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Mitos y realidades de los beneficios de la banca en 2022

Las abultadas cifras esconden una baja rentabilidad, ya que han tenido que aumentar capital (+60%) y aún ganan menos que en 2007 y la acción lo refleja

La publicación de los resultados de los bancos en las últimas semanas ha dado lugar a un rosario de adjetivos que seguramente tienen mucho que ver con la oportunidad política y social y poco con un análisis reposado de los datos. Los números aseguran que los beneficios de los bancos españoles en 2022 están lejos de ser récord histórico y lejísimos de sus niveles más altos de rentabilidad, esto es lo que explica que sus acciones coticen en Bolsa por debajo de la mitad de sus precios máximos.

Resultados. Los seis grandes bancos (Santander, BBVA, CaixaBank, Sabadell, Bankinter y Unicaja) ganaron el año pasado 20.849 millones de euros (+28%). Pese a la apariencia de récord histórico que dan los resultados individuales, la realidad es que están por debajo de 2007, año en que se registraron los mayores beneficios.

Los datos actuales de Santander tienen dentro el negocio de Popular y Pastor, que entonces eran entidades independientes, además de otras operaciones de compra fuera de España, si se suma todo lo que esas entidades ganaron en 2007, se ve que están claramente por encima del año pasado. Otro tanto pasa con BBVA, que tiene hoy en su balance seis cajas de ahorros catalanas que entonces eran independientes (Catalunya, Tarragona, Manresa, Sabadell, Malleu y Terrasa), además de compras internacionales. CaixaBank también ha absorbido desde entonces a 17 grupos de cajas de ahorros, que estaban agrupadas en Bankia, Banca Cívica y BMN. Sabadell adquirió la Caja del Mediterráneo, el Banco Guipuzcoano y el Gallego. Y Unicaja es el resultado de la integración de ocho cajas de ahorros.

Para hacer una comparación real habrá que esperar a abril, cuando el Banco de España publique el Informe de Estabilidad Financiera de 2022. Entonces se verá bien claro que el sector ha recuperado importante terreno en el ejercicio pasado, pero que está lejos de los máximos de 2007. Ese año el conjunto de bancos que operan en España obtuvo un beneficio neto atribuido de 30.640 millones de euros, lo que supone 7.000 millones más de lo que ganaron en 2021 y continuará siendo superior a los resultados de 2022, puesto que supera en 10.000 millones a lo que han publicado los seis grandes bancos y el resto es imposible que suma ese importe.

Capital. El sector financiero ha sufrido una enorme transformación desde el añorado 2007. En el verano de aquel año empezó la crisis de las hipotecas subprime en Estados Unidos, que bloqueó los mercados financieros internacionales, y la caída de Lehman Brothers en septiembre de 2008. Ahí llegó el desplome del sector inmobiliario en España, que estaba apalancado hasta extremos irracionales, y se llevó por delante a las cajas de ahorros, que estaban especialmente centradas en el crédito al promotor.

El saneamiento de las cajas ha implicado un coste para el Estado de unos 75.000 millones de euros, que proceden de los 42.000 millones netos que inyectó en forma de capital, más los 33.000 millones de deuda que ha asumido al quedarse con el 100% de la Sareb. Cuánto se va a recuperar dependerá de lo que el Estado obtenga de la venta del 16% que tienen en CaixaBank, procedente de la absorción de Bankia, y de la venta de los inmuebles de Sareb.

Al margen de las inyecciones del Estado en las cajas, están las ampliaciones de capital realizada por las entidades privadas para asumir las pérdidas de la crisis y atender los crecientes requerimientos de capital marcados por la normativa. En 2007, los bancos españoles sumaban unos fondos propios de 180.521 millones. 14 años después, habían aumentado un 59%, hasta 286.732 millones.

Rentabilidad. Si los fondos propios aumentan casi un 60% entre 2021 y 2007 y los beneficios bajan un 23% se produce un desplome el rendimiento. En 2007, los bancos españoles obtuvieron una rentabilidad sobre recursos propios (ROE) del 17%, más del doble que en 2021, que fue del 8,2%. De los bancos que han publicado resultados del año pasado, ninguno llega al 15% de ROE; la mayoría está en un dígito.

Si se analiza la rentabilidad sobre el volumen de negocio se llega a la misma conclusión. Los bancos españoles manejaban en 2021 unos activos totales de 3,96 billones, un 19% más que en 2007. De nuevo, si el activo sube y el beneficio baja, la rentabilidad sobre los activos (ROA) se hunde, ya que pasó del 0,92% al 0,6%, que es un 35% menos que al cierre de 2007.

Negocio. Al analizar las dos principales partidas del balance, los créditos y depósitos del sector privado, se entiende, otra cosa es que guste, por qué están tardando los bancos tanto en subir la remuneración del ahorro a los clientes. En 2007, el conjunto del sector tenía prestado al sector privado 2,21 billones y contaba con 1,47 billones en depósitos, de manera que habían tenido que ir a los mercados a recabar esos 740.000 millones que les faltaban. La dependencia del ahorro exterior hizo a la economía española más vulnerable a la crisis.

Ahora la situación es la contraria. El volumen de crédito es prácticamente el mismo que hace 14 años y sin embargo los depósitos han crecido un 55%. Hoy los bancos cuenta con 100.000 millones más en depósitos del sector privado que en créditos (2,28 billones frente a 2,1 billones, respectivamente). Estos datos son el reflejo del desapalancamiento que han realizado empresas y familias tras el shock de la crisis. La consecuencia es que ese excedente de depósitos, sumado a la barra libre de liquidez que les ha dado el BCE en los últimos años hace que no tengan ningún incentivo para salir corriendo a pagar por el ahorro. Pero lo harán porque hay que devolver la liquidez y los depósitos están migrando a la renta fija que ya rinden alrededor del 3% (lo dicen las colas del Banco de España).

Cotización. Si los mercados de valores son eficientes, y no hay porqué dudarlo, el precio de las acciones suele ser el juicio final de la evolución de las empresas, luego vendrán los argumentos para justificar las oscilaciones. La cotización de los bancos españoles dice que están muy lejos de sus máximos históricos, que, obviamente, se produjeron en el gozoso 2007. Santander, BBVA y Sabadell llegaron a cotizar (descontadas ampliaciones) por encima de 13, 19 y 6 euros. 15 después están en 3,5, 6,8 y 1,2 euros, respectivamente. Poco que añadir, queridos políticos.

PD: Al lector desavisado le señalo que he trabajado durante 17 años en el Banco Santander (2003-2019), donde fui director de Comunicación Corporativa, lo que puede servir para sostener que quizás sepa de lo que escribo y/o para dudar de mis intenciones. Este es el artículo 150 que escribo en Cinco Días desde septiembre de 2019. En el primero prometí que daría “mis opiniones, que serán mías y solamente mías”. Ahí sigo.

Aurelio Medel es Doctor en Ciencias de la Información. Profesor de la Universidad Complutense

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