La competencia, la puerta de entrada en la universidad china
El país es testigo de una expansión sin precedentes de la educación superior, que ha creado el sistema de estudios más grande del mundo
La educación superior en China es una de las más antiguas del planeta, y constituye uno de los grandes legados de la antigua tradición educativa imperial. En la actualidad es un orgullo nacional y continúa mejorando y alcanzando posiciones altas en los rankings universitarios mundiales y, por ello, las familias realizan fuertes esfuerzos económicos para que su hijo o hijos accedan a la educación universitaria y busquen un retorno que beneficie a toda la familia.
China ha establecido ámbitos prioritarios de cooperación e intercambios educativos con cerca de 190 países y ha firmado acuerdos con más de 50 de ellos sobre el reconocimiento mutuo de las calificaciones de educación superior y grados académicos.
El acceso a las universidades chinas, tanto las privadas (denominadas minban y dirigidas por el pueblo) como las públicas (las gongban, administradas por el Estado) para millones de jóvenes se presenta a través de la realización de un examen nacional, comúnmente conocido como Gaokao. Es una prueba estandarizada que se celebra anualmente desde el año 1977. Una especie de la selectividad, que arroja una puntuación. La última prueba, celebrada en junio del 2022, congregó a cerca de 12 millones de candidatos procedentes de la escuela secundaria. Cada universidad seleccionará a los candidatos en función de sus notas numéricas.
La rivalidad y competición es enorme. Los datos de la primera edición lo muestran, ya que aproximadamente 5,7 millones de personas participaron en los exámenes de ingreso a la universidad y 273.000 obtuvieron plazas, una tasa de admisión, verdaderamente baja, del 4,8%, fundamentalmente debido a la acumulación generada por los años de revolución. Los datos de ingreso han ido mejorando a lo largo de estos años, pasando del 25% en los inicios de 1990 al 75% del año 2015 y en la actualidad ronda el 80%. Por tanto, esta prueba, con el paso de los años, ha ido favoreciendo y facilitando la selección de futuros graduados.
La fuerte competencia presente en el mercado laboral obliga a los jóvenes a prepararse a conciencia y presentarse al examen gaokao; pero la alta tasa de admisión ha presionado a que ciertas universidades punteras o de élite pongan en marcha pruebas concretas centradas en sus áreas o especializaciones. Los estudiantes que sobresalen en estas pruebas reciben calificaciones adicionales para fines de admisión. Esto es clave, ya que la reputación es importante y atrae talento de los futuros estudiantes y posibles inversiones internas y socios para el avance estratégico.
La relación competitiva entre los centros universitarios genera que muchos estudiantes empleen algoritmos, a través de datos históricos, para intentar predecir las puntuaciones futuras de admisión.
La selección de la universidad sucede cuando el alumno dispone de la puntuación obtenida en la prueba Gaokao y del ranking obtenido en su provincia. Este último punto es importante, ya que el umbral puede variar entre provincias y de un año a otro en función de varios factores, como los números en el plan de inscripción, la distribución de las puntuaciones sobre las demandas generales y provinciales (la popularidad de cada centro, las especialidades y el número de elecciones) y las políticas de admisión nacional. En definitiva, si la primera elección de un estudiante falla, será transferido a la segunda opción.
Como se percibe por el número de audiencias en el examen Gaokao, China es testigo de una gran expansión sin precedentes de la educación superior, convirtiéndose en el sistema de educación superior más grande del mundo. Ningún país del planeta ha crecido de la misma mantera. En la actualidad, y según el Ministerio de Educación de la República China, se ofertan estudios en más de 3.200 universidades y centros de investigación, que reúnen a más de 40 millones de estudiantes, tanto en el continente como en su Área Libre.
Durante los últimos años y según varios rankings de universidades, un alto porcentaje de las instituciones chinas ha mejorado de un año a otro. Esto se debe, fundamentalmente, a una continua inversión en educación superior. También se ha producido una tendencia hacia la internacionalización de las instituciones, bien con presencia de sedes, institutos o campus de universidades occidentales de primer nivel o bien mediante el reclutamiento de profesores extranjeros, programas duales y de enseñanza en varios idiomas, compra de material bibliográfico en el idioma original, etc.
Además, el crecimiento de estudiantes en los centros del país conlleva, con aumentos porcentuales, que muchos deseen formarse o investigar en el extranjero. Los países más demandados en la actualidad son Japón, Inglaterra y Hong Kong y, a pesar del Covid-19, los estudiantes chinos en el extranjero persisten en sus objetivos de estudios en el exterior, y la clasificación de las instituciones es la motivación más fuerte a la hora de elegir los centros de destino.
Recientemente, el Ministro de Educación, Huai Jinpeng, ha comentado que China “continuará facilitando la apertura de la educación de alta calidad, traerá recursos educativos de primer nivel, apoyará los estudios en el extranjero y mejorará la calidad de los estudiantes internacionales que estudiarán en China”.
Las buenas expectativas, que parece que busca el Gobierno de la República China prometen éxitos en el sistema de educación superior del país e invitan a que millones de jóvenes compitan y rivalicen entre ellos para optar a los mejores y renombrados centros universitarios.
Juan José Prieto es Profesor de la Universidad Complutense de Madrid