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El 5G sufrirá una reordenación definitiva a la vuelta de vacaciones

Masorange entregará sus frecuencias sobrantes a Digi y a Telefónica, y el Gobierno completará el programa para llevar esta tecnología móvil a los pueblos

Antena de 5G en un stand del MWC de Barcelona.
Antena de 5G en un stand del MWC de Barcelona.PAU BARRENA
Ramón Muñoz

La quinta generación de telefonía móvil o 5G avanza lentamente en España y sus efectos aún no son muy perceptibles por el usuario pese a que esta tecnología se estrenó comercialmente en 2019. Los motivos de este retraso son variados, entre los que se encuentran las dificultades financieras de las operadoras para afrontar una inversión tan importante. Otro de los escollos ha sido la falta de definición del mapa de frecuencias que soportan esta tecnología. En total, la Administración ha realizado cuatro subastas de frecuencias para el desarrollo de redes 5G desde 2018, pero tuvo que acometer en febrero de 2022 una reorganización completa de la banda de 3,5 GHz (gigahercios), la que soportará la mayor parte del tráfico, y en junio de 2023 volver a modificarla para ampliar los límites.

Y cuando todo parecía estar ajustado y repartidas las frecuencias entre los cuatro grandes operadores, la fusión entre Orange y MásMóvil en la primavera de 2024 volvió a trastocar todos los planes. Masorange, la compañía nacida de la fusión, está ahora en vías de solventar el problema, aunque debe contar con la anuencia del Ministerio para la Transformación Digital y la Función Pública. El Gobierno tiene pendiente además completar el programa UNICO Redes Activas, el plan financiado con fondos europeos para llevar el 5G real a las zonas rurales y menos pobladas. Ambos procesos –la reasignación de frecuencias y la segunda fase del programa UNICO- se van a culminar inmediatamente después de la vuelta de las vacaciones estivales, según fuentes conocedoras de las negociaciones.

La raíz del problema es el límite impuesto por el Gobierno a las frecuencias que podía utilizar un mismo operador, que en junio de 2023 se amplió hasta los 140 megahercios (MHz) para la banda de 3,5Ghz. Como quiera que Orange tenía 110 MHz y MásMóvil 80 MHz en esa banda, al consumar su fusión para dar lugar a Masorange sumaban 190 MHz, es decir, 50 MHz más que lo permitido. Bajo las condiciones que marcó Bruselas para autorizar la fusión, Masorange llegó a un acuerdo en diciembre de 2023 con Digi para venderle 60 MHz por 120 millones de euros, de los que 20 MHz estaban en la banda de 3,5 GHz. Tras esta operación a Masorange aún le sobraban 30 MHz en esa banda prioritaria.

Para deshacerse de ellos, Masorange ha llegado a un acuerdo con Telefónica para venderle 20 MHz por una cantidad no revelada, pero que no superará en ningún caso los 40 millones de euros que le cobró a Digi, según fuentes del sector. La operación no se ha anunciado oficialmente porque precisa de la autorización previa de la Secretaría de Estado de Telecomunicaciones e Infraestructuras Digitales del Ministerio de Transformación Digital. Se trata de un trámite burocrático que no encontrará mayores dificultades, y se espera que el departamento que dirige José Luis Escrivá dé su visto bueno seguramente el próximo mes de septiembre, según ha podido saber este diario en fuentes solventes.

Más problemas tendrá Masorange para colocar los 10 MHz que aún le sobrarán tras la venta a Digi y a Movistar de los citados 40 MHz El candidato natural sería Vodafone, que solo dispone de 90 MHz en la banda de 3,5GHz. Pero tras su compra por el fondo Zegona, sus nuevos responsables con su consejero delegado, José Miguel García, a la cabeza, no parecen estar muy interesados en acometer esa inversión. Sus planes de ajuste de costes apuntan en la dirección contraria, la de reducir la inversión al mínimo. De hecho, han firmado sendos acuerdos con Telefónica y Masorange para compartir su red de fibra y no se descartan acuerdos similares para el uso de las redes de 5G, según fuentes del sector.

Tampoco Digi ni Telefónica pueden optar a esos 10 MHz porque, aunque por separado disponen de 20 MHz y 100 MHz, respectivamente en la banda de 3,5 GHZ, ambas compañías sellaron el pasado mes de julio un acuerdo mayorista de uso de la red 5G de Movistar que, en la práctica, supone la compartición o mutualización de frecuencias . Es decir, que a efectos legales, entre las dos ya sumarían 140 MHz, por lo que no podrían añadir 10 MHz más de Masorange.

El 5G culminará de esta forma el largo periplo administrativo que ha atravesado desde la primera subasta de la banda 3,6 GHz celebrada el año 2018, en la que el Gobierno recaudó 438 millones de euros, y a la que siguió la licitación de 20 MHz de esa misma banda realizada en febrero de 2021, por 42 millones de euros. En julio de 2021 se adjudicó la banda de los 700 MHz por 1.010 millones de euros y, finalmente, en diciembre de 2022 se adjudicó la banda de 26 GHz por 36,2 millones. En total, el Estado se ha embolsado poco más de 1.500 millones de euros.

Plan UNICO

Pero no todo es recaudación. El Gobierno puso en marcha el Programa UNICO Redes Activas para dar cobertura 5G a más de 1,8 millones de habitantes de municipios pequeños, financiado con fondos Next Generation de la Unión Europea. La primera fase se adjudicó el pasado mes de junio por 508 millones de euros. Telefónica recabó la mayor parte de las ayudas (298 millones de euros), frente a Orange (115 millones) y Vodafone (66 millones).

Ahora, el Ministerio de Transformación Digital que dirige José Luis Escrivá tiene previsto convocar, seguramente en las primeras reuniones del Consejo de Ministros tras el parón estival, la segunda fase de este programa, dotada con 90 millones de euros. El plan otorgará subvenciones a las compañías beneficiarias del 90% del coste de desplegar redes de 5G en las bandas previstas -700 MHz y 3,5 GHz- en las poblaciones de menos de 10.000 habitantes.

Se espera que tanto la iniciativa privada como la convocatoria pública ayuden a dar un acelerón al desarrollo real del 5G, una tecnología llamada a revolucionar no solo la comunicación entre seres humanos sino el Internet de la Cosas, ya que su bajo tiempo de respuesta (latencia) permitirá conectar dispositivos casi en tiempo real, desde coches autónomos a bisturís robotizados.

Las compañías y el Ministerio de Transformación Digital presumen que la cobertura del 5G se situaba a finales de 2023 en el 85,4% de la población. Pero no aclaran a qué 5G se refieren. Como todo avance tecnológico, por muy disruptivo que sea, el 5G es una evolución de la anterior generación 4G. Y tiene varios grados de desarrollo. El más completo y el único que permite todos los avances es el estándar Stand Alone o autónomo 5G SA, en el que tanto el núcleo de la red como el software son 5G. Las otras dos versiones son el 5G NSA (No Stand Alone) y el 5G DSS (Dinamic Spectrum Sharing) que no dejan de ser un 4G maquillado. Pues bien, el 5G SA o 5G autónomo sólo alcanzaba a un tercio de la población (el 33,4%) a 31 de diciembre de 2023.

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Ramón Muñoz
Es periodista de la sección de Economía, especializado en Telecomunicaciones y Transporte. Ha desarrollado su carrera en varios medios como Europa Press, El Mundo y ahora EL PAÍS. Es también autor del libro 'España, destino Tercer Mundo'.
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