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Aspectos importantes para medir la salud financiera de una pyme

Analizar la salud financiera forma parte de la estrategia central de cualquier proyecto

Los últimos años han sido bastante complicados, no solo a nivel social y de salud, sino también en el ámbito económico. La incertidumbre es, con toda probabilidad, la peor enemiga de los planes a futuro desde el punto de vista del mundo empresarial, y desde el 2020 y hasta la actualidad, momento en el que parece que todo se está recuperando, ha habido bastante tiempo para reflexionar.

Ese es el punto en el que aparece el concepto de la salud financiera de una empresa, y son muchos los proyectos que han tenido que aprender aspectos clave de este procedimiento, precisamente porque tenían que ver si su negocio seguía siendo rentable, o si, por el contrario, era el momento de cambiar de estrategia.

El asunto clave de la salud financiera es la solvencia, que consiste, básicamente, en tener capacidad para hacer frente a los pagos, es decir, en tener la suficiente fortaleza como para poder afrontar situaciones difíciles, como las que se han vivido en estos últimos tiempos.

En ese sentido, a la hora de llevar a cabo el análisis de la salud financiera de un proyecto, especialmente de uno pequeño como es una pyme, hay otros aspectos muy relevantes que vamos a describir.

Aspectos relevantes para averiguar la salud financiera de un negocio

¿Por qué no está funcionando el negocio? ¿Es algo que se está haciendo mal de manera particular o simplemente la idea que hay detrás no es suficientemente buena? Ese es el primer paso para hacer el análisis pertinente, que de hecho debe de ser periódico.

Detrás de estas preguntas, llega la necesidad de elaborar un análisis profundo de otros aspectos que forman parte del proyecto, más allá de las buenas ideas y las propuestas. Y estos son los elementos que uno debe examinar a fondo:

La liquidez

Si hay algo que siempre debe estar en el baremo de la salud financiera de un negocio es, sin lugar a dudas, la liquidez. Porque esta supone la verdadera cantidad de efectivo con el que se puede contar, o bien la cantidad de activos que hay, y que en un momento determinado podrían convertirse en dinero en efectivo.

Para poder tener un indicador realista de la liquidez se debe hacer la prueba ácida: una fórmula que relaciona con los conceptos del activo corriente y el inventario, así como el pasivo corriente. Y el resultado debe mostrar que por cada euro que debe la empresa, debe haber, al menos, un euro para poder hacer frente a esa deuda, o la liquidez será negativa y, por tanto, la salud financiera también.

Solvencia

En ese sentido, y relacionada de manera muy estrecha con la liquidez, está la solvencia. Esta es la capacidad que tiene un proyecto laboral de hacer frente a sus obligaciones de deuda en cualquier momento, y se puede saber si se relaciona en una fórmula matemática la deuda y el capital.

En el caso de que, haciendo un cálculo, esta relación entre deuda y capital sea baja, esto significa algo muy evidente: que es que la financiación está yendo a cargo de los accionistas y no de los proveedores, y que, por tanto, se tiene una solidez financiera consistente.

La eficiencia

Hay otro aspecto que nunca se puede pasar por alto, que es el del margen operativo, y que está relacionado con la eficiencia financiera. Esta manera de medir habla directamente de los beneficios de un proyecto antes de los intereses y los impuestos, sobre el total de las ventas que se han realizado.

Si los resultados son positivos, entonces significa que un determinado proyecto podría hacer frente a diferentes obstáculos económicos que surgieran, porque las ganancias son mayores por cada euro que se consigue a través de las ventas.

La rentabilidad

Es cierto que, al menos al comienzo de cualquier proyecto laboral, la rentabilidad no es uno de los puntos seguros a tener en cuenta. Pero, a la larga, cuando se evalúa la salud financiera, si va a ser el último de los elementos a tener en cuenta, ya que no es posible sobrevivir sin un margen neto que sea bueno.

Es importante conocer todos estos conceptos, porque únicamente así será posible invertir el dinero de una forma responsable e inteligente a la hora de llevar a cabo un negocio. Se llama gestionar con eficiencia, y es la clave más importante de tener un proyecto que goce de una buena salud financiera.

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