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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Las ventajas estratégicas de la unión de Air Europa e Iberia

CINCO DÍAS

Después de haber sufrido un primer intento fallido de consolidar la operación y tras haber superado meses de tensiones por la fijación del precio, las negociaciones para cerrar la integración de Air Europa en Iberia parecen listas para culminar su tramo final. Todo apunta a que antes de que acabe el mes de enero se hará público un nuevo acuerdo para que IAG, matriz de Iberia, eleve su participación del 20% al 100% del capital de Air Europa, valorado en 500 millones de euros, además de asumir una deuda financiera de más de 600 millones, que sirvió de escudo frente al hundimiento de la actividad de la aerolínea durante 2020, año de la pandemia. Será el segundo intento de presentar la operación ante la Dirección general de la Competencia de la UE, que en la ocasión anterior frustró los planes de IAG al exigir concesiones a la competencia que resultaron manifiestamente inasumibles para Iberia.

La compra de Air Europa por parte de Iberia ofrece ventajas objetivas no solo para la mejora del negocio de ambas compañías, sino también para el conjunto de la economía española. La unión de las dos aerolíneas fortalecerá el hub de Madrid-Barajas y permitirá que este pueda competir con los hubs del norte de Europa, especialmente en todo lo que se refiere al sustancioso tráfico al continente asiático. La integración de la aerolínea de la familia Hidalgo en IAG cumple además con las dos condiciones que propugnaba el propio Gobierno para asegurar los beneficios de la operación: que la venta de Air Europa se efectuase a un grupo de mayor tamaño para que pudiese asumir en condiciones el pesado lastre de su deuda, y la conveniencia de que el comprador fuese español para que la nueva compañía pudiese culminar el plan de lanzamiento del hub de Barajas.

Una vez que se cierren los últimos flecos del acuerdo, este deberá afrontar el examen de Bruselas, que será quien teste su legalidad en términos de competencia, tras haberse agotado el plazo para presentarlo ante la CNMC española. En un mercado tan reducido y competitivo como el europeo, es previsible que a las dificultades del procedimiento se sumen las presiones por parte de compañías rivales o de terceros países. No en vano, la aerolínea resultante será un jugador nacional más poderoso y con mayor capacidad para focalizarse en nuevas rutas internacionales, frente a la actual concentración de ambas compañías en Latinoamérica, lo que beneficiará el tráfico comercial y las relaciones económicas de España.

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