestra que también sabe valerse de la administración y sus grandes recursos. Según publicó The New York Times, Musk ha ganado casi 16.000 millones de dólares en contratos con la administración federal en la última década. Solo de la NASA ha recibido casi 12.000 millones y el grueso del resto se firmó con el Departamento de Defensa.



Sobre la firma

A.M.R.
Jefe de sección de Empresas y Sectores. En prensa económica desde el cambio de siglo, ha trabajado en periódicos locales y provinciales así como en nacionales salmón y páginas web. También tiene experiencia en diferentes gabinetes de comunicación públicos y privados.
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