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Adif recurre a un asesor externo antes de dar, o no, su mayor obra a Ferrovial

Analizará la justificación de las ofertas en temeridad del consorcio de OHL, Sacyr y Acciona, y del que lidera ACS

Javier Fernández Magariño
Ferrovial
Ell presidente de Ferrovial, Rafael del Pino, durante la junta de accionistas celebrada en Madrid.Pablo Monge Fernandez

La moneda sigue en el aire en el caso de la adjudicación de la mayor obra licitada por Adif en los últimos años, el soterramiento de la línea R2 de Cercanías de Barcelona a su paso por la localidad de Montcada i Reixac (Barcelona). Con un presupuesto de 621 millones de euros (IVA incluido), Ferrovial parecía favorita, lo que ya generaba polémica por su decisión de marcha de España. Pero la adjudicación no está ni mucho menos decidida, lo que sigue alimentando el culebrón.

Tanto es así que, según ha podido saber Cinco Días, la empresa pública que preside Marisa Domínguez va a contratar una consultora externa de ingeniería, en una decisión nada habitual, para analizar las ofertas que pugnan por el contrato y que se daban por eliminadas al presentar cifras que, a primera vista, resultaron excesivamente bajas.

El consorcio de Ferrovial, en el que también figuran Comsa y FCC, fue dado incluso por ganador en distintos foros y medios de comunicación, pero Adif nunca llegó a manifestarse al respecto. Las fases del concurso no estaban agotadas.

La empresa que lidera Rafael del Pino, que aprobó el 13 de abril, en su junta de accionistas, poner rumbo a Países Bajos, presentó una oferta de 446,6 millones (sin IVA) sobre un presupuesto base fijado por Adif en 513,3 millones (sin IVA), lo que resulta una baja del 12,99%. Su puntuación técnica era la mejor solo por décimas, con 47,98 puntos.

Enfrente de esta opción para Adif, la unión temporal de empresas (UTE) formada por Vías (ACS), Copisa, Azvi e Infesa, se ofreció para ejecutar la obra por 427,2 millones, pero la puntuación técnica de 37,86 puntos no da la talla para competir.

Más cerca de Ferrovial en el apartado técnico, y por debajo en lo económico, estuvieron las dos propuestas restantes, declaradas como bajas temerarias.

El equipo de Dragados (ACS), Copcisa, Tecsa, Acsa (Sorigué) y San José, metió en su sobre un presupuesto de 420,9 millones y su propuesta técnica mereció 43,46 puntos. Por último, OHLA, Sacyr, Acciona y Rubau, están dispuestos a realizar la actuación por 418,3 millones y parten con una puntuación técnica de 47,64 puntos. A la vista de la valoración técnica, la de OHLA, Sacyr y compañía es la gran para la puja de Ferrovial. De hecho, ganará el concurso si Adif y su asesor independiente son convencidos de que no existe temeridad sino que la rebaja es fruto de sinergias operativas.

Después de que la mesa de contratación evaluara las ofertas y decidiera que estas dos últimas eran anormalmente bajas, ambos consorcios han podido justificar sus rebajas sobre el presupuesto base. Y son esos argumentos los que Adif está ya analizando con recursos propios y para lo que contratará el citado asesoramiento fuera de la casa.

Fuentes cercanas al proceso hablan de la complejidad de la obra, por su volumen y diversidad de trabajos previstos, para explicar la necesidad de una segunda opinión. Se trata de dirimir si una actuación de este calado puede realizarse casi 100 millones por debajo del presupuesto base. Lo que no se puede negar es que el contexto que rodea a la decisión es todo menos sencillo y precisa la máxima pulcritud para la elección del contratista.

Polémica servida

El gran motor de la inversión pública española que es Adif debe decidir si entrega la obra del año a Ferrovial, con la que el Gobierno acaba de tener un duro enfrentamiento por la mudanza a Ámsterdam. En caso contrario, también ha de justificar que no le da el proyecto y que las que eran bajas temerarias dejan de serlo. En cualquier caso, el resultado final vendrá cargado de polémica y se leerá en clave política: o el Ejecutivo dobla el brazo ante la empresa que preside Rafael del Pino, o se sirve una venganza por la polémica deslocalización.

El procedimiento para seleccionar asesor es negociado sin publicidad, omitiéndose la llamada a todo el sector de la ingeniería e invitándose directamente a ciertos operadores con los que se pactan las condiciones. La urgencia del caso obliga a rebajar plazos. Adif se está dirigiendo a empresas con experiencia en proyectos de construcción y en la gestión de planes de obra. Con ello, se trata de obtener un estudio completo sobre si son suficientes los medios humanos y técnicos ofertados o sobre la viabilidad de los procedimientos constructivos.

Adif ya anticipaba en el pliego del concurso que la mesa de contratación podía recurrir a los informes que estimara oportunos o a asesoramiento técnico (sin especificar si es interno o externo) para aceptar o rechazar ofertas en presunción de anormalidad por su bajo importe siempre que se presente la debida justificación de las mismas.

Respecto al recurso a este tipo de apoyo, explican fuentes jurídicas, no hay regulación concreta.

La actuación de Adif en Montcada es una de las mayores obras de transformación urbanística y ferroviaria del plan de transformación de Rodalíes. Se elimina el actual trazado en superficie y se mejoran las condiciones de seguridad en la linea R2.

La gran actuación pública del momento

Segundo intento.  El proyecto para la integración del ferrocarril en el núcleo urbano de Montcada i Reixac trae mucha cola. Adif tuvo que relicitarlo después de que los pliegos fueran impugnados por las constructoras a través de la patronal CNC. El Tribunal Administrativo Central de Recursos Contractuales (TACRC) falló a favor del colectivo, otorgando la nulidad de puntos en los que se requería responsabilidad solidaria a todas las entidades en la ejecución del contrato en caso de integración de la solvencia técnica con medios externos. El tribunal también vio injustificado el mandato de tener adscritos a la obra los medios materiales necesarios para su ejecución durante los seis años de plazo previsto, algo que la CNC veía “desproporcionado”.

Bajo presión.  El proceso fue lanzado de nuevo el pasado 12 de diciembre con un presupuesto inversor por parte de Adif de 621 millones de euros. Una vez analizadas las justificaciones de las bajas temerarias, con ayuda del experto independiente, la mesa de contratación de Adif propondrá un orden de clasificación de las UTEs y el consejo procederá a la adjudicación de la obra. Con el concurso bajo la lupa de todo el sector constructor y de la opinión pública, Adif busca extremar las precauciones. Su decisión debe respetar los principios de objetividad, transparencia y criterios objetivos de adjudicación como es el de la mejor relación entre calidad y precio.

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Sobre la firma

Javier Fernández Magariño
Es redactor de infraestructuras, construcción y transportes en Cinco Días, donde escribe desde junio de 2000. Ha pasado por las secciones de Especiales, Cinco Sentidos, 5D y Compañías siguiendo la información de diversos sectores empresariales. Antes fue locutor de informativos en la Cadena Cope, además de colaborar en distintos medios de Madrid.

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