El BCE da un tirón de orejas a Deutsche Bank por la comercialización de derivados de divisas

El supervisor europeo pide al banco alemán que mejore la supervisión y control de este negocio, ya que le preocupa que la entidad no informe adecuadamente a los clientes de los riesgos

Logo de Deutsche Bank en una de sus oficinas.LEON NEAL (Getty Images)

El Banco Central Europeo (BCE) ha dado un tirón de orejas a Deutsche Bank por la comercialización de derivados de divisas a empresas. El supervisor europeo ha pedido al banco alemán que mejore los controles sobre su negocio, que ofrece divisas y derivados de divisas a compañías europeas, ya que le preocupa que la entidad no esté explicando suficientemente los riesgos que asumen los clientes a la hora de contratar este tipo de productos.

Se trata de la segunda vez que una parte de la división de banca de inversión de Deutsche Bank recibe críticas del regulador bancario. Esta advertencia del BCE se produce varios después de que el propio Deutsche Bank realizara una investigación interna en 2021, denominada ‘Proyecto Teal’, sobre prácticas comerciales llevadas a cabo en el pasado y que reveló deficiencias en algunos empleados a la hora de vender estos productos a empresas españolas.

La conclusión de estas pesquisas es que se habían vendido derivados de divisas de forma opaca a más de 50 compañías españolas. La investigación descubrió que el banco no había categorizado correctamente a los clientes empresariales bajo la Directiva de Mercados de Instrumentos Financieros (Mifid), una regla de la UE que obliga a que las entidades separen a los clientes según su nivel de sofisticación financiera, para asegurarse de que comprenden los riesgos y que los productos se ajustan a su perfil.

Entre las reclamaciones más sonadas, Deutsche Bank fue demandada por Palladium Hoteles, firma de la familia Matutes, por un agujero de 500 millones provocado por inversiones en derivados de divisas. Igualmente, Deutsche pagó 10 millones a las bodegas García Carrión para evitar otra demanda.

A raíz de esa investigación, Deutsche Bank despidió al menos a dos altos ejecutivos: Louise Kitchen, directora de la unidad de liquidación de activos de Deutsche, y Jonathan Tinker, codirector de divisas globales. Igualmente, cambió algunos controles y procedimientos y extendió la investigación, aunque no encontró evidencia de que otras unidades siguieran prácticas similares.

El año pasado, la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) ya impuso una multa de 200.000 euros al banco por incumplir las normas de conducta relativas a la evaluación de sus clientes para determinar la conveniencia de adquirir productos complejos, aunque la sanción se refería a un caso de 2016.

Según Bloomberg, al BCE le preocupa que el banco haya estado comercializando de forma generalizada este tipo de productos a empresas europeas sin explicar los riesgos. El pasado mes de febrero el BCE y el regulador bancario alemán BaFin ya criticaron la investigación por considerarla demasiado limitada. Las fuentes del banco consultadas por este periódico declinaron hacer comentarios al respecto.

En su momento, BCE ya impuso requisitos de capital más altos en el negocio financiero del banco alemán por supuestas deficiencias en la gestión de riesgos. Este nuevo aviso del supervisor supone además un nuevo caso que pone a Deutsche Bank en el foco. Desde que Christian Sewing asumió el cargo de consejero delegado del banco, una de las prioridades ha sido adoptar cortar con los escándalos en los que se vio inmersa la entidad en años anteriores.

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