Holaluz pone el foco en el recorte de costes en plena pugna por financiarse antes de la junta
La eléctrica anuncia ahorros acumulados de 30 millones en el último año. El cónclave de accionistas del día 28, clave
Tijeretazo en un momento clave para garantizar su supervivencia. La eléctrica Holaluz, especializada en soluciones de autoconsumo doméstico, ha anunciado este viernes un recorte acumulado de costes de hasta 30 millones de euros en 2023 gracias al “proceso de eficiencia operativa” puesto en marcha para garantizar la viabilidad de su negocio. El anuncio llega en un momento clave, a dos semanas vista de la junta de accionistas en la que debería desvelar el mecanismo financiero con el que solventarán sus problemas de tesorería que les han llevado al borde el preconcurso de acreedores.
De los 30 millones de ahorro comunicados este viernes al mercado, 10 se corresponden a la migración de su cartera de clientes a la llamada “tarifa justa”, un producto de suscripción mensual con el que reducen drásticamente los impagos. Adicionalmente, la empresa catalana afirma haber logrado “importantes ahorros” en el servicio de atención al cliente a los abonados por la menor afluencia de llamadas.
Otros 12 millones de este tijeretazo se corresponden con la partida de costes de personal, la mayor en prácticamente todas las empresas. Ahí se contabiliza, sobre todo, el ERE aplicado a finales de 2021 que supuso el despido de algo más de la cuarta parte de su plantilla. Y los ocho restantes, hasta alcanzar la cifra total de 30 millones, se corresponden con un concepto tan abierto como “diversas categorías esenciales para el negocio, entre ellas el coste de captación de clientes u otros operativos”. El factor principal detrás de este ahorro, dice, es algo más concreto: la “automatización y simplificación de procesos”.
“El grupo sigue funcionando con normalidad y continúa instalando energía solar y baterías en los hogares de todo el territorio español”, sentencia en la nota publicada este viernes.
Este anuncio de Holaluz llega poco después de haber anunciado la consecución de cuatro millones de liquidez directa por la venta de una cartera de créditos vivos, concedidos a sus clientes para que se pusieran paneles en el tejado. La firma eléctrica que fundó y dirige Carlota Pi está embarcada en una carrera contra el reloj para atar su financiación: mediante un crédito o una ayuda de la Generalitat catalana o del Instituto de Crédito Oficial o dando entrada a un nuevo socio externo, preferentemente industrial, que inyecte capital. Cualquier opción es válida. Eso sí, antes de la junta que celebrará el 28 de junio y que se presume tensa.
Tras años de pérdidas, la firma asevera haber logrado un beneficio bruto de explotación (Ebitda) normalizado de 3,1 millones en el primer trimestre de 2024. Esta cifra contrasta con los números rojos de 14,9 millones contabilizados en el mismo trimestre del año anterior y muestra, enfatiza, “una clara recuperación del negocio a pesar de la persistencia de las condiciones adversas del mercado energético”. Holaluz confía cerrar el año con entre 19 y 24 millones de Ebitda normalizado.
Las acciones de la energética barcelonesa acumulan un descenso del 50% en lo que va de año. Si se amplía el foco, la caída es aún mayor: en el verano de 2021 rozaban los 15 euros y hoy superan a duras penas los 1,5 euros. Entre medias, una combinación de factores que le han puesto las cosas muy difíciles: un abrupto descenso en el mercado del autoconsumo, un fuerte descenso en el precio de la electricidad y un creciente ruido de sables en su accionariado. Tres asuntos a los que la dirección de Holaluz quiere dar carpetazo en la junta del día 28. Antes, eso sí, debe tener cerrado el capítulo más espinoso: cómo lograr la liquidez necesaria para seguir adelante sin tener que seguir quemando naves.
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