La construcción recela de Ferrovial como aliado en la obra pública tras el choque con el Gobierno
Entre las grandes del sector se aventura que lo tendrá difícil para formar UTEs en los próximos meses
No hay noticia sobre la ruptura de acuerdos entre Ferrovial y otras constructoras para acudir a concursos públicos ni de que la firma de Rafael del Pino haya sido expulsada de proceso alguno tras su sonado choque con el Gobierno, pero en el sector de la construcción cunde la opinión de que “no será el mejor aliado en los próximos meses”, apunta el director general de una de las cotizadas.
La batalla abierta entre el Gobierno y Ferrovial por la decisión de esta última de sacar su sede social de España, rumbo a Países Bajos, no ha dejado indiferente a nadie en la obra pública. La vicepresidenta de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, señaló el martes que a Ferrovial no se la puede castigar con la contratación, pero entre sus iguales se tiene claro que “no es el mejor compañero para acudir en uniones temporales de empresas (UTE) a grandes concursos”, explica otro directivo que también exige anonimato. Desde su punto de vista, una de las claves a corto plazo para la compañía está en el resultado de las próximas elecciones generales. Si hubiera cambio de Gobierno podría relajarse la tensión.
Calviño garantizó el lunes las mismas reglas de juego para todos: “Tenemos que aplicar la ley, la igualdad de trato y todas las reglas nacionales e internacionales en lo que respecta a la contratación pública”. Pero Ferrovial se ha quedado sola en su pulso, como evidencia que el resto de la clase noble de la construcción, agrupada en la asociación Seopan, no haya salido en su defensa.
La empresa va a dejar en España su negocio local de construcción, con 5.400 empleados, y ha trasladado que espera seguir trabajando en este país.
Su estrategia habitual en la contratación pública es la de acudir en compañía de otras grandes, muchas veces con Acciona, independientemente del tamaño del contrato en juego. Los ejemplos abundan en todos los niveles de la Administración.
Ferrovial ganó en julio de 2021 uno de los lotes para el mantenimiento de la red ferroviaria de Adif junto a Acciona, Azvi y Comsa (45,2 millones). Ese mismo mes se hizo junto a Acciona con el soterramiento de la carretea madrileña M-30 en el área del antiguo estadio Vicente Calderón, encargado por el ayuntamiento de Madrid (46,4 millones). En enero de 2022 volvió a repetirse el tándem Ferrovial-Acciona como adjudicatario de la construcción de la plataforma del tramo ferroviario Lorca-Pulpí, encargada por Adif como parte del Corredor Mediterráneo (207 millones). En marzo del año pasado se adjudicó el primer tramo de la autovía gallega A56 (Ourense-Lugo) junto a Copasa (29,3 millones). El ayuntamiento madrileño confió parte del alumbrado público de la capital a una UTE integrada por Ferrovial Construcción, FCC Industrial y Serveo (25,5 millones). Y en octubre fue la Generalitat Valenciana la que confió las obras de la Ciudad de la Justicia de Alicante a Ferrovial y Servitria (61 millones).
Son solo algunas muestras de contratos firmados en UTE, al margen de decenas de ofertas que no resultaron adjudicatarias, como la entregada a Adif junto a Acciona para remodelar la playa de vías de la estación de Madrid-Chamartín. Había 200 millones en juego.
Entre los distintos directivos de la construcción consultados son mayoría los que ven a la empresa compitiendo en solitario o con aliados menores mientras se resuelve su deslocalización. “El histórico de compañías extranjeras ganando obras en España es inexistente”, ironiza uno de ellos.
Ferrovial niega la mayor: “Seguiremos teniendo actividad, empleo, inversión, cotización y pagaremos impuestos en España, como siempre hemos hecho”. Sin embargo, la dirección tiene presupuestado hasta el peor de los escenarios y se ha preparado para detectar la mínma marginación por parte de la Administración en los procesos de licitación.
El plan de reorganización societaria del grupo, por el que la matriz española Ferrovial SA realiza una fusión inversa con su filial holandesa Ferrovial International SE, llega en pleno crecimiento de la licitación de contratos públicos por parte del Ministerio de Transportes y cuando están por aflorar oportunidades millonarias relacionadas con el programa de fondos europeos Next Generation.
Con menos del 20% de sus ingresos en España y una vez vendidas la actividad de Servicios, donde Ferrovial era contratista recurrente de la Administración, la firma ha puesto los huevos en la cesta del mercado estadounidense. Un 92% de la inversión comprometida hasta 2027 está en Norteamérica, donde busca cotizar para hacerse visible ante inversores del otro lado del Atlántico.
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