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Cauces de colaboración para abordar el reto del agua

La Semana Mundial del Agua aboga por romper todas las formas de compartimentación en la gestión de este recurso. Auara cita a Egipto, Singapur e India como ejemplos de buenas prácticas

Proyecto llevado a cabo en un colegio de India, donde se instaló un pozo de agua potable para abastecer a la comunidad.
Proyecto llevado a cabo en un colegio de India, donde se instaló un pozo de agua potable para abastecer a la comunidad.CEDIDA
Rafael Durán

El agua es fuente de vida en la Tierra y es fundamental para la mayoría de industrias y servicios que requiere la sociedad: la energía, la producción de alimentos, la sostenibilidad de los ecosistemas y el desarrollo socioeconómico. Sin embargo, en los últimos años, el estrés hídrico ha aumentado por diversas causas, la mayoría relacionadas con la actividad humana. La falta de agua potable y la ausencia de acceso a servicios básicos de saneamiento es un riesgo para la salud y supone un obstáculo al desarrollo de una gran parte de la población mundial.

En el mundo, 2.200 millones de personas carecen de acceso a servicios de agua potable gestionados de forma segura, según datos de 2023 de la OMS y Unicef. Además, unas mejores condiciones de agua, saneamiento e higiene podrían evitar unas 400.000 muertes al año por enfermedades diarreicas entre niños menores de cinco años

Para lograr revertir esta situación, entre los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), el ODS 6 está específicamente destinado al agua, con el que se trata de “garantizar la disponibilidad de agua y su gestión sostenible y el saneamiento para todos”, aunque, en realidad, el agua contribuye al progreso de todos los demás objetivos, principalmente los relacionados con la salud, la educación, el crecimiento económico y el medio ambiente.

Gestionar adecuadamente este recurso contempla diferentes aspectos, como su correcta canalización para abastecer a toda la población, el uso de sistemas de optimización que permitan el ahorro en su consumo o su reutilización para darle una segunda vida en otros usos como la agricultura, y es esencial para construir un futuro pacífico y sostenible.

Este ha sido precisamente el lema de este año de la Semana Mundial del Agua, celebrada la semana pasada en Estocolmo y que impulsa desde 2015 el Instituto Internacional del Agua de la capital sueca (SIWI, por sus siglas en inglés). Se trata de un foro para identificar y promover oportunidades de cooperación efectiva en materia de agua. Este año se ha centrado en la cooperación en materia de agua, en aras de la paz y la seguridad en su sentido más amplio: seguridad humana, alimentaria y nutricional, seguridad de los ecosistemas, energética... y en la relación entre todas ellas. Y para que esta cooperación sea exitosa, romper todas las formas de compartimentación es clave, como se ha reflejado en el lema de esta año: “Superar fronteras: agua para un futuro pacífico y sostenible”.

Ayuda al desarrollo

En España son numerosas las ONG para el desarrollo que, en mayor o menor medida, trabajan en el sector del agua y el saneamiento, como Cruz Roja, Cáritas, Oxfam Intermón, Médicos del Mundo, Manos Unidas, Ayuda en Acción, Amigos de la Tierra o Acción contra el Hambre, entre otras muchas. Y no solo desde el tercer sector, también desde el mundo empresarial se colabora con este objetivo. La empresa social Auara, que destina el 100% de sus dividendos a construir pozos, tanques de recogida de agua de lluvia y sistemas de saneamiento en países en desarrollo. Con esta cooperación, hay países que se han convertido en un ejemplo en su forma de afrontar los retos de la escasez de este recurso. Auara ha seleccionado, en especial, tres: Egipto, Singapur e India.

Egipto es uno de los países con más estrés hídrico del planeta y donde menos llueve del mundo, y para hacer frente a esta realidad ha elaborado un plan nacional de recursos hídricos basado en cuatro ejes principales: racionalización del uso del agua, mejora de su calidad, provisión de fuentes de agua adicionales y establecer un entorno adecuado para una gestión óptima del recurso. Cuenta con varios proyectos importantes, para la rehabilitación de canales que mejoren la distribución y suministro de agua, para la transformación de los sistemas de riego, la reutilización del agua de drenaje agrícola o la gestión racional de las aguas subterráneas.

Uno de sus proyectos más ambiciosos es la construcción de un río artificial de 114 kilómetros de longitud llamado Nuevo Delta que transportará más de 10 millones de metros cúbicos de agua diarios a todo el país. También cuenta con la planta de tratamiento de aguas residuales más grande del mundo, con capacidad para producir 5,6 millones de metros cúbicos diarios para abastecer a 162.000 hectáreas de cultivo. Además, en el país existen ya 33 plantas de­salinizadoras, y otras 7 en construcción.

Singapur es el segundo lugar del mundo con mayor densidad de población, lo que hace que sufra un importante nivel de estrés hídrico, a pesar de ser también uno de los países con mayores registros de lluvias. Su problema añadido es que no dispone de extensiones de tierra capaces de captar agua, y tampoco cuenta con aguas subterráneas. Por ello, se ve en la necesidad de importar agua de la vecina Malasia.

La estrategia de Singapur se centra en tres focos: maximizar la recolección de agua de lluvia, reciclar y reu­tilizar las aguas residuales e impulsar la desalación de agua. Para ello, realiza importantes esfuerzos en investigación e innovación en tecnologías del agua y plantas de tratamiento. Hoy, es capaz de satisfacer hasta el 30% de sus necesidades de agua con agua reciclada de alta calidad (denominada NEWater), y hasta el 25% con agua desalinizada.

India

India concentra el 18% de la población global, pero solo el 4% de los recursos hídricos del planeta. El 70% del agua en superficie no es apta para el consumo humano y se calcula que 63 millones de personas carecen de acceso a agua potable. Por ello, es el mayor extractor y consumidor de aguas subterráneas del mundo, contando con 20 millones de pozos, lo que ha llegado a generar una situación de sobreexplotación.

A través del programa Horizonte 2020 de la UE y del Gobierno de India se han financiado siete acciones de I+D que están consiguiendo dotar al país de un uso más sostenible del agua. Estas iniciativas innovadoras abordan aspectos como la purificación de agua contaminada, el tratamiento de aguas residuales para su uso en la agricultura, la recogida de aguas pluviales y la recuperación de recursos, o mecanismos de control de los sistemas de distribución y tratamiento de aguas. Auara, en colaboración con la Fundación Esperanza y Alegría, ha desarrollado cerca de 30 proyectos en el país para facilitar el acceso a agua potable de poblaciones vulnerables.

La tecnología, junto con la colaboración y la concienciación de todos para cuidar este recurso y frenar el cambio climático, son elementos fundamentales para garantizar un futuro sostenible y el derecho humano al acceso a agua potable de todas las personas.

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Sobre la firma

Rafael Durán
Lleva más de una década a cargo de los temas de sostenibilidad en la sección de Buen Gobierno, tarea que compagina con la edición de CincoDías. Aterrizó en el periódico en el año 2000 y pasó una temporada en la sección de Opinión. Antes, en El Siglo de Europa y El Nuevo Lunes. Es licenciado en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid.
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