BBVA-Sabadell: una compra cuatro veces más cara, cuatro años después

La capitalización de la entidad que preside Josep Oliú ha pasado de 2.500 millones en 2020 a casi 10.000. BBVA casi ha triplicado su valor, hasta los 60.000 milllones

Oficina de Banco Sabadell.Europa press

La propuesta de fusión de BBVA y Banco Sabadell reedita las conversaciones mantenidas en el año 2020 por ambas entidades. Fue en noviembre de ese año, en plena crisis del Covid, cuando los bancos revelaron que se encontraban en negociaciones avanzadas para crear un gigante bancario. Una operación fallida que, de haber llegado a buen puerto, hubiera salido mucho más barata a BBVA de lo que podría ser ahora, si se tiene en cuenta la valoración en Bolsa. Entonces la capitalización de Sabadell rondaba los 2.500 millones de euros. Ahora, cuesta cuatro veces más, cerca de 10.000 millones. BBVA casi ha triplicado su capitalización bursátil, al pasar de 23.300 millones (en noviembre de 2020) a unos 60.000 millones.

El cortejo de hace cuatro años fue efímero: apenas 11 días duraron las conversaciones hasta que las entidades anunciaron la ruptura por desavenencias económicas. Los intentos de cuadrar una ecuación nunca cuajaron. La oferta sobre la mesa implicaba que Sabadell tendría el 12% del grupo resultante.

Dos de los protagonistas del intento de fusión de 2020 siguen al frente de sus respectivas entidades. De hecho, entonces se dio a conocer que el diseño organizativo y de dirección no fue en ningún momento un obstáculo. Carlos Torres, presidente de BBVA en 2020 y ahora, iba a mantener su cargo de presidente ejecutivo del nuevo grupo. Josep Oliu, presidente no ejecutivo de Sabadell, sería vicepresidente no ejecutivo. Por su parte, el consejero delegado de BBVA, Onur Genç, continúa en su cargo. Sí ha cambiado el consejero delegado de Sabadell, entonces Jaume Guardiola, cargo que ocupa desde 2021 César González-Bueno.

Sabadell ha sufrido una profunda transformación desde aquella negativa. En noviembre de 2020 la entidad aún tenía por delante la mejoría en eficiencia, rentabilidad y la reducción de su morosidad y volumen de dudosos. Y también arrastraba por entonces las pérdidas de su filial británica TSB, que exigió un cuantioso volumen de provisiones con el que enmendar sus problemas tecnológicos y de malas prácticas. Al cierre del tercer trimestre de 2020 TSB acumulaba unas pérdidas de 140 millones de euros, que se ampliaron a los 220 millones en el conjunto de aquel ejercicio.

El 2020 fue de hecho un annus horribilis para Sabadell, que sufrió muy duramente los efectos del Covid sobre su negocio de empresas, estratégico para la entidad. Su benefició fue de tan solo 2 millones de euros, después de provisionar 2.250 millones de euros y renunciar al reparto de dividendo. Y en diciembre de 2020, Sabadell anunció incluso el cambio de consejero delegado con el fichaje de César González Bueno, que ha dado un cambio radical a la entidad. En mayo de 2021 lanzó un plan estratégico a tres años con el objetivo de mantener la independencia del grupo, lograr de nuevo beneficios para TSB y mejorar la rentabilidad. En 2020, el ROTE de Sabadell era de cero.

La mejoría del banco en estos últimos años ha sido reconocida en Bolsa. Cuando BBVA puso su interés sobre Sabadell en 2020, el banco que sigue presidiendo Josep Oliu atravesaba sus horas más bajas y cotizaba en mínimo histórico, en 0,2546 euros. El precio en Bolsa le otorgaba un descuento sobre valor en libros cercano al 90%, que ahora se ha reducido al 70%. La entidad ha recuperado el pago de dividendo e incluso anunciado recientemente un programa de recompra de acciones por 340 millones de euros.

Sabadell presentó resultados del primer trimestre de 2024 el pasado 25 de abril, que fueron recibidos con un alza en Bolsa del 8,7%. Además del programa de recompra de acciones, anunció un Rote del 12,2% y un aumento interanual de los beneficios del 50,4%. Además, TSB aportó 46 millones de euros al beneficio del grupo, tras incrementar un 41% la formalización de hipotecas en Reino Unido respecto al mismo periodo del año anterior. La filial británica ha pasado en menos de cuatro años de ser un agujero negro de pérdidas para Sabadell a convertirse en una división valiosa para el grupo, en un mercado con tipos de interés más elevados que en la zona euro, y que sin duda ha despertado el interés de BBVA.

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