Unos mayores ingresos fiscales ayudan al Tesoro a mantener estables las emisiones netas
Alcanzarán los 70.000 millones de euros
El aumento de los ingresos fiscales debido, en parte, al aumento de la inflación sirven de apoyo al Gobierno para mantener estables sus necesidades de financiación. Esta idea fue la esgrimida por el secretario general del Tesoro, Carlos Cuerpo, que estima unas emisiones netas para 2023 de 70.000 millones de euros, en línea con los 70.063 millones registrados el año pasado, un ejercicio marcado por el proceso de normalización monetaria. Es decir, el importe se mantiene sin cambios respecto a lo adelantado en los Presupuestos Generales y toma distancia de los 109.922 millones del año de la pandemia, un ejercicio en el que el Tesoro se vio obligado a redoblar los esfuerzos para financiar la batería de medidas puestas en marcha para hacer frente a la crisis. Por su parte, las emisiones brutas alcanzarán los 256.846 millones, un 10% que en 2022.
El grueso de la financiación corresponderá a la deuda a medio y largo plazo. Deducidas las amortizaciones, el Tesoro prevé llevar a cabo emisiones netas de bonos y obligaciones por importe de 75.000 millones, en línea con los 75.147 millones de 2022. La emisión bruta de letras alcanzará los 84.325 millones, un importe menor que las que vencen. Fruto de esto habrá una emisión negativa de letras de 5.000 millones, en línea con los 5.084 millones del ejercicio anterior. Esta estrategia ha permitido elevar la vida media de la cartera de deuda hasta los 7,9 años y ayuda que España afronte con mayor solidez el proceso de normalización monetaria.
Carlos Cuerpo señaló que aunque la prima de riesgo, en sintonía con el aumento de las rentabilidades de la deuda, ha aumentado, los máximos registrados el año pasado en los 136 puntos básicos registrados a junio de 2022 están lejos de los niveles de 2018 y 2019, y a años luz de los 638 que tocó en 2012. Desde el Tesoro consideran que esta moderación es una muestra de cómo los inversores confían en la capacidad de España para hacer frente a sus compromisos ahora que el BCE ha puesto fin a las compras de deuda neta y en los próximos meses se adentrará en la reducción del balance, algo que traerá consigo la venta de bonos.
Cuerpo descarta que se vuelva a ver un coste medio de las nuevas emisiones en negativo, como sucedió en 2021 (-0,04%), y espera que después de cerrar 2022 en el 1,35%, el nivel más alto desde 2014, el incremento se mantenga a un ritmo sostenido. Por su parte, el coste medio de la cartera de deuda finalizó el ejercicio pasado en el 1,73%, 11 puntos básicos por encima del registrado un año antes.
Mientras el BCE ha empezado a reducir su exposición a la deuda española, la participación de los inversores extranjeros se mantiene estable y tienen en su poder el 40% de la deuda en circulación, un porcentaje que equipara a España con otros países como Alemania y Francia.
El fin de las rentabilidades negativas llevó a las entidades domésticas a aumentar sus tenencias en 26.000 millones el año pasado, hasta alcanzar a cierre de diciembre el 13,57% de la deuda. Al mismo tiempo, Cuerpo aseguró que en los últimos meses “se observa un renovado interés” por la compra de renta fija pública por parte de los inversores particulares, las instituciones financieras domésticas y los no residentes.
España vende 6.900 millones a medio y largo plazo
El Tesoro colocó 6.935,1 millones en deuda a medio y largo plazo. El grueso del importe, unos 2.864 millones, correspondió a los bonos a tres años, con un cupón del 2,80% y una rentabilidad del 2,816%. La demanda para el conjunto de las referencias alcanzó los 13.000 millones de euros, una de las mayores de las últimas décadas. El apetito mostrado por los inversores sigue la tendencia del año pasado, ejercicio para el que la tasa de cobertura de las emisiones rondó las 2,5 veces.
El Tesoro espera concentrar la mayor parte de las operaciones en la primera mitad del ejercicio. En las próximas semanas se celebrará la tradicional sindicada a 10 años.