Repsol gana un 13% menos hasta marzo por la bajada del gas y de los márgenes de refino
El beneficio neto de la petrolera en el primer trimestre se sitúa en 969 millones. La deuda neta sube, pero la liquidez se mantiene alta
La mayor petrolera española, Repsol, se anotó un beneficio neto de 969 millones de euros en el primer trimestre del año, un 12,9% menos que en el mismo periodo de 2023. El resultado ajustado, que mide mejor su desempeño operativo, fue de 1.267 millones, un 33% peor. Una caída que la energética achaca a la caída en el precio de los combustibles fósiles y, muy particularmente, del gas natural. También a los menores márgenes de refino, uno de los pilares de sus cuentas en los últimos tiempos y que ahora aflojan el paso. Pese a ser mejores resultados de lo esperado por los analistas, sus acciones comenzaron la sesión con una caída cercana al 2% para terminar prácticamente planas al cierre.
La deuda neta, por su parte, se situó en 3.901 millones, algo más de 1.805 millones más que el pasado 31 de diciembre, por el reparto del dividendo, el aumento del fondo de maniobra y el aumento de las inversiones orgánicas y externas. Aunque ese aumento elevó la ratio de apalancamiento —una variable clave de la salud financiera de una compañía—, la liquidez sigue siendo sólida: 10.332 millones, suficiente para cubrir casi cuatro veces todos los vencimientos de deuda a corto plazo.
“Los resultados de Repsol en el primer trimestre son mejores que [lo esperado por] el consenso”, apuntan los analistas de Jefferies en una nota para clientes. El banco de inversión, sin embargo, pone el foco sobre el aumento de la deuda “tras un trimestre con buen desempeño macro y operativo”, lo que señala, a su juicio, la “cuestión fundamental” de la petrolera con su “política de asignación de capital”. Su precio objetivo para las acciones de Repsol se mantiene en 15 euros, muy cerca de los niveles actuales.
Gas y refino
Las cuentas remitidas a primera hora de este jueves a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) presentan una importante heterogeneidad entre los principales negocios de la empresa que dirige Josu Jon Imaz. Exploración y producción de crudo y gas se anotó una ganancia ajustada de 442 millones, casi un 7% menos que un año antes por la citada caída de precio del gas —que drena, por sí solo, 189 millones de euros de beneficio— y, en mucha menor medida, por la reciente desinversión de todos sus activos fósiles en Canadá y por la fortaleza del dólar frente al euro. Los costes exploratorios, en busca de nuevas bolsas de crudo y gas, ascendieron a 10 millones, un 140% más que en el mismo periodo del año anterior.
El área industrial, en el que están incluidas las refinerías (las que más dinero han dado a Repsol en buena parte de la crisis energética) ganó 731 millones, 548 millones (o un 43%) menos por la notable caída en el margen de refino, del 27% respecto a los tres últimos meses del año pasado. El refino le restó, por sí solo, casi 370 millones de beneficio, “como consecuencia de unos menores diferenciales en los destilados medios [diésel y queroseno] y la gasolina que fueron parcialmente compensados por unos menores costes energéticos y una mayor tasa de utilización en las unidades de destilación”. Con todo, en conversación con los analistas que siguen el día a día del valor, Imaz se ha mostrado “cómodo” con los actuales márgenes de refino y ha descartado “desafíos estructurales” en el mercado en los próximos tiempos.
Cliente, que engloba toda la comercialización de carburantes y electricidad, logró un beneficio ajustado de 156 millones, un 10% menos, en gran medida por la caída en los volúmenes y en los márgenes: tanto en ventas directas (en sus propias estaciones de servicio) como en el suministro de gasolina y gasóleo a terceros. Y tanto generación baja en carbono como corporación registraron cifras ligeramente negativas. En gran medida por los menores precios capturados por sus renovables, donde el retroceso en el beneficio interanual fue de 32 millones, y por sus centrales de ciclo combinado, en las que se quema gas para generar electricidad. Su menor utilización y el desplome del mercado mayorista de la luz en España restaron 13 millones de ganancias en la cuenta de resultados de Repsol.
Inversiones, dividendo e impuesto
El primer trimestre se saldó con un notable aumento de las inversiones de la petrolera, hasta los 2.129 millones. La mitad de esa cifra fue a parar a renovables. Entre este año y 2027, Repsol se ha comprometido a invertir entre 16.000 y 19.000 millones, de los que un 60% tendrán a la península Ibérica como destino final. El pasado 11 de enero, la petrolera distribuyó entre sus accionistas 0,40 euros brutos por acción. A finales de marzo, además, inició un programa de recompra de hasta 35 millones de títulos propios, otra forma de retribución indirecta.
Preguntado por el impuesto extraordinario sobre las empresas energéticas, puesto en marcha por el Gobierno español durante la crisis energética, Imaz se ha mostrado confiado en que “llegará a su fin”, convencido de que no hay recorrido para que vaya más allá de 2025 y seguro de que hay “espacio” para que se puedan descontar las inversiones en descarbonización, una opción que contempla el propio Ejecutivo desde hace meses. En febrero, según las cifras aportadas por el primer ejecutivo de la petrolera, Repsol hizo un primer pago anual de 107 millones por ese concepto.
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