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Europa responde a Biden: permitirá que los Estados igualen las ayudas a empresas para evitar deslocalizaciones

El anuncio llega después de que al menos 10 compañías hicieran públicos sus planes de modificar su inversión en el bloque comunitario

Leandro Hernández
La vicepresidenta de la Comisión Europea, Margrethe Vestager.
La vicepresidenta de la Comisión Europea, Margrethe Vestager.YVES HERMAN (REUTERS)

Bruselas ha presentado este miércoles nuevos avances de su plan para hacer frente al gran paquete de ayudas verdes propuesto por Estados Unidos, conocido como Ley de Reducción de la Inflación. La Comisión Europea busca adaptar el Marco Temporal de Crisis y Transición (MTCT) para que los Veintisiete puedan otorgar de forma más fácil y veloz sus propias subvenciones para el despliegue de energías renovables y la descarbonización industrial. Entre las medidas destaca especialmente la posibilidad de que los gobiernos nacionales puedan igualar “de forma excepcional” las ayudas ofrecidas a las empresas por otras naciones.

En la decisión publicada este jueves y vigente hasta 2025, el Ejecutivo comunitario intenta responder a las críticas del sector empresarial, aún asombrado por el modelo propuesto por la Administración demócrata dirigida por Joe Biden, con lo que espera serán medidas “simples, efectivas y flexibles”. La decisión llega un día después de que se hiciera público que el grupo Volkswagen está considerando trasladar una planta de baterías de Europa del Este a Estados Unidos gracias a una ayuda de 10.000 millones de dólares (9.474 millones de euros al cambio actual). El fabricante alemán se suma a otras nueve grandes empresas, según un listado elaborado por la agencia de noticias Reuters, que ya han hecho públicas sus intenciones de modificar sus planes de inversión y aumentar su apuesta en Estados Unidos. Entre ellas se encuentran otras automovilísticas como Tesla y Mercedes Benz, o las energéticas Exxon y TotalEnergies.

La posibilidad de que los países comunitarios puedan proporcionar ayudas directas a empresas concretas se limita a situaciones excepcionales en las que “exista un riesgo real de que las inversiones se desvíen fuera de Europa”. Estas “ayudas de contrapartida” permitirían que las administraciones nacionales proporcionen “un apoyo equivalente a lo que el beneficiario recibiría por una inversión semejante en otros países”. Dentro de la letra pequeña de esta iniciativa, alineada con el Plan Industrial Green Deal, la Comisión especifica que la ayuda no puede promover la relocalización de inversiones dentro del mercado único, para evitar la competencia entre los Veintisiete.

El periódico Financial Times detalla además que la intención de Bruselas es que las ayudas a los proyectos más pequeños puedan ser aprobados en solo semanas al reducir la carga burocrática de las solicitudes. Además, el medio británico detalla que estos proyectos podrán solicitar subsidios hasta por 350 millones de euros

La nota de prensa hecha pública por la Comisión no especifica el monto total de las ayudas disponibles. A principios de enero, la presidenta del Ejecutivo comunitario, Ursula von der Leyen, había cifrado el nuevo plan europeo en 225.000 millones de euros. Desde Bruselas alertaron que “hay que trabajar con lo que tenemos”, ya que los fondos saldrán de los planes de recuperación europeos ya en marcha, y no de un nuevo endeudamiento.

El origen de los fondos y la negativa del Ejecutivo comunitario de recurrir a un nuevo endeudamiento ha provocado dudas entre algunos estados miembros como Francia e Italia. Para estos países, esto crea una desigualdad que amenaza con perturbar la competencia justa en el mercado único y a la vez genera una fuerte brecha con el generoso bolsillo de Washington, que dispone de más de 369.000 millones de dólares (348.940 millones de euros) para proveer subsidios verdes.

En este sentido, varias voces alertaron de los riesgos de generar un nuevo paquete de estímulo para frenar la amenaza estadounidense. “Esto obligaría simplemente al Banco Central Europeo a subir más y más rápido los tipos de interés”, afirmó la semana pasada Werner Hoyer, presidente del Banco Europeo de Inversiones.

La vicepresidente comunitaria, Margethe Vestager, ha defendido que las normas son “proporcionadas, selectivas y temporales”. “Nuestras normas permiten a los Estados miembros acelerar las inversiones verdes en este momento crítico, protegiendo al mismo tiempo la igualdad de condiciones en el mercado único y los objetivos de cohesión”, ha defendido en el comunicado.

Una competencia acelerada

El choque entre los aliados atlánticos parece escalar semana tras semana. La secretaria de Energía estadounidense, Jennifer Granholm, comentó este martes que no hay que temerle a un “poco de competición amigable”. Un poco después, Granholm llamó a la Unión Europea a hacer lo mismo e incentivar la producción de energías verdes a través de generosas ayudas.

La responsable de la política energética estadounidense justificó el empeño de la Casa Blanca en atraer inversiones dado la intención del gobierno demócrata en que “la producción vuelva al país”. Sin embargo, intentó matizar que la administración no busca una “guerra comercial ni nada por el estilo”.

El llamamiento de la Casa Blanca tuvo una rápida aceptación entre los empresarios. Patrick Pouyanne, el CEO de la francesa TotalEnergies, llamó a los líderes europeos a “dejar de quejarse y hacer lo mismo”.

La visita de Von der Leyen a Washington, prevista para este viernes, puede ser un primer paso para rebajar la tensión. La propuesta de la Casa Blanca es trabajar en conjunto para hacer frente a la amenaza de China, que también se ha embarcado en esta competencia verde. En ese sentido, Bruselas tiene un fuerte desafío: China produce el 98% de las tierras raras que Europa utiliza para su producción tecnológica.

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Sobre la firma

Leandro Hernández
Periodista económico. Interesado en entender más de criptoactivos, transformación digital y energía. Se incorporó a este periódico en 2022 después de haber trabajado en diferentes países de América Latina y en Estados Unidos. Estudió Relaciones Internacionales en la Universidad Torcuato Di Tella (Argentina), y el Máster de Periodismo UAM-El País.

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