Jubilarse cada vez más tarde para financiar vidas más largas
En 2023, por primera vez, la edad real de jubilación ha superado los 65 años. ¿Seguirá la misma tendencia en los próximos años?
Esta semana, la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea) ha hablado de la situación demográfica de España y de cómo el cambio en la pirámide poblacional nos está llevando hacia una sociedad envejecida en la que vamos a tener que replantearnos cómo vivimos y, muy especialmente, cómo trabajamos y nos preparamos financieramente para esos años de más que vamos a vivir.
Hablar de cómo nuestro país está envejeciendo, en realidad, no es algo nuevo. La esperanza de vida se ha más que duplicado en el último siglo, una realidad que cada ejercicio -a excepción del primer año de la pandemia- el Instituto Nacional de Estadística nos vuelve a confirmar y que, además, vemos en el día a día.
La esperanza de vida al nacer se encuentra actualmente en los 80,2 años para los hombres y en los 85,8 para las mujeres. Y las previsiones del INE estiman que, si la actual tendencia demográfica se mantiene, el porcentaje de población de 65 años o más llegará a suponer el 30% del total en 2030 (actualmente representa el 20%). Y a esta mayor esperanza de visa hay que sumarle que cada vez tenemos menos hijos -los nacimientos se redujeron un 2,4% durante el año 2022-, lo que nos lleva, tal y como reflejan también desde Fedea, a una pirámide poblacional invertida para los próximos 30 años.
Edad legal Vs. edad real de jubilación: el impacto de la longevidad
En su informe “Envejecimiento y jubilación”, explican que “va a ser necesario adaptar nuestro sistema de pensiones a la nueva realidad demográfica y, con ello, vamos a tener que replantearnos cómo se jubilan los trabajadores, abandonando unas pautas establecidas en los años 60 y los 70 del siglo pasado que no han sido realmente cuestionadas hasta el momento”.
A finales del siglo XIX, el canciller Otto Von Bismarck fijó la edad legal de jubilación en los 65 años para poder retirar a los más mayores del ejército. Desde entonces, y a pesar de que esperanza de vida se ha incrementado considerablemente y de que estamos ganando también en salud, la edad legal de jubilación se ha mantenido casi inalterable.
La edad legal de jubilación se encuentra en los 65 años para quienes tengan cotizados 38 años este 2024. Los que tengan menos años tendrán que esperar a cumplir los 66 años y 6 meses para jubilarse y poder cobrar el 100% de la pensión durante este año. En este último caso, el periodo se va a ampliar progresivamente hasta 2027, cuando quienes tengan menos de 38 años y seis meses cotizados deberán tener 67 años para llegar a la edad legal de jubilación.
Los que deseen jubilarse de forma anticipada deberán cumplir unas condiciones que se han endurecido en los últimos años y asumir un recorte en la pensión. Por el contrario, los que opten por seguir trabajando una vez se cumple esa edad, pueden hacerlo y, además, con unos incentivos que se han incrementado tras la reforma de las pensiones con el objetivo de premiar a quienes deciden prolongar su vida laboral. Asimismo, la Seguridad Social da la posibilidad de acogerse a la jubilación parcial.
Con estas modalidades, ¿a qué edad nos jubilamos realmente en España? Por primera vez, la edad media ha superado los 65 años en 2023. En concreto, se ha situado en los 65,1 años, manteniendo una tendencia al alza que se venía experimentando desde 2019 y que nos viene a decir que cada vez más personas deciden retrasar su jubilación.
Uno de los objetivos de la primera pata de la reforma de las pensiones era fomentar la jubilación tardía y, si nos fijamos en las cifras de 2023, lo que se desprende es que el 8,1% del total de las jubilaciones fueron demoradas. Un porcentaje que, tal y como explican desde El País, prácticamente se ha duplicado en el último lustro, ya que en 2018 ese porcentaje era del 4,5%.
Al mismo tiempo que la jubilación tardía ha ido ganando adeptos, la jubilación anticipada los ha perdido. De hecho, el número de personas que decide jubilarse de forma anticipada ha caído a mínimos y ahora supone tan solo el 35% de los nuevos jubilados, frente al 50% que representaban hace 20 años.
¿Estamos a las puertas de un cambio de paradigma en lo que se refiere a cómo y cuándo decidimos jubilarnos? Desde Fedea señalan que, en su opinión, “la única vía para afrontar con éxito el reto del envejecimiento pasa necesariamente por utilizar parte de las ganancias de longevidad que se producirán en las próximas décadas para producir y generar riqueza, alargando la etapa laboral. Y, para ello, urge cambiar radicalmente la forma en la que nos jubilamos”.
Y es que, a la hora de plantearnos cuándo y cómo queremos jubilarnos, es fundamental que tengamos en cuenta el efecto que la longevidad puede tener en nuestras vidas. Más allá de la parte obvia de vivir más años, ¿vamos a contar con los recursos económicos suficientes para financiarlos? ¿Querremos pasar tantos años sin trabajar? Debemos tener en cuenta que, si mantenemos la edad de jubilación a los 65 años, es muy probable que pasemos un tercio de nuestra vida como jubilados. ¿Es lo que realmente vamos a querer?
La longevidad nos está dejando vidas cada vez más largas que estamos viviendo, además, con mejor salud. Tener en cuenta que vamos a llegar cada vez más activos y con más ganas de hacer cosas es esencial para que podamos planificar nuestra jubilación. Tener un propósito, saber a qué vamos a querer dedicar nuestro tiempo y qué nos gustaría hacer durante esa etapa es el primer paso.