Sánchez saca músculo en Telefónica y en el Ibex
El Gobierno responde a STC con la creación de un núcleo duro que abarca el 20% del capital
El Gobierno de Pedro Sánchez envió ayer un mensaje claro sobre quién manda en Telefónica, tras la irrupción de los saudíes de STC en septiembre. La SEPI se va a convertir en el primer accionista con un 10% del capital para liderar, junto a BBVA y CaixaBank (en torno al un 5% cada de ellos), un núcleo duro español.
Si Macron manda en Orange y Scholz en Deutsche Telekom, España no quiso ser menos. Yolanda Díaz reclamó en septiembre la presencia pública en Telefónica, mientras Nadia Calviño tras una inversión histórica de 2.100 millones de euros, se remitía a los mecanismos necesarios de protección de intereses estratégicos.
Ahora bien, tanto la entrada de STC como la respuesta estatal han venido facilitadas por el bajo precio de la acción: Telefónica ha caído más de un 50% en los últimos cinco años, lo que ha abierto la puerta a movimientos antes inverosímiles. Por el camino, además, grandes inversores institucionales, en otros tiempos punto de apoyo de la cúpula ante injerencias políticas, han reducido su participación.
El anuncio de ayer supone el punto álgido de tres meses de turbulencias sin apenas precedentes: desde que el 5 de septiembre STC anunciara la entrada con el 10% (pendiente de autorización gubernamental) Telefónica ha lanzado una opa sobre la filial alemana, ha presentado un ERE en España y un plan estratégico (asegurando el dividendo) y, ahora, vuelve a tener al Estado como primer accionista.
José María Álvarez-Pallete, que en abril cumplirá ocho años al frente de la operadora, tendrá también que afrontar una renovación del consejo de administración tras la entrada de SEPI, que podría aspirar a un consejero o incluso dos. Hace apenas una semana que ya renovó su principal órgano de gobierno. Los dos nuevos integrantes, Solange Sobral y Alejandro Reynal, consejera de Telefónica Brasil y ex CEO de Atento, están vinculados a la casa pese a computar como independientes. Y está por ver el papel de STC.
Los saudís, tras una inversión histórica de 2.100 millones de euros, se topan ahora con una capacidad de influencia que no será la que esperaban hace tres meses. El fantasma de Vodafone, donde la antigua operadora de Emiratos Árabes pasó a ser el principal accionista y promovió la salida anterior CEO, Nick Read, parece conjurado: la SEPI afirmó ayer que tiene vocación de permanencia y que dará estabilidad al capital de Telefónica. A pocas semanas de que Calviño ponga rumbo al BEI, Moncloa no solo para los pies a Riad: saca músculo en una Telefónica que tiene marcado el mes de abril, su centenario.
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