Deducir y desgravar: ¿es lo mismo?
Se trata de dos términos habituales a la hora de hablar del IRPF que implica restar una determinada cantidad de dinero a la hora de calcular los impuestos
Deducir y desgravar son dos términos que se suelen usarse a menudo cuando se habla del IRPF. Se trata de dos términos que se refieren a las partidas que suponen un ahorro en la factura fiscal y que los trabajadores autónomos deben conocer.
Cuando se habla de deducción en la declaración de la renta, se hace referencia a la capacidad de restar un porcentaje o una parte específica del gasto deducible de la cuota íntegra o la base liquidable. Esto significa que, al realizar ciertos gastos o inversiones que califican para deducción, se puede reducir la cantidad sobre la cual se calcularán los impuestos.
Por otro lado, la desgravación, también conocida como reducción, implica restar una cantidad total del monto total de ingresos que debe declarar el autónomo, es decir, de su base imponible. Esta cantidad fija que se resta directamente de los ingresos reduce la cantidad total sobre la cual se calcula la obligación tributaria del profesional, según explican los expertos de Instituto Santa Lucía.
Descuentos
En el caso de las deducciones, según indican en Orbaneja Abogados, si la persona tiene una deducción del 15% por la compra de su vivienda habitual con garantía hipotecaria y gastó 10.000 euros en intereses hipotecarios durante el año, su beneficio fiscal sería de 1.500 euros. En este caso, la deducción se calcula como un porcentaje del gasto y afecta la cantidad de impuestos que debe pagar.
Mientras que cuando se trata de una desgravación, si la persona tiene una desgravación de 2.000 euros por realizar aportaciones a un plan de pensiones, estos 2.000 euros se restarán directamente de sus ingresos antes de calcular sus impuestos. Esto significa que pagará impuestos solo sobre los ingresos restantes después de aplicar la desgravación.
Esto quiere decir que la deducción implica un descuento basado en un porcentaje o una parte del gasto deducible y afecta a la cuota íntegra o la base liquidable utilizada para calcular los impuestos. Mientras que la desgravación implica restar una cantidad fija de la base imponible, reduciendo directamente los ingresos a declarar y, por ende, la cantidad de impuestos que debe pagar la persona.