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El veto de Carrefour a Pepsico aviva la tensión entre distribuidores y fabricantes

La expectativa de menor inflación marcará las negociaciones de suministro en 2024

Cartel ubicado en un supermercado de Carrefour en el que se indica que no se vende la marca Pepsi por las subidas de precios.
Cartel ubicado en un supermercado de Carrefour en el que se indica que no se vende la marca Pepsi por las subidas de precios.STEPHANIE LECOCQ (REUTERS)
Javier García Ropero

Carrefour ha puesto en marcha un veto a los productos de Pepsico, el gigante alimentario dueño de Pepsi, Lay’s o el gazpacho Alvalle, en varios de sus principales mercados europeos, entre ellos España. Un movimiento excepcional que pone de manifiesto la elevada tensión existente entre distribuidores y fabricantes desde que hace ya más de dos años comenzó la espiral inflacionista en todo el mundo.

Precisamente, las subidas de precios son el argumento utilizado por el grupo de distribución francés para dejar de vender los productos de una multinacional del tamaño de Pepsico. La distribuidora considera “inaceptables” las subidas de precio que la compañía, presidida por el español Ramón Laguarta, lleva acometiendo en los últimos dos años, y con los que consiguió en 2022 su segundo mayor beneficio histórico, con más de 8.000 millones de euros.

La medida, lejos de quedar en las negociaciones entre las partes, ha sido hecha pública por la propia Carrefour, que ha empezado a colocar unos carteles en los estantes donde se vendían las referencias de Pepsico, y que se van quedando vacías. “Ya no vendemos esta marca debido a los aumentos inaceptables de los precios”.

El veto ha comenzado en Francia, pero también llegará a España, como confirmó Carrefour a este periódico. “También se colocarán etiquetas en las tiendas españolas de Carrefour para indicar que los productos dejarán de venderse debido al aumento de precio”, indicó una portavoz del grupo.

Estos todavía no son visibles en las tiendas del país, en la medida en la que el stock no se ha agotado. Cuando eso suceda, y si no media un acuerdo hasta entonces, los carteles empezarán a aparecer en los establecimientos. En el supermercado online de Carrefour en España apenas aparecen disponibles referencias de Pepsi, Lay’s o del resto de sus marcas.

Fuentes internas consultadas confirmaron a este periódico una tensión entre Carrefour y Pepsico desde hace meses en las negociaciones de aprovisionamiento, tanto a nivel general como en España, así como una intención del distribuidor francés de reducir la presencia de las marcas del fabricante en sus lineales. Pepsico confirmó a CincoDías que “llevamos muchos meses negociando con Carrefour”, pero la empresa mantiene la intención de seguir “dialogando de buena fe para intentar garantizar la disponibilidad de nuestros productos”.

El veto se amplía también a Italia y Bélgica. Con Francia y España, son 9.000 tiendas de Carrefour que dejarán de vender los artículos de Pepsico, dos terceras partes de su red total.

Máxima tensión

Una medida que es poco habitual, sobre todo teniendo en cuenta el tamaño de la compañía vetada: Pepsico es, después de Nestlé, la compañía de alimentación y bebidas más grande del mundo. En 2022 facturó casi 80.000 millones de euros, un 9% más anual, gracias sobre todo a las subidas de precios.

En el acumulado de los tres primeros trimestres de 2023, su facturación crecía un 9%, pese a un retroceso de los volúmenes del 3%, por lo que la estrategia de incrementos continúa activa. Entre medias, el gigante alimentario ha incrementado sus previsiones para el conjunto del ejercicio en cada uno de los trimestres en los que ha presentado resultados: arrancó el año con una expectativa de alza en su beneficio por acción del 8% y, tras la revisión de octubre, ya está en el 12%. Durante 2023, además, alcanzó sus máximos de cotización histórica.

Precisamente los distintos intereses que tienen, por un lado, los grandes grupos alimentarios, en su mayor parte cotizados y que tienen que rendir cuentas a un mercado al que no pueden defraudar con menores ventas, márgenes o dividendos; y, por otro, el de la distribución, el último eslabón de la cadena y que es quien conecta con un consumidor que ha visto menguar su poder adquisitivo, ha marcado la relación entre ambos en los últimos dos años.

