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El Estado recupera apenas 4.000 millones de Bankia, el 18% de su rescate

El valor de la participación pública en CaixaBank se ha triplicado cuatro años después de la fusión

Sede de Bankia
Pablo Monge (CINCODIAS)
Álvaro Bayón

Las cuentas de la devolución del rescate a la banca aún son exiguas para el Estado español. Más de una década después del rescate al sector financiero, del que el reflote de Bankia fue la piedra de toque, y cuatro años después de la fusión de esta entidad con CaixaBank, la sociedad BFA (el dueño de Bankia y ahora del 16% del banco catalán) ha obtenido 4.000 millones entre ventas de acciones y dividendos cobrados en estos años, según afirma el Fondo Ordenado de Reestructuración Bancaria (FROB) en su memoria anual de 2023, que es a la vez el propietario de esta sociedad. La cifra representa el 7% de los 56.000 millones dedicados a rescatar al sector financiero y cerca del 18% de los 22.400 millones que dedicó al reflote de Bankia en 2012.

De un lado, el Estado español se ha embolsado un total de 2.100 millones de euros en dividendos desde el rescate, incluyendo el pago complementario cobrado durante el mes de abril, aún con cargo a los resultados de 2023, a razón de 39 céntimos por acción. El banco tiene previsto pagar dos dividendos con cargo a los resultados de este año, en noviembre y en abril, con el objetivo de retribuir a los accionistas con entre el 50% y el 60% del beneficio neto, si bien no ha desvelado la cuantía.

Del otro lado, ha acometido dos ventas parciales de su participación. En enero de 2014 percibió 1.304 millones por la colocación del 7,5% y en diciembre de 2017 se embolsó otros 818 millones con la venta de otro 7%.

El importe de esta cuenta debería incrementarse sustancialmente cuando el Estado termine de ejecutar la desinversión de la participación que aún retiene en CaixaBank. No obstante, la realidad es que ha ido progresivamente ampliando el plazo para culminar dichas ventas, y actualmente vence en diciembre de 2025, dentro de algo más de un año. En los últimos tiempos, el Estado no ha dado muchos más pasos en línea con estas desinversiones, amén de la fusión de Bankia con CaixaBank.

La razón de este movimiento —del que esta semana se cumplirán cuatro años desde que se publicaron los primeros rumores sobre la transacción— fue tratar de maximizar el valor para el Estado del banco. El FROB pasó de controlar un 61,8% de Bankia al actual 16% en CaixaBank. La estrategia ha sido totalmente exitosa. En septiembre de 2020, la acción de CaixaBank cotizaba a 1,8 euros y el lunes cerró a 5,44 euros, un 200% más. Hace cuatro años, el 61,8% del Estado en Bankia estaba valorado en unos 2.000 millones. Hoy, el 16,11% público en CaixaBank vale unos 6.400 millones. Además de los beneficios por haber ganado escala con la suma de ambos bancos, la entidad se ha beneficiado en Bolsa de la mejora de los resultados de la entidad al calor de las subidas de los tipos de interés. Cuando se acometió la fusión, de hecho, la banca capeaba la debacle económica por el Covid-19 y su capacidad de generar ingresos se encontraba muy mermada por las políticas expansivas de los bancos centrales.

Estas valoraciones, de mantenerse en esta línea, permitirían al Estado elevar a 10.400 millones el dinero recuperado del Estado, casi la mitad de lo invertido en la entidad. Y elevaría la cifra del dinero recuperado del rescate a unos 16.000 millones, frente a los 56.000 millones dedicados a sanear al sector financiero en su conjunto. No obstante, estas cifras son más bien teóricas. Para materializarse, debería vender esta participación en partes o acometer una gran transacción, como una venta privada o una OPV. En cualquier caso, es razonable pensar que los inversores exigirán un descuento sobre el precio de cotización y que tendrá que vender las acciones más baratas.

Todo esto ha llevado al FROB a elevar en sus cuentas anuales de 2023 el valor recuperable de la participación en CaixaBank hasta los 6.750 millones de euros, frente a los 6.343 millones que consideraba recuperables al cierre del ejercicio de 2022. La cifra incluye los dividendos cobrados en este tiempo de Bankia y CaixaBank, lo recuperado por las dos ventas de paquetes de acciones en el mercado y 1.400 millones de plusvalías en CaixaBank.

La buena evolución de CaixaBank en los últimos años han permitido a BFA (la sociedad instrumental que es dueña de los títulos del banco catalán) pagar el primer dividendo de su historia a su accionista, el FROB, por importe de 335 millones. Esto supuso que la institución volviese a registrar unos beneficios contables de 456 millones de euros en 2023, después de que en 2022 contabilizase unos 2.217 millones de euros, según las cuentas anuales que el organismo ha publicado este miércoles. Además del citado dividendo de BFA, el resultado se beneficia de la positiva evolución de CaixaBank en Bolsa. Esto le ha permitido revertir el deterioro de la participación de BFA en la entidad en 405 millones.


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Sobre la firma

Álvaro Bayón
Redactor de la sección de empresas especializado en operaciones corporativas, banca de inversión y capital riesgo. Graduado en Estudios Hispánicos por la Universidad Autónoma de Madrid y Máster en Periodismo UAM-El País, ha desarrollado toda su carrera en Cinco Días, donde trabaja desde 2016.
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