Lidl reducirá el ritmo de aperturas en España por la presión de costes
Espera una mejora de ingresos cercana al 10% al cierre del ejercicio Prevé un menor beneficio por el impacto de la inflación
Lidl apunta a una ralentización en su proceso de crecimiento en España. La compañía alemana de supermercados, que viene invirtiendo en torno a 350 millones anuales en la apertura de nuevas tiendas, descarta ahora fijarse objetivos concretos de expansión, a la vista de la presión que los incrementos de costes están teniendo sobre la distribución alimentaria y la construcción.
"Siempre hemos dicho que vemos un potencial de entre 900 y 1.000 tiendas en España", comentó ayer su director general corporativo, Ferran Figueras, que cifró en 670 los supermercados con los que Lidl finalizará su año fiscal, el próximo 28 de febrero. "Lo que no nos comprometemos es al ritmo. Vemos el horizonte, tenemos claro que queremos el millar de tiendas, pero sin marcar objetivos temporales".
Un mensaje que contrasta con la meta marcada hace poco más de un año. En septiembre de 2021, Lidl lanzó su objetivo de abrir 150 nuevos establecimientos hasta 2024, con una inversión de 1.500 millones, y acercarse así entorno de los 800 locales. Este plan también está en revisión, debido al efecto que la inflación está teniendo en los costes de construcción.
"Por eso, tenemos que ver si, llegado el momento, tiene sentido correr demasiado, o esperar en algunos casos", dijo Figueras. Como parte de ese plan, Lidl también contemplaba entrar en la promoción inmobiliaria, como hace en otros países para explotar los espacios comerciales, aunque aún no ha hecho ninguna operación.
A principios de este año, Lidl cifró en 400 millones la inversión prevista en aperturas para el ejercicio. Esa cantidad quedará, finalmente, en 350 millones, menos de lo previsto, aunque Figueras desligó esa menor cantidad de cualquier efecto coyuntural. En total serán 40 aperturas netas en este ejercicio, además de incorporar nuevos almacenes en Granada o Martorell (Barcelona).
El ejecutivo de Lidl también anticipó un cierre de ejercicio con un crecimiento de ingresos cercano a los dobles dígitos, lo que le permitirá superar los 5.500 millones de facturación, en buena parte por el efecto ligado a la inflación. "Está siendo un ejercicio bastante atípico. La campaña de Navidad va a ser relevante para el cierre", dijo Figueras. Esas mayores ventas no se traducirán en una mayor rentabilidad. El director corporativo de Lidl anticipó que "será difícil mantener una rentabilidad similar a la que presentamos en el último ejercicio". Lidl no ha hecho público su beneficio neto en España al cierre del año fiscal 2021-2022, y tampoco ha presentado aún cuentas anuales del mismo, aunque Figueras explicó que fue mejor que los 151 millones ganados en el anterior año fiscal.
"Hay una presión importante en todo el sector. Todos estamos sufriendo mayores costes. Nosotros hemos hecho un esfuerzo de contención de precios, esperamos todo lo posible para hacerlo", dijo Figueras, que rechazó la posibilidad de que el Gobierno imponga un impuesto a los beneficios extraordinarios de las distribuidoras. "Todo lo que afecte a la estructura de costes, debería esperar. Ya tenemos suficiente presión", dijo.
Más de 3.000 millones en exportación de producto español
Lidl superó en 2021 los 3.000 millones en exportaciones de fruta y verdura española,cifra que representa un crecimiento del 41% desde 2017. Según los datos presentados ayer, en su informe de impacto corporativo elaborado junto a PwC, la cadena alemana concentró el 14,4% de las exportaciones españolas de estos productos, siendo el primer cliente, y Alemania, el principal mercado receptor. Con ello, Lidl generó un superávit comercial de 2.000 millones, al importar poco más de 1.000 millones para la venta en España. Por otra parte, su aportación tributaria fue de un total de 480 millones, un 16% más, de los que 231 millones fueron soportados y 249 recaudados.