CAF, Alstom y Stadler, pendientes de fabricar en Portugal si ganan el macropedido de Comboios de Portugal
El fallo se espera a lo largo de junio y la adjuditaria tendrá que abrir una planta en el país vecino
Los tres finalistas del concurso por el que la operadora pública lusa Comboios de Portugal (CP) va a encargar 117 trenes de cercanías y regionales, valorados en 819 millones, esperan el fallo de forma inminente si se quiere cumplir con el objetivo de adjudicar antes de que concluya el mes de junio. CAF, Alstom y Stadler compiten en la recta final con el compromiso de invertir en producción propia local, con lo que cumplirían un requisito que no fue marcado como obligatorio en los pliegos, pero que puntúa.
El Gobierno portugués, en todo caso, no siente la presión del calendario para la firma del contrato y ya acumula retraso desde una primera fecha de adjudicación que, sin ser vinculante, fue fijada en el pasado mes de febrero. El pedido en juego fue licitado en diciembre de 2021, tratándose de la mayor compra realizada por CP.
Portugal perdió su capacidad de fabricar trenes con el cierre en 2004 de la planta que Bombardier tenía en la ciudad de Amadora, en el distrito de Lisboa (fue tomada de manos de la pública Sorefame).
La propuesta de la española CAF es mantener abierta una nueva planta al menos hasta 2030. De momento no ha trascendido ni la ubicación ni el volumen de empleo que sería creado. Alstom ha señalado la ciudad de Matosinhos como posible emplazamiento, para el que contrataría a unos 300 trabajadores y ofrecería formación a estudiantes, y atiende la licitación desde una nueva oficina comercial en Oporto. Y Stadler, que cuenta con un pedido previo de 22 trenes regionales (158 millones de euros) que deberían ser entregados a partir de octubre de 2025, tiene una localización en Ovar (distrito de Aveiro).
En su día también mostraron interés por este contrato de CP el consorcio formado por Talgo y Siemens; la filial italiana de Hitachi Rail, y la china CRRC Tangshan.
Plazos
Los tres fabricantes cuentan con centros de producción en España, pero carecen de plantas en el país vecino. CP encargará 55 trenes regionales y 62 suburbanos, todos ellos con tracción eléctrica, con la intención de recibir las primeras unidades en 2026 (40 meses después de la firma del contrato), con una cadencia de tres trenes al mes. La intención de la compañía pública es modernizar el servicio en las líneas de Cascais, Sintra, Azumbaja y Sado, además de renovar la flota de los servicios urbanos de Oporto. La operadora se reservará la opción de ampliar el pedido en 36 composiciones adicionales hasta 2028, que se dirigirían a la mejora del transporte ferroviario en las áreas metropolitanas de Lisboa y Oporto.
CP requiere trenes preparados para cambiar de ejes en previsión de que la red de ancho ibérico (1.668 milímetros) vaya migrando al ancho internacional (1.435 milímetros). Otras cualidades deben ser la incorporación de conexión wifi o que los coches sean de piso bajo para favorecer la accesibilidad.
El Gobierno tiene planeado crear un polo industrial relacionado con el ferrocarril. Para ello ha señalado a Guifoes, en Matosinhos, como posible emplazamiento. Allí se han habilitado ya unos talleres de mantenimiento y se llevarían a cabo labores de producción, investigación y formación.
Una vez resuelto este concurso, la industria espera la licitación para la compra de una docena de trenes de alta velocidad, valorados entre 300 y 350 millones de euros. Se trata de equipar la futura línea entre Lisboa y Oporto, cuyo inicio está previsto para 2024, con fin de obra más allá de 2030 (2028 para un primer tramo entre Oporto y Soure) y un presupuesto cercano a los 4.500 millones.
Primeros beneficios para la pública
Comboios de Portugal atendió a 148 millones de viajeros en 2022 (un 2,2% más que en 2019), lo que supone la cifra más alta de los últimos 20 años. La empresa cerró por primera vez un ejercicio en beneficios, alcanzando un resultado neto de ocho millones de euros.
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