La CNMV aprecia “deficiencias relevantes” en Grifols y pide que clarifique sus resultados y su nivel de endeudamiento
El regulador avala a la compañía en parte de sus cuitas con Gotham, pero pide que dé detalles de su nuevo cálculo de su ebitda y su vínculo con la deuda
La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) observa deficiencias de Grifols en el cálculo de determinadas magnitudes de sus resultados financieros. En concreto, pide que la compañía catalana de hemoderivados clarifique sus cifras de ebitda (beneficios sin impuestos, intereses, depreciaciones y amortizaciones) y su nivel de endeudamiento, si bien la exime de reformular sus cuentas y considera que la cifra de pasivo es la correcta. Esto es relevante, puesto que el ebitda y su vínculo con la deuda es una de las cifras que los bancos y los bonistas observan para obligar a la compañía a cumplir sus compromisos financieros.
La CNMV ha respaldado a la compañía en dos asuntos clave. El primero, sobre el modo en el que formula sus cuentas anuales y el segundo, sobre su deuda. No obstante, el regulador sí ha apreciado “deficiencias relevantes” en las explicaciones de determinados asuntos de las cuentas anuales y en el cálculo de las llamadas medidas alternativas de rendimiento, aquellas no sujetas a normativa contable, pero clave para negociar créditos con los bancos. En concreto, pone el acento en la fórmula de calcular el ebitda y la ratio de deuda sobre ebitda, que habitualmente se usa para medir cuánto está endeudada una empresa. Considera que estas deficiencias han complicado a los inversores comprender las cuentas de la compañía.
En concreto, la CNMV le da 15 días a la compañía para que publique el detalle de ebitda y deuda financiera de las filiales que no controla. Y también los criterios que utilizará en sus futuras cuentas para adecuar el cálculo de estas medidas alternativas de rendimiento. También que aclare determinados aspectos sobre el perímetro de consolidación y las operaciones vinculadas de la compañía.
“Estas deficiencias, si bien son complejas de valorar individualmente y por separado, en su conjunto deben considerarse significativas, en la medida que han dificultado en algunos ejercicios la capacidad de los inversores de entender adecuadamente la situación financiera, resultados y flujos de efectivo del emisor”, dice el regulador.
Estas deficiencias significativas versan sobre tres aspectos. Estos son, el perímetro de consolidación de la compañía, las operaciones vinculadas con sus accionistas y el cálculo de estas medidas alternativas de rendimiento. Sobre el primero, sus cuitas se centran en las operaciones con dos filiales, Haemna y BPC, que Grifols adquirió en 2018 y en ese mismo año transfirió a Scranton Enterprises, una firma vinculada a la familia, que tiene el 8,6% del capital. Los recelos de Gotham City estaban en el hecho de que tanto Grifols como Scranton computasen en sus cifras estas dos filiales, algo que la compañía catalana justificaba por retener un derecho de compra. También alertaba sobre el gobierno corporativo de Grifols y sus vínculos con Scranton Enterprises.
En sentido, la CNMV respalda que tanto Grifols como Scranton consoliden ambas sociedades, pero considera que la compañía “omitió de manera inadecuada” los juicios que le llevaron a considerar que podía realizar esta contabilidad. Apunta también a que debía haber desglosado en sus cuentas la cifra de ventas y los flujos de efectivo de ambas filiales, así como de los activos consolidados. También pide más claridad en los informes anteriores al de 2023 sobre la parte que realmente controla en su filial de diagnóstico y los acuerdos que la vinculan con la filial china.
Hace especial hincapié en el acuerdo con la compañía estadounidense Immutek, que considera que no ha computado adecuadamente en los resultados de 2021 y 2022, pero sí en los de 2023, donde reconoció un ajuste de 39,3 millones. En este aspecto, apunta a que la compañía puede tener que reexpresar las cuentas de esos dos ejercicios, si bien no tiene una opinión concluyente.
Operaciones vinculadas por más de 400 millones
La CNMV obliga a recoger operaciones vinculadas por 400 millones de euros en los últimos cinco años. El supervisor exige que la empresa “incluya en la medida en que sigan siendo aplicables todos los desgloses de información […] relativos a los desgloses de operaciones con partes vinculadas, en los estados financieros consolidados futuros de la entidad”. Estas operaciones vinculadas son, principalmente, los acuerdos de gestión conjunta de efectivo con Scranton (firmados por las sociedades Haema y BPC Plasma, dos entidades en las que ostenta el 100% de sus acciones, pero están consolidadas por Grifols). Estos acuerdos de financiación a favor de Scranton suman 300 millones desde 2019.
Igualmente, la empresa tampoco recogió adecuadamente en sus cuentas un crédito a Scranton de 80 millones, ni computó una garantía que le dio Grifols a esta sociedad para adquirir 25 centros de donación a la británica BPL. Finalmente fue Grifols quien compró estos centros de plasma, pero pagó los 200 millones de dólares a Scranton. La CNMV considera que todo ello se debería computar como operaciones vinculadas.
En la parte de las medidas alternativas de rendimiento la CNMV sí recoge algunos de los puntos expresados por Gotham, pero más a la hora de resaltar deficiencias en la información. Considera el elemento más problemático el cálculo del ebitda sin excluir los resultados de las participaciones que no controla de sus filiales, lo que altera el cálculo de la ratio de apalancamiento y “su capacidad financiera para atender la deuda financiera de la compañía”, a lo que al menos lo detallen lo suficiente para que los inversores puedan realizar el cálculo. La CNMV indica que la empresa catalana no recoge adecuadamente las sinergias: “se debería indicar expresamente que esta medida financiera no expresa una medida del rendimiento”.
El 9 de enero de 2024 será un día grabado a fuego para Grifols. Ese fue el día que se inició la gran tormenta, cuando el inversor bajista Gotham City publicó su demoledor informe sobre la compañía, a la que otorgaba un valor de cero euros. Acusaba a la compañía catalana de maquillar las cuentas para rebajar artificialmente la deuda, que asciende a los 9.000 millones, e inflar el ebitda.
El mercado ha castigado con dureza a Grifols por este asunto. La acción acumula una caída del 40% desde la publicación del informe de Gotham City y cerró ayer con un alza del 4,5%, que le lleva a encadenar tres sesiones con contundentes alzas. Recupera, eso sí, un 22% desde los mínimos de 2012 que marcó a inicios de mes, tras la publicación de las cuentas anuales sin el informe del auditor ni la firma de uno de los consejeros. La opinión sin salvedades del auditor y la rúbrica del consejero han aplacado parte de las tensiones.
Sin embargo, parece reaccionar con optimismo a las conclusiones de la CNMV. La cotización de Grifols en Wall Street avanza cerca del 5%. La compañía pondera queel regulador no pide reformular las cuentas ni modificar la cifra de deuda.
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