Renting o leasing: cuál elegir si eres autónomo
Los profesionales pueden escoger entre cambiar regularmente el vehículo o acceder a su compra al finalizar el contrato
Los trabajadores autónomos pueden optar por contratar un vehículo en modalidad de renting o de leasing para su negocio. Los expertos de Alda Automotive recuerdan que antes de optar por una u otra opción, los profesionales deben comparar los parámetros que diferencian ambas modalidades.
El renting, también conocido como arrendamiento operativo, es un contrato a largo plazo en el que una empresa de leasing proporciona un bien a cambio de un pago mensual. Esta modalidad ofrece flexibilidad y comodidad para los autónomos, ya que pueden acceder a equipos y vehículos sin tener que realizar una gran inversión inicial. Además, el mantenimiento y los seguros suelen estar incluidos en el contrato, lo que reduce la carga administrativa para el autónomo.
Cambiar de vehículo
Una de las principales ventajas del renting es la posibilidad de cambiar de vehículo o equipo al finalizar el contrato. Esto permite a los autónomos mantenerse actualizados con tecnología de vanguardia y equipos más eficientes. Sin embargo, hay que tener en cuenta que el renting puede ser más costoso a largo plazo en comparación con el leasing, debido a las cuotas mensuales y a la falta de propiedad al final del contrato.
Por su parte, el leasing, o arrendamiento financiero, es otra opción atractiva para los autónomos. En este caso, el autónomo paga una cuota mensual por el uso del bien, pero al final del contrato tiene la opción de comprar el vehículo o equipo a un valor residual predeterminado. Esto permite a los autónomos adquirir la propiedad del bien después de un período de tiempo y convertirlo en un activo de la empresa.
Gastos deducibles
Una de las principales ventajas del leasing es el tratamiento fiscal favorable. Los pagos mensuales se consideran gastos deducibles de impuestos, lo que puede generar importantes beneficios fiscales para los autónomos. Además, al adquirir la propiedad al final del contrato, se obtiene un activo tangible que puede seguir siendo útil para el negocio en el futuro.