Fuentes consultadas del sector de la distribuidor reconocen que los dos últimos años han sido “muy duros” en la relación con los proveedores, con revisiones al alza de los contratos de hasta cinco ocasiones en un mismo año.

Sin embargo, el gran miedo que ha enfrentado toda la cadena alimentaria, y que no era otro que un desplome en el consumo, no se ha llegado a producir, una situación que al menos en España ha permitido, por un lado, a la distribución asumir los mayores costes de aprovisionamiento, y por último, a esta poder trasladarlos parcialmente a los precios sin temor a una fuga de la clientela.

En este sentido, la perspectiva del sector del gran consumo es que 2024 sea el de una normalización casi absoluta de los precios, tras unos últimos meses de desaceleración de las subidas en la mayor parte de las categorías, y que se refleja en la progresiva ralentización del IPC alimentario.

Eso llevará a un nuevo tira y afloja en la negociación de los contratos, que se lleva a cabo durante estos días para los primeros meses del año: la distribución quiere reducir los precios de compra que viene pagando a sus proveedores para comenzar a trasladar al cliente un mensaje de bajadas de precios, mientras que los fabricantes buscan erosionar lo menos posible sus márgenes. “Son las fricciones normales entre las dos partes”, dice un ejecutivo del sector. “Con la esperada bajada de costes en 2024 puede haber más tensión en las negociaciones, pero desde luego no en los términos que se están dando en Francia”, dice otro.

La sorpresa común entre las personas consultadas, en cuanto al caso de Carrefour y Pepsico, es que esa guerra se haya hecho pública y con una campaña, por parte del distribuidor, que incluye los carteles en los lineales. “Que se quite un producto como medida de presión en una negociación no es nuevo. Pero sí es hacer una campaña abierta de boicot”, se apunta desde la distribución española.

Cuestión francesa

La sensación que impera en el sector en España es que las fricciones que pueden existir no están ni cerca de alcanzar los niveles alcanzados en Francia. Y uno de los factores es, por una parte, diferente legislación que regula las negociaciones.

En el caso francés, el Gobierno marca hasta los plazos en los que se deben cerrar los contratos entre distribuidores y proveedores. Y ese es uno de los puntos que explican la situación actual. El Ejecutivo galo ha adelantado ese plazo en dos meses, fijando el final de enero como fecha límite para que las partes lleguen a acuerdos.

El enfoque político a la hora de haber abordado la cuestión inflacionaria también explica, en parte, la guerra actual. Mientras que en España el Gobierno se limitó a la bajada del IVA a algunos alimentos básicos como única medida para el control de precios, Francia puso en marcha durante el año pasado toda una batería de medidas para intentar congelar precios. Algo que no ha acabado de traducirse en los lineales.

En marzo del año pasado, acordó con la distribución una reducción de los márgenes con la venta de cestas de productos básicos al precio “más bajo posible”.

A finales de agosto anunció otro para congelar el precio de 5.000 productos, que no fue suscrito por multinacionales como Unilever o la propia Pepsico, a la que el ministro de Economía, Bruno Le Maire, ya señaló entonces. “Creo que podrían hacer mucho más de lo que hacen”, dijo, en referencia a sus esfuerzos para contener precios.

La cuerda ha acabado por tensarse. La principal cadena de supermercados en Francia, E. Leclerc, también salió en apoyo de Carrefour. “Durante el próximo mes debemos convencer a todos estos grandes proveedores que cometieron el error de subir demasiado los precios, para que los bajen o los moderen”, dijo en un post escrito en LinkedIn su presidente, Michel-Edouard Leclerc.

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Sobre la firma

Javier García Ropero
Redactor de la sección de empresas, especializado en distribución, gran consumo y economía del deporte. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y Especialista en información económica de la UIMP. Desarrolla su carrera en CincoDías desde 2011 tras haber pasado por El Mundo y Vocento.
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