El fondo Trilantic tantea a varios inversores industriales en busca de una opa competidora por Talgo
Stadler, CAF o la SEPI, entre las opciones barajadas tras el rechazo del Gobierno a la oferta del consorcio húngaro Ganz Mavag
El primer accionista de Talgo, el fondo Trilantic, vuelve a buscar a la desesperada inversores dispuestos a apostar por el desarrollo del fabricante de trenes. La británica se está moviendo una vez constatado el rechazo del Gobierno español a la oferta pública de adquisición (opa) lanzada por el consorcio húngaro Ganz Mavag. Las conversaciones están abiertas ahora con uno de los rivales de Talgo con presencia en Españ...
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El primer accionista de Talgo, el fondo Trilantic, vuelve a buscar a la desesperada inversores dispuestos a apostar por el desarrollo del fabricante de trenes. La británica se está moviendo una vez constatado el rechazo del Gobierno español a la oferta pública de adquisición (opa) lanzada por el consorcio húngaro Ganz Mavag. Las conversaciones están abiertas ahora con uno de los rivales de Talgo con presencia en España, la suiza Stadler. Pero no es la única vía explorada, según fuentes cercanas a las negociaciones. CAF y la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) están en la recámara.
Una vez desvelado en noviembre el interés de la húngara Magyar Vagon por Talgo, con una oferta ya formalizada este marzo ante la CNMV de 5 euros por acción (619 millones por el 100% ), en el sector ferroviario se apuesta por una opa competidora que el valor de la acción no da por asegurada. La cotización de Talgo se apuntó ayer una subida del 5,54% tras una información de El Economista que asegura la existencia de contactos entre Trilantic y Stadler para que la segunda pase a la ofensiva con una contraopa. Ni el primer accionista de Talgo ni el fabricante suizo hicieron comentarios al respecto. La CNMV tampoco reclamó explicaciones a Talgo, en la que Trilantic tiene dos puestos en el consejo. El precio de cierre fue de 4,48 euros, un 11,6% aún por debajo de los 5 euros que ha puesto sobre la mesa Ganz Mavag.
El fondo que lidera Javier Bañón encabeza el trío de accionistas que forman Pegaso, la instrumental que es primera accionista de Talgo con el 40%. Los otros dos partícipes, Torreal (Juan Abelló) y la familia Oriol, han comprometido la venta de sus acciones a Ganz Mavag en el marco de la opa, que aún debe obtener permiso del Gobierno antes de la publicación del folleto informativo con los planes financieros e industriales del grupo comprador, con la citada Magyar Vagon y el fondo estatal húngaro Corvinus al frente.
Stadler, con destacada presencia en España a través de una planta en Albuixech (Valencia), carece de una unidad de producción de trenes de alta velocidad. Fuerte en material rodante ligero y en el segmento de mercancías, este jugador encontraría un complemento en Talgo para competir con Alstom, Siemens o CAF en el tren de altas prestaciones, pero hasta ahora no ha mostrado interés alguno por ese mercado. A pesar de ello, ha sonado desde el principio, junto a CAF, como alternativa al plan húngaro.
Tres posibles vías
El ministro de Transportes, Óscar Puente, visitó la planta de Stadler en Albuixech el 8 de marzo, dos días después de expresar ante periodistas su oposición a que Magyar Vagon controle Talgo, firma icónica del sector ferroviario español y con distintas patentes en el competido terreno de la alta velocidad. Puente habló de vínculos entre la parte compradora y el capital ruso, dejando claro que el ejecutivo tiene poder de veto en virtud del real decreto 571/2023, de 4 de julio, sobre inversiones exteriores. Este fue activado durante la pandemia para frenar posibles opas ante la pérdida de valor de empresas estratégicas para España.
La versión oficial fue que Puente visitó las dependencias de Stadler para pasar revista al pedido de 79 trenes de Cercanías realizado por Renfe. Si hubo alusión a la necesidad de promover una contraoferta por Talgo, quedó bajo secreto.
En todo caso, Stadler, con la que Renfe y el propio Ministerio de Transportes tienen larga relación, sería vista con buenos ojos como solución industrial para la firma que preside Carlos de Palacio.
La segunda opción de matrimonio para Talgo es la de la vasca CAF, de mayor tamaño que la opada y hasta ahora con nulo interés por hacerse con ella. En el mercado se especula con un papel mediador para el PNV, con hilo directo con el fabricante y también con el Ejecutivo de Sánchez.
CAF sí compite en la alta velocidad y sería tentada con crédito en óptimas condiciones, según fuentes financieras, para tratar de llamar su atención hacia el plan de crear un jugador nacional de mayor tamaño.
La tercera vía sobre la mesa en estos momentos es la de un consorcio multidisciplinar en el que entrara la SEPI. Como compañeros de viaje del capital público, según las fuentes consultadas, se trataría de atraer a algunos de los socios de la propia Talgo en el proyecto Hympulso, alimentado por fondos europeos (PERTE de renovables) para desarrollar una máquina a hidrógeno y baterías para un tren Talgo 250. En ese consorcio trabajan Repsol, Sener, Golendus, Ingeteam y Optimus3D como socios principales.
Con más de un 40% del capital en posición de salida, Talgo carece de fuerza para ejecutar un plan de crecimiento y cumplir con una cartera de contratos que suma 4.000 millones. Ganz Mavag dice ofrecer hasta ocho plantas en Hungría para inyectar competitividad a la española. Stadler y CAF también servirían en ese sentido.
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