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Disney nombra un nuevo presidente con tambores de guerra en su accionariado

El inversor activista Nelson Peltz carga con dureza contra la gestión de la compañía

Mark Parker, el futuro presidente de Disney.
Mark Parker, el futuro presidente de Disney. Getty Images
CINCO DÍAS

El gigante del audiovisual Disney ha anunciado este miércoles que Mark Parker, el máximo ejecutivo de Nike, será quién ocupe el asiento de presidente de la compañía una vez que Susan Arnold deje el cargo en la próxima junta de accionistas anual de la firma. Este asunto se ha resuelto, pero quedan otros de vital importancia en el aire. Entre las principales tareas y retos que tendrá que asumir Parker estará la de dirigir un comité que decidirá quién será el sucesor del veterano consejero delegado de Disney, Bob Iger, que ya tiene 71 años.

Iger es una figura clave para entender Disney. Presidente ejecutivo entre 2005 y 2020, se retiró para descansar tras elevar un 554% el valor de las acciones de la firma bajo su batuta. La desastrosa etapa del que fuera su sustituto, el ex consejero delegado Bob Chapek, con la división de negocio Direct to Consumer de Disney perdiendo 1.470 millones de dólares en el último trimestre de su mandato, precipitó que abandonara su retiro para volver a la primera línea de la compañía asumiendo el puesto de CEO. El mercado celebró la vuelta, pero los analistas vieron esto como un síntoma de serios problemas en la sucesión.  

Precisamente, esta misma sucesión ha abierto nuevamente la caja de los truenos en el seno del accionariado de Disney. Nelson Peltz, un célebre inversor activista estadounidense líder de la firma de inversión Trian Partners, ha pedido que le asignen un puesto en el consejo en medio de duras acusaciones contra la gestión de la empresa. 

A través de un comunicado Peltz ha destacado que las acciones de la empresa se encuentran rondando mínimos de ocho años, un reflejo del "fracaso de los planes de sucesión, los exagerados sueldos y de una falta de disciplina a la hora de controlar los costes". Entre los problemas que señala el inversor estaría el sobreprecio que, en su opinión, Disney pagó a cambio de los activos de Fox. Una operación de 71.000 millones de dólares que la compañía ejecutó en 2019. "El desempeño en el mercado de Disney refleja la dura realidad de que se trata de una empresa en crisis", sentencia Peltz. 

Aunque catalogó de autoinfligidos los problemas de la compañía, Peltz sostiene que no quiere echar a Iger o "romper la compañía". En cambio, prefiere reducir costes en Disney y recuperar los dividendos para el año 2025. A modo de presión, su fondo, Trian Partners, ha creado una página web llamada Restore the Magic (devuelve la magia) detallando su plan para la compañía.

Disney se ha negado a concederle un asiento a Peltz, quién cuenta con 900 millones de dólares en acciones de la firma, al tiempo que el gigante audiovisual ha sostenido "estar abierto a ideas constructivas que ayuden a mejorar el valor de la empresa".  

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