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Revolut, el neobanco que ha roto el mercado y está en el foco de los reguladores

La firma que alcanza los 3,5 millones de usuarios en España pende de una sociedad lituana y está presente en 16 países de la UE

Una imagen de la app de Revolut. Imagen cedida por la empresa.
Una imagen de la app de Revolut. Imagen cedida por la empresa.
Álvaro Bayón

Bien sea en la parada del autobús, bien sea navegando por Internet es probable que cualquier usuario de banca se haya topado con una intensa campaña publicitaria de una nueva entidad que para muchos aún es una desconocida. Se llama Revolut y, aunque lleva operando desde 2015, ha dado ahora un golpe encima de la mesa en el mercado español, con el objetivo de convertirse en el banco de referencia de los españoles.

La historia de Revolut parte de la idea de un ruso, Nikolái Storonski, y de un ucraniano, Vlad Yatsenko, ante los problemas por operar con la banca en el extranjero. Idearon entonces una tarjeta de débito multidivisa, que permitía sacar dinero y hacer pagos en diferentes países sin contar con comisiones extra. En 2020, por el parón en el turismo por la pandemia de la covid-19, se vieron obligados a reinventarse y optaron entonces por lanzar un banco con todas las de la ley.

En España operan a través de una sucursal que depende de su centro europeo, localizado en Lituania. Además de la tarjeta de viajes, ofrece también servicios de inversión y, desde el pasado verano, una cuenta nómina, que ha lanzado con una oferta promocional al 3,5% durante el primer año. La semana pasada alcanzó los 3,5 millones de clientes y ha comenzado a ofrecer Bizum.

“Queremos ser el Apple de la banca. Es decir, un player del sector financiero que provoca cambios en el resto. Nosotros venimos a luchar para ser la cuenta principal de los españoles. De aquí a fin de año nuestro foco principal va a estar en captar nuevas nóminas. Para el año que viene pensamos lanzar nuevos productos tanto a nivel europeo como nivel local”, explica Ignacio Zunzunegui, su responsable para el sur de Europa.

Por el momento, Revolut cuenta con 34 millones de usuarios en Europa, repartidos por 16 países. Al mismo nivel que los 3,5 millones en España (esperan alcanzar los cuatro millones entre finales de este año y principios del próximo), están Francia, Polonia o Rumanía, todos ellos en cabeza en el uso de este neobanco en la UE. La firma, sin embargo, da pocas cifras sobre la marcha del negocio. Presume de, a diferencia de muchas startups, ser rentable. A nivel global ganó 500 millones de euros en 2023, con unos ingresos de 2.000 millones. Sin embargo, no detalla las cifras ni de su matriz europea y de su negocio en España. Los números sí son suficientes para convencer a los inversores y este verano cerró una venta secundaria de acciones que valoró el banco en 41.000 millones. El siguiente paso será la salida a Bolsa.

“El secreto de nuestro modelo de negocio está en unas fuentes de ingresos muy diversificadas, por lo que no solo dependemos de la evolución de los tipos de interés. En primer lugar, las transacciones con tarjetas suponen una cuarta parte de nuestros ingresos. Después tenemos los distintos modelos de suscripción, en los que ofrecemos distintos tipos de beneficios. Y finalmente tenemos los ingresos por cambio de divisas y por productos de inversión, como ETF o acciones”, explica Zunzunegui.

Los neobancos han introducido en el mundo de las finanzas el modelo de suscripción que ya han desplegado Spotify, Netflix o la prensa. En el caso de Revolut, cuenta con un plan estándar, gratis, que permite la operativa básica de la banca. Esta suscripción se puede elevar a Plus (3,99 euros al mes), Premium (8,99), Metal (15,99) y Ultra (45 euros, pero en una proporción), para ir añadiendo ventajas, como comisiones más baratas en determinadas inversiones o hasta una suscripción de pago en Tinder. Actualmente, la firma ha desplegado una intensa campaña de márketing para captar clientes de cero, que ahora deberá llevar a las propuestas de pago. No en vano, la trayectoria de Zunzunegui está más ligada al mundo del marketing que al de la banca.

“En su despliegue en España afronta dos retos grandes, uno es conseguir una cuota suficiente para alcanzar una escala razonable. El otro es la regulación. Empezarán con cuentas gratis para captar clientes. Luego ofrecerán productos no tan fácilmente accesibles para clientes de banca, como comprar criptos, pero solo para sus suscriptores premium. La idea es desarrollar una única plataforma para acceder a todos los servicios que puedan ir surgiendo. Ahora por donde ganan dinero es con las tasas de tipo de cambio y con las cripto. En cuanto a la regulación, pueden afrontar problemas por los controles de blanqueo de capitales y en la protección de datos”, indica Carlos Halpern, profesor de IESE.

El crecimiento exponencial de Revolut ha levantado, por tanto, suspicacias. Al operar desde Lituania era el regulador de ese país el que supervisaba a la entidad hasta principios de año. Y desde entonces, y dado el tamaño que ha adquirido, es competencia directa del Banco Central Europeo. El paso de poderes de una entidad ha otra ha hecho saltar las alarmas. Según ha publicado Bloomberg, la entidad que preside Christine Lagarde ha instado a la entidad a mejorar sus controles de crímenes financieros y en gobernanza. También en Reino Unido no logró licencia bancaria hasta este verano.

Además, el hecho de estar radicado en Lituania abre otro problema. Supone que, en caso de quiebra de la entidad, es el fondo de garantía de depósitos de esta república báltica el que debe asumir los ahorros por hasta 100.000 euros de todos los europeos que operen con Revolut, al no existir aún un blindaje común para los depósitos en toda la UE. La duda está en si Lituania —con un PIB de unos 70.000 millones de euros, frente a los 1,4 billones de España o los 2,8 billones de Francia— podría ser capaz de asumir todos esos depósitos en caso de que el banco siga en su crecimiento exponencial.


Sobre la firma

Álvaro Bayón
Redactor de la sección de empresas especializado en operaciones corporativas, banca de inversión y capital riesgo. Graduado en Estudios Hispánicos por la Universidad Autónoma de Madrid y Máster en Periodismo UAM-El País, ha desarrollado toda su carrera en Cinco Días, donde trabaja desde 2016.
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